¿Cómo saber si estoy viviendo una “relación tóxica” de pareja?
Escrito y verificado por el psicólogo Bernardo Peña
En ocasiones, parece que el amor no basta para tener una relación armoniosa y fructífera. O lo que es aún más peligroso: a veces nos damos cuenta de que esa persona que dice amarnos, lo hace del peor modo posible, haciéndonos infelices y ofreciéndonos solo celos y desconfianza. ¿Te ha pasado? ¿Crees que mantienes una relación tóxica de pareja? Si es así, sigue leyendo.
Puede que a simple vista, una vez que ya has pasado por ciertas experiencias, te parezca que es fácil reconocer una relación tóxica de pareja, pero no siempre lo es. De ahí que todos podamos caer en ellas en más de una ocasión. Esto es en parte porque cuando queremos a alguien sufrimos una distorsión cognitiva y emocional ante la cual cuesta mucho “despertar”.
A continuación, te ayudaremos a conocer las pistas más evidentes para que estés más atento de ahora en adelante y puedas ponerle un freno a tiempo a aquello que no te gusta o no te está aportando nada positivo.
Pistas de una relación tóxica de pareja
1. Ver muros donde antes tenías puertas
Es muy posible que antes de tener pareja, fueras una persona bastante independiente. Tenías tu trabajo y tomabas tus propias decisiones, quedabas con tus amistades, salías con tus compañeros de trabajo y planeabas tranquilamente tus rutinas cotidianas. Pero ahora…
- Ya no puedes decidir lo que quieres hacer, ya que antes tienes que acordarlo con tu pareja. Cuando le comentas que vas a hacer algo determinado como una cena de empresa, o ir de compras con algún familiar, es habitual encontrar prohibiciones.
- Tu vida de la noche a la mañana se ha visto coaccionada. El vivir en el epicentro de una relación tóxica de pareja puede hacer que uno deba cuidar por ejemplo el estilo de ropa, el uso de maquillaje, o la privacidad del teléfono móvil.
- Empiezas a ver también, una clara limitación en tus propias perspectivas de futuro. Es posible que tu pareja no esté de acuerdo con que mejores laboralmente. De un día para otro, empiezas a ver muros en ilusiones que antes te eran propias.
- Día a día, ves cómo una coraza invisible te está cercando.
2. Tu equilibrio emocional se ve vulnerado
Son muchas las mujeres que inician una relación afectiva con gran ilusión. El amor es muy intenso, una emoción tan desbordante, sincera y plena, en la que es normal ofrecer todo lo nuestro a la persona que amamos. Pero recuerda, es necesario amar con equilibrio cuidando siempre de nuestra autoestima.
- Una relación tóxica de pareja tiene siempre como pilar fundamental la manipulación emocional. Y ésta, se ejerce de las formas más sutiles y destructivas.
- Las personas tóxicas, buscan siempre su principal beneficio. Recuerda siempre que toda persona manipuladora presenta una personalidad insegura y con baja autoestima. Dicha inseguridad genera desconfianza y ansias de control sobre la pareja. Tiene miedo de ser abandonado, de que otros le quiten a la persona que quiere. Y ello deriva en una vigilancia continua y en celos desmedidos…
- Las ansias de control generan en ellos una posición de poder absoluto donde sólo uno ejerce el derecho a tomar decisiones. Si no haces lo que tu pareja te pide, utilizará sagaces artimañas para hacerte sentir culpable, victimizándose y haciéndote creer que tú, eres la culpable de todo. Debes ir con cuidado.
3. Una infelicidad que crece día tras día
Puedes seguir queriendo a tu pareja, sin embargo ocurre algo curioso: cuando no está contigo, descansas. Encuentras “aire” y te relajas. Ves incluso con cierta envidia a esas otras parejas que viven con más armonía, donde ambos respetan los espacios personales del otro y es posible el crecimiento personal.
Notas una presión en tu interior. Te sientes insatisfecha y notas como todo aquello que antes te identificaba, se va perdiendo, deshilachando… No eres la de antes. Y lo notas, tu autoestima ha caído en picado y te percibes a ti misma un poco rota por dentro.
Debes tomar en cuenta todos estos datos. Es muy frecuente que esta debilidad emocional en la que hemos caído acabe somatizándonos.
¿Qué significa esto? Que la ansiedad, el miedo, la preocupación, se trasforma, por ejemplo, en dolor de cabeza o de espalda, en náuseas, en dolor crónico… Son muchas las mujeres que van al médico y que no obtienen un diagnóstico adecuado.
Pueden decirte por ejemplo, que padeces de migrañas, pero en realidad, lo que sufres es una depresión generada por tu infelicidad.
Salir de una relación tóxica de pareja
Resulta curioso, pero los datos estadísticos nos dicen que una relación tóxica de pareja puede durar muchísimos años. ¿Cómo puede ser esto posible? Básicamente por los siguientes aspectos:
- Porque muchas mujeres tienen miedo a las posibles consecuencias de dejar a su pareja. Temen por sus hijos, o que su cónyuge pueda hacerles daño.
- Hemos de tener en cuenta también que hay personas, que no conciben el “estar sin pareja”. Así que se dejan llevar, por así decirlo, se dejan arrastrar por esa infelicidad porque siempre será mejor que vivir en soledad.
- En ocasiones, estas relaciones se alargan mucho en el tiempo porque la pareja sigue amándose. Se aman mal, se causan daño, pero no conciben otra forma de existencia. Resulta curioso, pero es cierto.
Para salir de una relación tóxica de pareja es necesario primero que tú seas consciente de lo que está ocurriendo. Entiende que así no vas a poder ser feliz. Quizá tus amigos y familia hayan advertido las pistas mucho antes que tú. Hazles caso, busca apoyo si lo necesitas.
El segundo paso será hablarlo con tu pareja. Dile lo que sientes, háblale de tus sentimientos, tu frustración y tu infelicidad. Si ves que no pone de su parte para mejorar la situación, si percibes que no hay voluntad de cambio… aléjate.
Tu integridad, tu tranquilidad y tu salud física y emocional son lo primero, no lo dudes nunca.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.