¿Conoces el ritual de la felicidad?
Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater
El ritual de la felicidad nos va a permitir afrontar el día a día con mejores recursos psicológicos y comportamentales. Tal y como nos dijo Lao Tsu, a veces basta con corregir nuestra mente para que cada cosa vuelva a su lugar, para que hallemos calma, orden y equilibrio.
Se trataría por tanto de integrar en nuestras jornadas una serie de pautas con las cuales transformar nuestra realidad.
Cuando hablamos de rituales se hace referencia básicamente a una serie de hábitos. Comportamientos y prácticas que se repiten un número de veces para crear un cambio.
Dentro de la psicología este tipo de dinámicas son muy comunes desde diversas perspectivas porque consiguen unos mismos fines: lograr que mediante la repetición se creen nuevas conexiones neuronales.
La práctica y nuestro comportamiento modifica nuestro cerebro. Por tanto, el ejercicio del ritual de la felicidad puede generar cambios muy positivos en nosotros. Intentarlo no cuesta nada y se puede conseguir mucho.
De los malos hábitos al ritual de la felicidad
¿Puede de verdad un ritual de la felicidad cambiar nuestro enfoque y mejorar nuestra calidad de vida? Para entenderlo mejor vamos centrarnos por ejemplo en nuestros hábitos del día a día.
En esos que no son precisamente adecuados para nuestro bienestar. Hablamos de la mala alimentación, el sedentarismo, el tabaco e incluso la preocupación excesiva.
- Los hábitos operan por sí solos, son inconscientes y nos hacen actuar en piloto automático. Esto es así porque tal y como nos revela un estudio de la Universidad de Ciencias Psicológicas y Cerebrales, de Dartmouth en New Hampshire, nuestro cerebro los ha integrado, normalizado y automatizado.
- Romper un mal hábito por tanto no es sencillo, necesitamos de variaciones significativas a la vez que revolucionarias que nos permitan generar cambios. Es ahí cuando entra en escena el ritual de la felicidad.
- Los rituales exigen esfuerzo, implica integrarlos en nuestras rutinas de formar repetida consciente. Poco a poco, estas variaciones van generando cambios positivos en nosotros y la motivación se eleva. Casi sin que nos demos cuenta, el cerebro habrá integrado también estas conductas hasta el punto de que las llevaremos a cabo sin darnos cuenta.
Las ocho claves del ritual de la felicidad
Hay rituales muy sencillos que nos hacen acercarnos poco a poco al bienestar y la felicidad. Esto mismo es lo que nos revela un estudio publicado en la revista Psychological Sciencie donde descubrieron que algo tan simple como crear nuevas costumbres a la hora de comer, puede hacer que grupos de personas se alimenten de forma más saludable. Se requiere por tanto de algo de originalidad para que podamos generar un cambio adecuado en nuestro comportamiento.
Veamos en qué puede consistir un ritual de la felicidad, uno que nos genere beneficio al cabo de unos meses.
1. Levántate media hora antes
Madrugar es pesado y nos cuesta. Sabemos que se está muy bien en la cama… Ahora bien, en ocasiones un pequeño cambio trae consigo grandes beneficios. Por ello te animamos a que pruebes a levantarte media hora antes. Ese tiempo es solo para ti, un pequeño espacio contenido en 30 minutos que puedes usar para meditar, desayunar en calma, relajarte antes de iniciar la jornada…
De hecho, la clave de madrugar está dentro de los hábitos de esas personas que han encontrado no solo la felicidad en su vida, sino también el éxito.
2. Visualiza tu día
No se trata de llevar una agenda y de marcarte cada cosa que vas a hacer en cada momento. Se trata de visualizar aquello que deseas para hoy. Visualiza un día relajado, un día donde nada te va a afectar demasiado, donde nadie te va a hacer daño y te vas a permitir ser feliz. Un día en el que te vas a sentir orgulloso de ti misma. ¿Lo intentamos?
3. El ritual de la alimentación sana
Una alimentación sana mejora los procesos cerebrales y produce cambios en nuestro estado de ánimo. No descuides por tanto este ritual poderoso de la felicidad donde elegir bien qué pones en tu mesa cada día, hará que te sientas o no con mayor energía, optimismo y bienestar.Tal y como nos explican en un estudio de la Universidad de Warwick, Coventry, en Reino Unido, las frutas, verduras y cereales como la avena pueden mejorar nuestra actitud y hacernos sentir más felices.
4. Un deseo y un plan de acción
Piensa en algo pequeño que puedas hacer. ¿Qué tal si te compras una hucha? Ahí donde meter cada día un poquito de dinero para, de cara al verano, hacer un viaje. ¿O qué tal si te apuntas por fin a ese curso? ¿O si le pides una cita a esa persona que te atrae? Encuentra valor en ti y pon medios para alcanzar tus sueños.
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5. El ritual del tiempo de calidad
Regálate tiempo, regálate vida de calidad. Basta con que te dediques dos horas al día solo para ti. Para hacer aquello que te gusta, aunque sea simplemente estando sola con tus pensamientos. Es algo básico que debemos hacer cada día.
6. Actitud positiva, tu mejor vestido
No te cuesta nada, y aunque sea una tontería es en realidad un gesto que se contagia: sonríe, practica el optimismo, ejercita la esperanza…. Haz uso de esa mirada despierta y llena de energía con la que relativizar problemas.
7. Déjate querer y ama
Ama a los tuyos, a tu familia, a tu pareja, a tus amigos, a tus padres o hijos, e incluso a tus mascotas. Todos ellos forman parte de tu corazón y son lo mejor que tienes. Recuérdalo cada día y déjate querer, demuéstrales también lo importante que son para ti.
8. Haz lo que ames y ama lo que haces
Es una frase hecha muy conocida, pero… ¿Lo estamos aplicando de verdad a nuestra vida? Sabemos que no siempre es fácil hacer lo que realmente queremos, pero este es sin duda el mejor propósito que podemos marcarnos en el día a día para alcanzar una felicidad auténtica.
Haz lo que ames y ama cada cosa que hagas. De ese modo, deseos y actos estarán siempre alineados y hallarás mayor significado a tu existencia para rozar el bienestar. Pongamos en práctica el ritual de la felicidad.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.