En qué consiste una fisura anal
Revisado y aprobado por el biotecnólogo Alejandro Duarte
La fisura anal se define como un pequeño desgarramiento que tiene lugar en la mucosa que recubre el ano. Este es un tejido delgado y húmedo, en el que es relativamente fácil que se produzcan grietas o rupturas.
El canal anal es un conducto en forma de tubo. Conecta al recto, que es la parte inferior del intestino grueso o colon, con el orificio del ano. Ese canal es el que tiene el revestimiento de mucosa. La fisura anal vendría a ser como un pequeño corte que se produce en el recubrimiento de dicho canal.
En muchas ocasiones se confunde la fisura anal con otras enfermedades, principalmente con hemorroides. Esto se debe a que generalmente provoca sangrado rectal, un síntoma común a distintas enfermedades, incluyendo el cáncer de colon.
La fisura anal es bastante frecuente en bebés, aunque puede presentarse a cualquier edad. Se produce por motivos tan simples como heces duras y grandes. Por lo general, mejora con tratamientos caseros, aunque es posible que presenten complicaciones y se requieran medicamentos o incluso cirugía.
Tipos de fisura anal
Lo habitual es que aparezca en la parte posterior del ano. Esto se debe a que esta es la región que soporta mayor presión durante la evacuación. Allí se concentra la tensión cuando se abren y se cierran los esfínteres que contraen y relajan el canal anal.Las fisuras anales pueden clasificarse de dos maneras:
- Una es por la frecuencia de aparición. Si no han transcurrido más de seis semanas desde su aparición y no se ha presentado una fisura anal en los últimos dos años, se dice que es aguda. Si, en cambio, aparece con frecuencia, en el mismo lugar y dura más de seis semanas, se habla de fisura anal crónica.
- Otra clasificación divide las fisuras anales en primarias y secundarias. La fisura anal primaria es aquella que aparece por una razón mecánica (heces muy duras, por ejemplo), o sin motivo aparente. La secundaria es aquella que sobreviene debido a que existe una enfermedad sistémica que la genera.
Ver también: Anatomía del ano y el recto
Causas y síntomas
La fisura anal primaria se produce por un traumatismo en la mucosa del canal anal, o también por pequeños traumatismos se suman entre sí y dan origen a la fisura.
Lo más frecuente es que el desgarro tenga lugar cuando el paciente sufre de estreñimiento y tiene una evacuación dolorosa. También es usual lo contrario. Es decir, pacientes que tienen diarreas frecuentes. Estas provocan una quemadura química que debilita la mucosa anal. Con el tiempo, esto da origen a la herida.
En el caso de la fisura anal secundaria, lo habitual es que haya una enfermedad sistémica que afecta al aparato digestivo y particularmente a la mucosa intestinal. Las más frecuentes son la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa, la tuberculosis intestinal y enfermedades de transmisión sexual como la sífilis, etc.
El principal síntoma de la fisura anal es un dolor agudo, que se presenta durante el paso de las heces. El dolor puede ser pasajero o prolongarse por varias horas.
Lo más común es que también haya presencia de sangre roja brillante en el papel higiénico o en las heces mismas. También es frecuente que haya un bulto en la piel, cerca de la fisura.
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Diagnóstico y pronóstico
El dolor es el principal síntoma que lleva a sospechar de la existencia de una fisura anal. Tal dolor es muy característico. Comienza al mismo tiempo que la defecación y aumenta a medida que las heces transitan.
El paciente siente como si lo cortaran con un cuchillo. Después se experimenta una sensación de calor o ardor en el ano. También hay una percepción de peso o molestia en esa zona.
Otro medio para diagnosticar la fisura anal es la exploración visual del ano. El médico puede detectar la fisura a simple vista, usualmente con una revisión general. Normalmente se hace una palpación para verificar su extensión. Solo en pocas ocasiones se ordena una manometría o ecografía anal para corroborar la presencia de la fisura.
El pronóstico de la fisura anal es por lo general muy bueno. En la mayoría de los casos se curan por sí solas. A veces simplemente requieren un tratamiento casero a base de baños de asiento. Son pocos los casos en los que se requiere intervenciones más especializadas o cirugías.
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