Conoce las contraindicaciones de la vaselina: riesgos y usos que debes evitar
Revisado y aprobado por la dermatóloga Maria del Carmen Hernandez
Poco se habla de las contraindicaciones de la vaselina, que van desde su aplicación en heridas abiertas y pieles con acné hasta el uso en quemaduras graves o en infecciones cutáneas. Su popularidad como producto de cuidado personal, su presencia en cosméticos y su apariencia inofensiva son los motivos por los que muchos creen que no presenta riesgos.
El problema de esta percepción errónea es que propicia su empleo inapropiado y puede causar complicaciones de salud. Aunque sirve para formar una barrera que ayuda a retener humedad en la piel, estas mismas cualidades la vuelven perjudicial en contextos en los que hay poros abiertos, cutis grasos, lesiones, hipersensibilidad o inflamación.
Te invitamos a un repaso por las circunstancias en las que debes evitar el uso de la vaselina y los inconvenientes a los que te puedes exponer.
Heridas abiertas
A pesar de que la vaselina genera beneficios en las heridas menores, al retener humedad y favorecer la cicatrización, está desaconsejada en heridas abiertas. El problema es que la capa que forma sobre la piel impide su ventilación adecuada, lo que prolonga la inflamación y retrasa la recuperación.
La situación se agrava más cuando se aplica en una herida que no fue desinfectada con antelación. En ese caso, crea un entorno favorable para posibles infecciones al atrapar humedad, suciedad y bacterias.
Pieles grasas y con tendencia al acné
La razón por la que la vaselina está contraindicada en pieles grasas, con poros dilatados y con acné, tiene que ver con su naturaleza oclusiva. Si bien esta cualidad es la que le permite formar una barrera que ayuda a atrapar la humedad, en estos contextos impide que los poros se liberen de suciedad, sebo, células muertas y bacterias.
Al obstruir los conductos de la piel y dificultar su oxigenación, el producto favorece la aparición de granos, comedones (puntos negros y blancos) y espinillas, además de un aspecto grasoso que hace que la piel luzca sucia y con imperfecciones.
Alergia a los componentes
Las personas con piel sensible o con antecedentes de alergias a los productos derivados del petróleo deben evitar el uso de vaselina. ¿La razón? Uno de sus componentes, el petrolato, tiende a desencadenar reacciones alérgicas al entrar en contacto con la piel, lo que se manifiesta con enrojecimiento, irritación, comezón, hinchazón y ronchas.
Quemaduras graves
Como remedio para las quemaduras, la vaselina solo está indicada en casos leves o superficiales, después de que la piel se ha enfriado. Siempre y cuando no haya demasiada inflamación o lesiones abiertas, una pequeña cantidad puede evitar que la piel se seque, favoreciendo la recuperación.
Sin embargo, el producto no debe aplicarse sobre quemaduras graves —solares, químicas, térmicas o por fricción—, puesto que tiende a empeorar los síntomas. Al crear una barrera que dificulta el flujo de aire y atrapa calor, fomenta la inflamación y el dolor. También retiene suciedad y gérmenes que pueden producir una infección.
Infecciones cutáneas
Si hay signos de infecciones en la piel, hay que evitar la aplicación de vaselina. Lejos de contribuir a su alivio, el ingrediente retrasa la recuperación y aumenta el riesgo de complicaciones, al crear un ambiente húmedo y cálido que favorece el crecimiento de los microorganismos (sean bacterias, hongos o virus).
Lactancia
La vaselina como remedio para los pezones agrietados durante la lactancia genera controversia. Aunque una pequeña cantidad puede humectar y reducir las molestias, no es la mejor opción ni la más segura. Si bien la evidencia es escasa, se plantea que puede generarle molestias digestivas al bebé que consume algún residuo al alimentarse.
Es poco probable que esto suceda tras utilizar una pequeña cantidad sobre los senos, pero es preferible no correr el riesgo. En su lugar, se recomienda priorizar el uso de bálsamos o pomadas diseñadas con este fin, que no contengan el ingrediente. La lanolina, por ejemplo, es una opción segura y con beneficios.
Lubricante íntimo
Por su textura oleosa y húmeda, la vaselina parece una buena alternativa a los lubricantes íntimos; no obstante, su uso con este fin acarrea varios riesgos. Al tratarse de un producto a base de petróleo, su contacto con los condones de látex debilita el material y aumenta el riesgo de rotura.
Por otro lado, aumenta la posibilidad de contraer candidiasis y vaginosis bacteriana, ya que sus componentes alteran el pH natural de la zona íntima, dificultan la transpiración y generan un entorno que facilita la proliferación de hongos y bacterias.
Aplicación cerca de las vías respiratorias superiores
Utilizar vaselina cerca de la boca o la nariz no es recomendable. La inhalación accidental de sus partículas puede conducir a una afección llamada neumonía lipoidea, que se produce cuando se aspiran sustancias oleosas.
La condición es poco común y puede ser asintomática. Sin embargo, a veces, cursa con sibilancias, tos, fiebre y pérdida de peso gradual. Los bebés, los niños pequeños y las personas con problemas para deglutir son las poblaciones en mayor riesgo.
Utiliza la vaselina de forma consciente
Ahora que conoces las circunstancias en las que el uso de vaselina no es apropiado, puedes aprovechar sus beneficios sin exponerte a riesgos innecesarios. Asegúrate de evaluar las condiciones de tu piel y determina si tiene características que la puedan hacer incompatible con el ingrediente, como demasiada grasa, signos de infecciones o heridas considerables.
De ser así, considera alternativas más seguras. No olvides que el cuidado de tu piel debe ser personalizado y consciente, por lo que te conviene indagar sobre los productos que utilizas.
Si es que decides apostar por la vaselina para fines cosméticos, empieza probando una pequeña cantidad, observa cómo reacciona tu piel y evalúa si te aporta los efectos esperados. De este modo, podrás estar segura de que será un aliado y no un enemigo.
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