5 cosas raras que pueden pasar después del sexo
Antes de empezar a tener relaciones sexuales solemos preguntarnos qué se siente. De hecho, si hablamos con nuestros conocidos sobre ello o nos informamos a través de libros, revistas y reportajes suele describirse como algo mágico. Pero, ¿qué ocurre realmente después del sexo?
Una vez que lo hemos experimentado, descubrimos que no todas las sensaciones resultan siempre agradables. De hecho, pueden sentirse algunas incomodidades, efectos dolorosos, irritaciones.
En este artículo te contaremos sobre algunas de las cosas raras que pueden pasar después del sexo, a qué se deben y lo que podemos hacer, si es que debemos hacer hacer algo.
Las expectativas que rodean al sexo hacen que lo consideremos un momento especial y mágico, cuando en realidad no siempre es así. La primera relación sexual, una vez experimentada, a veces puede perder toda la magia que creíamos en un principio.
La primera vez que nos desnudamos ante alguien sentimos algo de pudor y mucha inseguridad. Además, en el caso de las mujeres, la relación sexual puede resultar algo incómoda y dolorosa.
Por ende, se puede perder todo el romanticismo que hemos visto en algunas películas. Así, muchas de las creencias que teníamos en torno a hacer el amor, y de las que se hablan en algunos estudios, se vienen abajo.
5 cosas raras que pasan después del sexo
Después del sexo pueden aparecer determinadas sensaciones que pueden asustarnos por un momento. Hoy vamos a conocerlas y a descubrir los motivos por los que pueden surgir.
1. Ardor y picazón al orinar
Muchas mujeres sienten ardor y picazón al orinar tras mantener relaciones. Conocer el motivo por el que esto ocurre es imprescindible, ya que es la pregunta más común que se hace en las consultas ginecológicas.
Esta duda la tienen las mujeres que inician su actividad sexual y que asocian a una enfermedad de transmisión sexual (ETS). Esto no es así. Los síntomas de una ETS no surgen inmediatamente después del sexo, sino tras un día o dos, o más.
En la mujer, la salida de la uretra está ubicada unos centímetros más arriba del orificio vaginal. Dicha área se puede irritar con el roce del preservativo, de la fricción con el pene o la mano, o por las cremas lubricantes usadas. A su vez, esto puede provocar ardor y picazón en el momento de orinar.
Pero, si tenemos dudas de un posible contagio de una ETS podemos hacernos una prueba para descartarlo.
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2. Necesidad de ir al baño
A algunas mujeres les da vergüenza hablar sobre este tema. Apenas acaban de tener relaciones sexuales, o durante las mismas, les surgen las ganas de orinar. Esto es debido a que d urante la penetración vaginal el pene o los dedos pueden llegar a tocar y estimular mucho el punto G, lo cual ocasiona deseos de ir al baño.
En ningún momento esto debe hacernos pensar que podemos orinarnos durante la relación sexual. En tal caso, lo que puede surgir es un squirting. Además, orinar después de tener relaciones es positivo. Esto evita el riesgo de contraer infecciones de orina, en caso de que tendamos a sufrirlas.
3. Pequeñas manchas de sangre
Aproximadamente 1 de cada 10 mujeres presenta un leve sangrado vaginal después de mantener relaciones sexuales, que se detiene el mismo día o al siguiente.
Sabemos que durante nuestra primera vez esto puede ocurrir, pero en las encuentros posteriores también se llega a presentar. Las relaciones muy intensas, el exceso de fricción o la falta de lubricación son las causas más comunes y no representan un riesgo grave a la salud.
La solución es descansar un poco o ir más lento durante la penetración; también usar lubricantes. Debemos preocuparnos por esta situación cuando el sangrado no se detenga un día después del encuentro sexual.
4. Dolor en el bajo vientre
Otras de las cosas raras que pasan después del sexo es el dolor en el bajo vientre. Esta molestia tiene causas muy variadas y en circunstancias persistentes deberá ser tratada por el médico.
El dolor asociado con las relaciones sexuales es un síntoma no patológico. Se debe a que durante el encuentro amoroso no se perciben molestias por la velocidad excesiva del ritmo.
Pero, después de la eyaculación si hay una pequeña molestia pélvica, puede deberse a que el colon genera presión, al haber recibido las vibraciones de los movimientos.
Por otra parte, la actividad exagerada puede provocar una ligera tensión muscular en la pelvis que, al excitarse, se contrae y, cuando se somete al esfuerzo, produce dolor.
La causa también puede ser que durante el coito se dañaron un poco las paredes vaginales por una falta de lubricación adecuada, lo cual genera sensaciones incómodas tras el acto sexual.
5. Cambios anímicos
Lo más común es que, después del sexo, nos sintamos felices, contentos, plenos; o a lo sumo, tras alcanzar el orgasmo, nos sumimos en una sensación de calma, relajada y placentera a la vez.
Pero, no a todas las personas les sucede esto. Hay algo llamado síndrome de disforia poscoital (DPC). Las personas que lo padecen, pueden experimentar tristeza y hasta sentimientos de culpa, baja autoestima, entre otras sensaciones.
Cuando esto sucede eventualmente, lo cual es más común de lo que se piensa, se denomina disforia postcoital sexual (DPS); pero, si se hace recurrente, puede considerarse un síndrome.
Existen diversas explicaciones acerca de por qué puede ocurrir. Según algunas revisiones, en algunos casos guarda una correlación positiva con la angustia psicológica. Pero, también se piensa que puede estar relacionado con un proceso hormonal, que afecta temporalmente el funcionamiento de la amígdala.
En todo caso, si la persona siente que esto está afectando su funcionamiento sexual o su relación de pareja, lo más apropiado sería solicitar ayuda y acudir a terapia, de psicología o sexología.
Lo raro se hace normal con el tiempo
Podemos sentir diferentes cosas raras después del sexo. Hay algunas que se manifiestan al empezar la vida sexual; pero luego se van haciendo normales con el tiempo, desapareciendo las incomodidades. Poco a poco nos acostumbramos.
Sin embargo, algunas de estas sensaciones después del sexo pueden volver a experimentarse, una y otra vez. Generalmente, suelen ser más frecuentes cuando la excitación no es la adecuada y, por lo tanto, tampoco existe una correcta lubricación.
Si te cuesta demasiado llegar al nivel de lubricación correcto, se puede utilizar algún producto de buena calidad que te ayude al respecto. Los que tienen base de agua suelen ser los mejores. Y recuerda que si tienes dudas o las molestias persisten, debes acudir a consulta de ginecología.
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