Consejos para el cuidado de la piel de bebés y niños en verano
Escrito y verificado por la dermatóloga Maria del Carmen Hernandez
El cuidado de la piel de bebés y niños cobra mayor importancia durante el verano. Debido a su delicadeza, los rayos UV del sol pueden causar diversas agresiones si no se toman las medidas preventivas necesarias.
Como bien sabemos, justo en esta época los menores suelen estar más expuestos al sol, ya que muchas de las actividades en las que participan son al aire libre. ¿Qué hacer para evitar quemaduras?
7 consejos para el cuidado de la piel de bebés y niños en verano
La época estival es una de las más esperadas del año. Sin embargo, debido al cambio brusco de temperatura y los múltiples planes al aire libre, es conveniente extremar los cuidados, sobre todo en lo que a salud cutánea se refiere. Descubre a continuación algunas recomendaciones, dirigidas a proteger la piel de los bebés y niños.
1. Protección solar
A partir de los 6 meses de edad, los bebés pueden usar protector solar como parte de las medidas para mitigar las agresiones solares. En bebés más pequeños, evitar la exposición directa al sol y mantener a la sombra es la mejor medida para evitar inconvenientes.
Lo ideal es que los niños utilicen una crema solar cuyo factor de protección (FPS) sea igual o mayor a 50. Además, el mismo debe tener un espectro de protección amplio, que abarque los rayos UVA y UVB.
Por otro lado, es recomendable controlar el tiempo de exposición solar y el horario, pues se deben evitar los horarios entre las 12 y las 16 horas. En este lapso, los rayos UV son más dañinos.
Los protectores para el cuidado de la piel de bebés y niños en verano están disponibles en varias presentaciones. Algunas de ellas son las siguientes:
- Geles.
- Cremas.
- Aerosoles.
- Lociones.
- Ungüentos.
- Bálsamos labiales.
También es conveniente verificar la fecha de vencimiento del producto antes de aplicarlo. Una vez abierto, este dura solo un año. Se debe aplicar en las orejas, la cara, el cuello, los brazos y cualquier área del cuerpo que no se encuentre cubierta por vestimenta.
En la medida posible, es mejor usarlo antes de la exposición solar y repetir su aplicación cada 2 horas. De hecho, el producto debe emplearse hasta en los días nublados, ya que los rayos UV atraviesan de igual modo.
No se aconseja utilizar lociones que contengan ácido p-aminobenzoico (PABA), pues es causa frecuente de alergias y provoca manchas en la ropa de forma permanente. El octilmetoxicinamato, el protector de rayos UVB que se utiliza para niños, no ocasiona alergias.
2. Ropa con filtro solar
Durante el verano, uno de los cuidados básicos para proteger la piel de los bebés y los niños es vestirlos con prendas que cubran cualquier parte del cuerpo que pueda quedar expuesta. Hay que tener en cuenta que la ropa en sí no bloquea los rayos UV en su totalidad; sin embargo, puede contribuir a reducir sus efectos.
Ahora bien, en la actualidad hay compañías textiles que comercializan telas con protección UV. Suelen tener una etiqueta que indica el valor de factor de protección a la radiación ultravioleta (FPU) en una escala del 15 al 50 +. Cuanto más alto es el FPU, más protección brinda.
Cabe recordar que los bebés menores de 6 meses no deberían exponerse de manera prolongada al sol, por lo que la primera opción será siempre buscar la sombra. Por supuesto, se debe complementar su protección con barreras físicas como ropa y gorros.
3. Repelente de insectos
No hay que pasar por alto la presencia de insectos en los espacios donde se disfruta el verano. Sin embargo, es primordial recordar que no se aconseja la mezcla de repelente con protector solar.
La manera correcta es aplicar el protector solar 30 minutos antes del repelente. Asimismo, es mejor evitar el uso de perfumes, cosméticos o cualquier sustancia que tenga colorantes, ya que pueden causar reacciones de hipersensibilidad e irritación.
4. Uso de sombreros
Los sombreros son buenos complementos para mitigar los efectos negativos de la exposición solar. Según un artículo publicado en la revista The British Journal of Dermatology, aquellos que poseen ala ancha son los más apropiados. Protegen las orejas, los ojos, la nariz, la frente y el cuero cabelludo.
Dichas áreas son susceptibles de sufrir daños por la radiación solar, aunque a veces se pasan por alto. Así pues, su uso ayuda a cubrir más zonas del cuerpo y, junto a las demás medidas, disminuye el riesgo de un posible golpe de calor.
5. Los baños y la higiene
La higiene es fundamental para mantener sana la barrera cutánea de los menores. Los baños no deben ser largos, ni con agua tibia, para no provocar la deshidratación de la piel o empeorar eccemas y dermatitis atópicas, condiciones frecuentes en los primeros años de vida.
Un estudio publicado en 2016 en Jornal de Pediatría recomienda geles y champús syndet (sin detergentes) para evitar irritaciones. Luego de cada baño, hay que aplicar una loción o crema, ya que es cuando la piel absorbe más el producto.
En verano es esencial enjuagar la piel de los niños luego de asistir a la playa o a la piscina, para evitar que el cloro y el salitre la resequen. Además, conviene secarlos con una toalla limpia, sobre todo en los pliegues de los brazos y las rodillas, lugar donde se retiene humedad, que puede derivar en eritemas.
6. No olvides hidratar bien la piel de tu pequeño
La exposición al sol y los largos periodos en el agua durante el verano suelen comprometer la hidratación de la piel de los bebes y niños. Por tal motivo, es indispensable proteger la piel de nuestro pequeños con alguna crema hidratante, sobretodo si esta es hipoalergénica.
En los lactantes se debe tener especial atención a la zona del pañal. Lo recomendable es utilizar una crema que evite la deshidratación, aísle el roce y las sustancias irritantes, y promueve la revitalización de la piel. En estos casos, se suele recomendar la provitamina B5 y el pantenol.
7. Apuesta por pañales cómodos
El sudor y la humedad del verano son factores de riesgo frecuentes para desarrollar diversas formas de dermatitis e infecciones cutáneas. En los pequeños, la ingle, los genitales y los glúteos son las zonas más sensibles por el uso del pañal.
Es aconsejable usar pañales transpírales y cambiarlos frecuentemente. Además, dejar a nuestros pequeños sin pañal cada cierto tiempo también resulta de utilidad.
Cuidados especiales del recién nacido en el verano
En general, los bebes recién nacidos tienen un piel más delicada, fina y frágil que los niños de mayor edad. Los mismos tienen inmadurez de los sistemas de defensa cutáneos y no son capaces de regular muy bien la temperatura corporal.
En este sentido, los principales factores que afectan la piel de los recién nacidos son el sol y el calor. Algunos consejos para evitar las quemaduras solares y la deshidratación son los siguientes:
- Evitar exponer al recién nacido directamente bajo el sol.
- Utiliza sombrilla y, en la medida posible, mantener al pequeño bajo la sombra.
- Emplear ropa ligera de lino o algodón para vestir a nuestro pequeño.
- Mantener al bebé en un ambiente ventilado y fresco.
- Dar lactancia con frecuencia o agua en mayores de 6 meses.
No se deben emplear protectores solares en los primeros seis meses de vida, ya que hay mayor riesgo de reacciones alérgicas. En caso de baños en la playa o la piscina, debemos bañar muy bien al recién nacido con agua limpia y filtrada para eliminar cualquier resto de arena o cloro.
Proteger la piel de los bebés y niños en verano es importante
La exposición al sol durante el verano es un tema bastante serio, sobre todo si se trata de bebés y niños. Es conveniente asegurar la máxima protección, ya que hay alto riesgo de quemaduras y complicaciones asociadas. Además, a futuro, las agresiones solares elevan el riesgo de melanoma.
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