Descubre 3 fuentes de azúcar imprescindibles para tu cerebro
Escrito y verificado por la médica Karla Henríquez
Hemos llegado a un punto en el que solo con pronunciar la palabra “azúcar” la mayoría nos asustamos y nos llevamos las manos a la cabeza como si se tratara de un auténtico veneno para el cerebro. Ahora bien, no hace falta que le tengamos miedo al azúcar y que nos vayamos al extremo.
Si bien algunos tipos de azúcar tienen efectos nocivos para la salud, esto no quiere decir que no podamos consumirlo nunca más. ¿Cómo? ¿Podemos consumir azúcar? ¿No tenemos que olvidarnos de él y evitarlo a toda costa? Pues no. No hace falta exagerar.
Hay que recordar que, además de vitaminas, minerales y otros nutrientes, lo que el cerebro necesita es glucosa para funcionar, y la necesita en altas cantidades. Sin embargo, y aquí llega el dato más importante, hemos de cuidar el tipo de fuente de la que la obtenemos.
Consumir moderadamente ciertos alimentos ricos en glucosa, dentro de una dieta equilibrada, no significa en absoluto que vayamos a desarrollar diabetes u obesidad. El problema estaría en los excesos.
Veamos a continuación cuáles son las fuentes más recomendables de azúcar para que el cerebro funcione al 100 %.
Los azúcares: sí o sí para el cerebro
Los azúcares que provienen de los alimentos naturales son indispensables para el funcionamiento del cerebro. Por ende, las golosinas, los ultraprocesados y muchos comestibles industriales no son la mejor opción para cuidar la salud cerebral.
La neurocientífica Raquel Marín confirma que el cerebro es un comensal exigente. Por tanto, la idea de que “comiendo lo que sea” vamos a brindarle lo que necesita para funcionar correctamente no es acertada.
- La glucosa es una fuente de energía vital para las células.
- Las células nerviosas del cerebro son las que más energía demandan.
- El cerebro depende de la glucosa, lo queramos o no. Sin embargo, un exceso tanto de azúcar blanco como de la clásica fructosa, puede causar el efecto contrario al deseado.
- La hipoglucemia ocasiona una pérdida de funcionalidad cerebral.
Así pues, la clave está en mantener el equilibrio a la hora de comer y elegir bien las mejores fuentes de glucosa, no cualquier producto industrial repleto de azúcar artificial.
1. Los polisacáridos
La glucosa es la “gasolina” que requieren las células para realizar sus funciones. Hemos de darles, pues, el mejor combustible y, para ello, podemos empezar buscando aquellos alimentos ricos en polisacáridos.
Los polisacáridos están formados por la unión de centenares de monosacáridos. La mayoría de ellos se componen de glucosa y, por tanto, son una opción estupenda que el cerebro va a agradecer. Te explicamos cuáles son las mejores opciones:
- Maíz.
- Arroz.
- Avena.
- Patatas.
- Manzanas.
- Espinacas.
- Garbanzos.
- Zanahorias.
- Aceite de oliva.
2. Los oligosacáridos
Los oligosacáridos son otro tipo de glúcidos. Se caracterizan por ser cadenas cortas de monosacáridos, y el más conocido de todos ellos es, sin duda, el azúcar de caña o el azúcar moreno. También los podrás encontrar en lo que ahora se conoce como fructooligosacáridos o alimentos prebióticos, además de en los que te enumeramos a continuación.
- Ajo.
- Puerro.
- Alfalfa.
- Tomate.
- Plátano.
- Cebolla.
- Achicoria.
- Alcachofa.
3. Los monosacáridos
Cuando hablamos de monosacáridos nos referimos a los azúcares simples. Un ejemplo de monosacárido es la glucosa, que se encuentra en gran parte de las frutas y hortalizas.
Sin embargo, hay unos alimentos muy concretos en los que hallarás la fuente más saludable de energía para tu cerebro:
- Uvas.
- Miel.
- Arándanos.
- Jarabe de maíz.
- Jarabe de arce.
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El dulce, mejor por la mañana
Ya sabemos cuáles son las mejores fuentes de azúcar para el cerebro, esas que no contienen energías vacías y que, al ser de absorción lenta, nos permitirán disfrutar de unas capacidades cognitivas más afinadas a lo largo de la mañana.
Sin embargo, también somos conscientes de que a todos que nos encanta el dulce. Que comernos un pastel, un bollo, unas crepes con miel, fruta o chocolate es algo que nos apetece muy a menudo. ¿Hemos de evitar pues este tipo de opciones?
Tal y como hemos señalado al inicio, la clave está en mantener el equilibrio y la moderación. Los dulces, si se toman una o dos veces a la semana no suponen ningún exceso.
Sin embargo, recuerda: la tolerancia a la glucosa es mucho mejor por la mañana. Así pues, ten muy en cuenta este sencillo consejo: el dulce mejor por la mañana, nunca por la noche.
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