Efecto buffet: ¿en qué consiste y cuáles son sus consecuencias?
Escrito y verificado por la nutricionista Maria Patricia Pinero Corredor
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) establece el principio de variedad en una alimentación balanceada para garantizar el cubrimiento de las necesidades nutricionales. No obstante, el efecto buffet puede traicionar otro de los principios que es el de «cantidad adecuada». ¿Por qué razón?
El hecho de estar frente a una amplia variedad de alimentos hace que la persona quiera comer todo lo servido. Aquí entra un concepto en psicología que es «la saciedad sensorial específica». Esta consiste en saciarse muy rápido de un alimento, pero querer comer más de otros con sabores, colores y texturas distintas.
El efecto buffet se convierte entonces en un arma de doble filo para el mantenimiento de la salud, ya que por un lado varía la alimentación, pero por otro puede descontrolar el peso corporal. ¿Qué se debe saber al respecto?
¿En qué consiste el efecto buffet?
Para conocer más sobre el efecto buffet, hay que partir del concepto de habituación, una propiedad del sistema nervioso por la que, ante estímulos repetidos, el interés va disminuyendo en poco tiempo. Dicho fenómeno se activa cada vez que se inicia una comida, aunque con unas características particulares.
Wilkinson y Brunstrom explican que la saciedad se manifiesta con alimentos que tienen características sensoriales similares, pero ante alimentos con características diferentes, existe la tendencia de ingerir grandes cantidades. Este fenómeno se conoce como «saciedad sensorial específica».
Por su parte, la investigadora Barbara Rolls, de la Universidad Estatal de Pensilvania, observó que cuando distintos comensales estaban frente a tres ensaladas de brócoli, guisantes y zanahorias, los que las comían solas – es decir una ensalada por almuerzo – ingerían menos que aquellos que degustaban las tres ensaladas al mismo tiempo.
La doctora Rolls concluyó que a mayor cantidad de colores, aromas, texturas y sabores, la persona pierde la capacidad de escoger lo que más le apetece, ya que todo le es atractivo. O sea, se lo quiere comer todo.
De acuerdo con esto, el efecto buffet consiste en estar ante una amplia variedad de alimentos, y experimentar la necesidad de comer más y probarlo todo en poco tiempo para «no perder la oportunidad».
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Consecuencias del efecto buffet
El comer de manera abundante y descontrolada, como ocurre con el efecto buffet, puede desencadenar consecuencias para la salud. En el siguiente espacio detallamos las más frecuentes.
Puede incentivar al sobrepeso y obesidad
De acuerdo a la Asociación Americana de Psquiatría, la obesidad se caracteriza por un consumo compulsivo de alimentos y la incapacidad de restringir la alimentación a pesar del deseo de hacerlo. Se considera un desorden metabólico y mental, que conlleva a una adicción a la comida.
Según lo enfatiza Hetherington, la saciedad específica sensorial produce la culminación de un episodio de alimentación, pero también la tendencia a reanudarla. Con el efecto buffet, cada cierto tiempo, la persona está comiendo algo nuevo.
El sistema de saciedad del cerebro trata de frenar el elevado consumo, pero esto ocurre cuando ya es demasiado tarde. Al final, hay un descontrol del consumo energético y una mayor tendencia al aumento de peso.
Una revisión publicada en Brain Research Reviews sostiene que identificar este tipo de conducta alimentaria como una posible condición mental de la obesidad puede contribuir como una terapia efectiva antiobesidad.
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Puede conllevar a trastornos digestivos
Con el efecto buffet, el comensal no solo come nuevos alimentos, sino también cantidades copiosas del mismo. El psicólogo Rodrigo Sosa explica el «efecto postre», o lo que también se llama «el segundo estómago».
Se observa en personas que comen un alimento monótono y reportan un estado de saciedad, pero son capaces de terminar una ración entera de otro alimento, cuando se les ofrece.
Pese a que la persona está al máximo, ya que se ha comido la entrada y plato principal, es capaz de reaparecer el hambre, cuando se pensaba que ya no se podía. Se habla entonces del estómago de los postres y de unas cuantas calorías extras.
Sin embargo, internamente el vaciamiento del estomago puede demorar, y el proceso digestivo aún no culmina. Al final, como lo indica la Clínica Mayo, este tipo de conducta alimentaria produce indigestión general, que incluye distensión, pesadez, reflujo gastroesofágico, náuseas, entre otros.
Prepara el terreno para enfermedades crónicas
Cuando este efecto se repite de manera constante, los mecanismos de recompensa y de hambre-saciedad se van deteriorando. Esto causa hipertrofia del tejido adiposo por el exceso calórico consumido, además de la aparición de enfermedades crónicas no trasmisibles.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una alimentación descontrolada y excesiva está relacionada con la diabetes tipo 2, la obesidad, la hipertensión, el síndrome metabólico, las enfermedades cardiovasculares, entre otras.
¿Qué hacer ante el efecto buffet?
Si te sientes identificado con el efecto buffet y estás fuera de control, lo mejor es buscar ayuda con un psiconutricionista. Este profesional podrá orientar un tratamiento tanto nutricional como de conducta para superar este problema.
Es fundamental poner un límite al número de platos y raciones que se seleccionan del menú diario. En la medida de lo posible, los alimentos deben ser sanos, y deben aportar solo las necesidades calóricas diarias recomendadas.
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