Efecto Miguel Ángel en relaciones de pareja: ¿de qué se trata?
Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz
¿No te suena de nada el efecto Miguel Ángel? Te adelantamos que se trata de un efecto positivo que se da en algunas relaciones de pareja y que es muy beneficioso para sus integrantes. Por esta razón, conviene conocerlo más a fondo. No obstante, no siempre es posible conseguir este efecto Miguel Ángel, aunque en muchas ocasiones se utiliza en terapia con muy buenos resultados.
Seguro que estás acostumbrado a que las parejas se relacionen de una manera muy poco sana. Es verdad que, en general, la sociedad parece tener carencias en este aspecto. No obstante, también hay parejas que deberían servir de modelo. Descubre en qué consiste el efecto Miguel Ángel y si es posible integrarlo en cualquier tipo de relación.
¿Qué es el efecto Miguel Ángel?
El efecto Miguel Ángel es un proceso que se da en aquellas parejas que se van modelando en función de lo que se conoce como «yo ideal». De esta forma, cada integrante consigue llegar a desarrollar ese yo, su mejor versión. Este efecto es muy positivo porque se da al mismo tiempo, ya que cada miembro de la relación apoya al otro en su camino hacia ese «yo ideal».
Reforzar los logros de la otra persona, alentarle a que continúe esforzándose por alcanzar sus metas… Todo esto permitirá una evolución clara y positiva que repercutirá en la propia relación. Este efecto se da de manera recíproca para que ambos integrantes puedan avanzar y se encuentren siempre en el mismo punto. Es un claro ejemplo de relación sana.
¿Qué es el «yo ideal»?
El concepto de «yo ideal» es aquello a lo que, seguramente, aspiras. Por ejemplo, si una persona se considera divertida y su pareja refuerza esto compartiendo su sentido del humor, esta parte de su carácter se verá reforzada. En el caso de que su pareja se mostrase fría y no entendiese sus bromas, sucedería todo lo contrario.
Para el que el efecto Miguel Ángel funcione debe haber una conexión importante con la otra persona; es decir, los valores deben coincidir, también el sentido del humor, determinados pensamientos, etc. Así, cada persona dentro de la pareja se va a sentir satisfecha y feliz. Si alguien con sentido del humor deja de bromear porque su pareja no comparte esto, será difícil llegar a esa felicidad.
Todas las relaciones te cambian
Esta afirmación puede generar rechazo en un principio, pero es realmente cierta. Las relaciones pueden cambiarte para bien o para mal. Te cambian para mal si te moldean para ir en contra de cómo eres. Si dejas de reír, de bromear, de salir a correr. Cosas que te gustaban hacer y que has apartado porque la otra persona no lo comparte.
Pero el efecto Miguel Ángel implica un cambio positivo, aunque para eso la otra persona debe coincidir en muchos aspectos contigo. Mejorar como personas y alcanzar ese «yo ideal» gracias a estar con una pareja es genial. Esto es bien recibido. No obstante, en aquellos casos en los que las relaciones te cambian para mal, hay que tomar decisiones.
Un efecto que promueve relaciones sanas y equilibradas
El efecto Miguel Ángel no tiene nada que ver con intentar que la otra persona cambie para el propio beneficio. De lo que trata este efecto es de potenciar aquellos aspectos de la otra persona, ayudarle a superarse a sí misma, en alcanzar ese «yo ideal». Conseguir que saque la mejor versión de sí misma es un acto muy generoso.
No obstante, este efecto debe darse de forma recíproca. De esta manera, los dos miembros de la relación conseguirán una relación equilibrada y sana. Tener alguien a tu lado que te apoye y que te ayude a ser mejor persona es algo genial. Un apoyo incondicional que te recordará tus cualidades positivas y colaborará para que alcances tus metas.
El efecto Miguel Ángel en la terapia de pareja
Este efecto se puede trabajar en cualquier terapia de pareja para intentar que sus integrantes empiecen a centrarse en las cualidades positivas de la otra persona y eviten fijarse tanto en lo malo (algo que suele pasar con bastante frecuencia). No es algo sencillo de conseguir y se necesita mucho esfuerzo por ambas partes. Sin embargo, los resultados pueden llegar a ser muy positivos.
A pesar de todas las bondades que presenta el efecto Miguel Ángel son pocas las parejas que logran seguir esta dinámica de apoyo, comprensión y generosidad. Aunque en una terapia de pareja esto se pueda trabajar, al final debe haber una gran fuerza de voluntad por ambas partes para que los resultados sean buenos. No es sencillo construir una relación sana y equilibrada, pero no es imposible.
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