Posibles efectos del cloro de las piscinas en la salud de los niños
Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina
Es muy saludable que los niños practiquen natación y se diviertan en el agua. Sin embargo, también es importante tomar algunas precauciones, ya que los efectos del cloro de las piscinas pueden ser muy negativos si no se previenen a tiempo.
El cloro es una sustancia que se emplea en las piscinas para eliminar bacterias y hongos o prevenir su aparición. El problema es que no solo afecta a esos microorganismos, sino también al ser humano. Esto ocurre cuando la exposición es muy prolongada o las cantidades de la sustancia en el agua son muy altas.
Los efectos del cloro de las piscinas en la salud de los niños van desde pequeñas molestias hasta problemas graves. La mejor alternativa es prevenir que esto suceda.
El cloro y sus riesgos
El cloro es un elemento químico que se encuentra en la naturaleza y es uno de los componentes básicos de la materia. De forma artificial, se fabrica a partir de la sal común, mediante un proceso llamado electrólisis.
Esta sustancia se agrega al agua de las piscinas para matar gérmenes presentes en ella. Cuando los componentes clorados entran en contacto con el agua, liberan ácido hipocloroso, que es un desinfectante activo.
A pesar de sus grandes beneficios, una exposición prolongada y frecuente al cloro puede generar problemas de salud. Esto aplica en particular para los bebés y los niños hasta los 3 años. A esa temprana edad, la función respiratoria está en desarrollo y tiende a reaccionar de forma anómala ante los irritantes.
Problemas de salud por los efectos del cloro de las piscinas
Los efectos del cloro de las piscinas en la salud de los niños pueden ser muchos. Los más graves, pero no los únicos, son aquellos que afectan al sistema respiratorio. En general, se trata de irritaciones de diversa índole.
Irritaciones en los ojos o conjuntivitis
Muchas veces, los niños salen con los ojos enrojecidos de la pileta y se cree que este es uno de los efectos del cloro de las piscinas. Lo cierto es que es consecuencia de la falta de este elemento. Una piscina que irrite los ojos es un espacio mal desinfectado.
Por lo general, las irritaciones en los ojos y la conjuntivitis son efecto de la presencia de sudor, saliva, orina, heces y restos de productos cosméticos. Todos estos elementos pueden estar presentes en el agua, a pesar de que se vea limpia.
Problemas en la piel
Otro de los posibles efectos del cloro de las piscinas es la resequedad de la piel o dermatitis irritante. Esto se debe a que el pH de esta sustancia es superior al de la piel. Como consecuencia, se produce la irritación. Esta causa picor y descamación.
Problemas respiratorios
Otro de los posibles efectos del cloro de las piscinas es la generación de problemas respiratorios. El cloro tiene concentrada una sustancia llamada tricloramina.
Esta sustancia es tóxica y se inhala con facilidad. No solo llega a las vías respiratorias superiores, sino que alcanza la zona profunda de los pulmones. La consecuencia es que puede irritar y hacer más propensos a los niños a padecer otros problemas respiratorios.
Intoxicación por cloro
Una piscina saludable no debe tener ningún olor. Si hay un olor muy fuerte a cloro significa que el agua está llena de impurezas. Ese aroma intenso se produce cuando el cloro reacciona, al entrar en contacto con sudor o heces.
Si un niño traga mucha agua clorada, existe el riesgo de que se presente una intoxicación. Los síntomas son tos, vómitos, malestar estomacal, fatiga, dificultad para respirar e hinchazón en ojos, garganta, orejas y nariz.
Sensibilización alérgica
Un estudio llevado a cabo por el doctor Alfred Bernard, de la Universidad Católica de Lovaina, encontró que existe una relación entre el cloro de las piscinas y la aparición de enfermedades alérgicas. En especial, el asma.
Esto se evidencia en los bebés que utilizan con frecuencia la piscina antes de los 2 años y en los niños con propensión a padecer alergias. La investigación indica que por cada 100 horas de exposición a una piscina clorada se incrementa hasta en un 60 % el riesgo de padecer asma.
También se ha establecido que las personas que nadaron en piscinas antes de los 2 años son más susceptibles a desarrollar alergias, incluso en su vida adulta.
Interacciones con otras sustancias
Uno de los aspectos que se deben tomar en cuenta es lo que se conoce como cloro activado. Se le da este nombre genérico a los subproductos que surgen como reacción de la combinación del cloro con otras sustancias. Esto ocurre con frecuencia en las piscinas.
Por ejemplo, cuando el cloro se combina con cremas de protección solar, lociones o perfumes, sufre modificaciones que pueden dañar el manto protector graso de la piel. El efecto es mayor resequedad.
Así mismo, y como ya lo habíamos mencionado, cuando el cloro entra en contacto con sustancias orgánicas (sudor, orina) genera cloraminas. Estas hacen que el olor a cloro sea más intenso, pero también inciden en la aparición de problemas de salud alérgicos.
De otro lado, cuando las proteínas salivales entran en contacto con agua en la que hay cloraminas, se descomponen de forma acelerada. La consecuencia de esto es la formación de un sarro de color marrón en los dientes.
Es importante que los niños lleven ciertas protecciones oculares cuando usan piscinas públicas.Consejos para minimizar los efectos del cloro
Los siguientes son algunos consejos que pueden limitar los efectos del cloro de las piscinas para la salud de los niños:
- Evitar las piscinas que tengan un fuerte olor a cloro.
- No entrar en piscinas que no exijan una ducha antes y después de utilizarlas.
- Tras ducharse, al salir de la piscina, es conveniente aplicarle crema hidratante al niño.
- Es muy importante enseñarle al niño a no escupir ni hacer pis dentro de la piscina.
- Es conveniente que el niño vaya al baño antes de entrar en la piscina.
- Se debe usar y exigir el uso de pañales especiales que absorban la orina dentro del agua en el caso de los bebés.
- Lo mejor es utilizar gafas y tapones para los oídos al usar la piscina.
- El niño debe aprender a no poner agua de la piscina en su boca y mucho menos a tragarla.
- Si el niño sale con los ojos enrojecidos, lo más indicado es enjuagárselos con suero fisiológico y ponerle compresas frías por un par de minutos.
- Las piscinas al aire libre son más recomendables que las cubiertas.
Existen alternativas al cloro
En la actualidad, hay piscinas que no se desinfectan con cloro. Algunas emplean ionizadores de agua, en los que se usa electrólisis. En este caso, la electricidad elimina los gérmenes.
También hay piscinas que utilizan un sistema de desinfección con bromo o ultravioleta. Este sistema de esterilización es muy potente y confiable. Tanto estas como las anteriores son buenas alternativas para evitar los efectos del cloro de las piscinas en la salud de los niños.
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