Envolverse en plástico: un error que no sirve para adelgazar
Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira
Desde hace muchas décadas se vienen practicando diferentes “trucos y técnicas” que tienen como fin mejorar los resultados a la hora de perder peso y moldear la figura. Cremas adelgazantes, procedimientos quirúrgicos, jugos, geles, inyecciones quema grasas o masajes, entre otros, son solo una mínima parte de los métodos que tienen como fin ayudar a eliminar esos kilos de más que impiden tener la figura deseada.
Además de los ya mencionados, hay un método muy popular que, según la creencia popular, puede incrementar la capacidad de quemar calorías y grasa, este consiste en envolver el cuerpo con plástico para incrementar la temperatura corporal a la hora de hacer ejercicio. Pero, ¿sirve de algo?
¡Acompañanos en este breve resumen!. Te va a gustar lo que descubrirás. ¿Comenzamos?
Esta práctica ha sido muy utilizada en los centros de estética y muchas personas lo hacen en casa para aprovechar todos sus supuestos beneficios. Al cubrir las áreas del cuerpo con plástico, que es un material impermeable, se obliga al cuerpo a sudar y con ello se trata de favorecer una pérdida de peso. Esto último es totalmente cierto y lógico.
Sin embargo, hoy nos adentramos un poco en algunos puntos sobre este sistema de “pérdida de peso”. Sabemos que será de tu interés y hasta querrás compartirlo con tus amigos y familiares.
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¿Mito o realidad?
Ya hemos mencionado en líneas anteriores que este método consiste en cubrir algunas zonas del cuerpo, especialmente la zona abdominal, con film para envolver y proteger alimentos, y que se hace justo antes de realizar ejercicios. El propósito es potenciar los supuestos efectos adelgazantes. Además se ha recomendado aplicar alguna crema reductora, o como se les conoce en algunos lugares, “cremas comegrasas”. ¿Pero es real? ¿Existe algún riesgo para la salud?.
Según este estudio, publicado por la Revista Cubana de Investigaciones Biomédicas, la obesidad es uno de los mayores problemas de la salud pública en la actualidad, su origen es complejo y multifactorial. Esto llevó a una revisión exhaustiva de aspectos relacionados con la importancia de la obesidad como problema de salud, su fisiopatología, así como sus factores condicionantes.
Esto quiere decir, en primera instancia, que si estamos frente a un tema de obesidad y buscamos perder eso, entonces habría que abordar temas más complejos como por ejemplo nuestra ingesta calórica diaria, índice de grasa corporal, velocidad del metabolismo, porcentaje de actividad física, y además deberíamos relacionarlo todo a nuestra edad, nuestro peso y nuestra estatura.
Como hemos presentado, el perder peso, entonces es un tema que va mucho más allá de “envolverse en papel film y sudar”, ya que se ha comprobado científicamente que sudar no hace que perdamos peso. Sudar es parte de la naturaleza de nuestro organismo, los seres humanos sudamos a través de la transpiración por diferentes razones y aunque la más común tiene que ver con regulación de la temperatura.
Se debe a las glándulas sudoríparas. El cuerpo, así como el de otra persona normal, tiene en promedio cerca de unos 2,6 millones de glándulas de este tipo. Investigaciones científicas sobre la sudoración han determinado por ejemplo, que los hombres tienen glándulas sudoríparas con mayores capacidades que las mujeres, por ello sudan en mayor cantidad. Sorprendentemente, una persona estándar en plena sudoración alcanza a sudar más de 3 litros y medio en una hora.
Ahora que sabemos esta información, entonces todo apunta a que no se puede conseguir perder peso solo con sudar, de hecho, este estudio previamente citado, muestra que no sudamos como muestra de pérdida de peso. Es esta razón la que nos indica que para poder perder peso, lo más determinante es la alimentación. Es decir, llevar una dieta sana, balanceada y responsable que contenga los macronutrientes que necesitamos durante el día y además en las cantidades adecuadas, como hemos mencionado, basados en nuestra edad, estatura y peso corporal.
Si además de esto tenemos por añadidura, un hábito de ejercitar el cuerpo de manera frecuente, pues tendremos solo que añadir un último punto para encontrar un buen balance, que sería el descanso. Obteniendo así el famoso triángulo: Buena alimentación (dieta sana), ejercicios y descanso.
Contraindicación de este método
Lo que se consigue al envolver cualquier zona de tu cuerpo en una película plástica es evitar la transpiración en un proceso natural del cuerpo cuando sube de temperatura, la sudoración. Las personas que se someten a este sistema supuestamente adelgazante es perder peso de manera inmediata, pero es un peso que corresponde al agua que se pierde, que tras hacer ejercicio se va a recuperar al beber.
Además de ello, corremos el riesgo de sufrir una deshidratación severa. Es evidente que el cuerpo necesita de un proceso de liberación de calor, que si lo bloqueamos con un plástico va a elevar de manera rápida y en exceso la temperatura corporal.
No olvidemos un último punto, someter nuestra piel al contacto continuo y a alta temperatura al cloruro de polivinilo no parece la opción más aconsejable. Hay pieles sensibles que pueden sufrir reacciones alérgicas, y por tanto encontrarse con un problema añadido.
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Quiero perder peso, ¿qué hago?
Si lo que quieres es perder peso lo que debes hacer es ponerte en manos de un especialista, que diseñará una dieta adecuada a tus características y te recomendará hacer ejercicio de manera regular. Existen multitud de entrenadores personales cualificados que pueden trazar un plan de trabajo específico y acorde a tus intereses y constitución.
Lo mejor que puedes hacer es alejarte de este tipo de “remedios caseros” que no tienen ninguna base científica y entender que la pérdida de peso es un proceso que necesita de tiempo y que no entiende de milagros, sino de sacrificio, alimentación saludable y esfuerzo.
¡No trates de ir más rápido!
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