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¿Es posible amar sin sufrir?

5 minutos
Amar siempre vale la pena. Pero en ocasiones, aporta más sufrimiento que felicidad. Conoce las claves para evitar el dolor y mantener la ilusión.
¿Es posible amar sin sufrir?
Bernardo Peña

Escrito y verificado por el psicólogo Bernardo Peña

Escrito por Valeria Sabater
Última actualización: 25 mayo, 2023

Son muchas las personas que han sufrido malas experiencias en sus relaciones afectivas. Parejas que han llegado a un final doloroso y que ahora, están sumidas en una especie de escepticismo a la hora de volverse a enamorar. ¿Es posible amar sin sufrir? Tratemos de saber cómo es posible lograrlo.

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1. Relaciones afectivas, felicidad y sufrimiento

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La mayoría de los expertos apuntan a que no se puede amar a una persona sin haberla querido en el pasado, y por lo tanto están íntimamente relacionadas.

Suele decirse que, cuando nos enamoramos, somos especialmente frágiles. No existe mayor acontecimiento que el sentirse atraída por otra persona, que el amar y ser amado. Que el conocer a alguien con quien experimentamos una especial unión, tanto física como emocional.

No podemos negarlo, cuando amamos a alguien somos más susceptibles y más vulnerables. Tenemos miedo de muchas cosas y entre ellas, especialmente, ser abandonados. Cualquier palabra o gesto, por poco intencionado y simple que sea, puede hacernos daño.

Nuestra felicidad está asociada a una persona en concreto, y si esta persona no nos muestra el afecto que esperamos, o nos rechaza o no es capaz de aportarnos compromiso y sinceridad, sufriremos. Es una realidad clara que todos hemos padecido.

Ahora bien, hay personas que gestionan mejor esta realidad, y otras que, simplemente, se derrumban y se muestran mucho más frágiles, mucho más dolidos. Amar es una explosión emotiva donde podemos ir de la felicidad más absoluta, a la tristeza más desoladora. Lo ideal es mantener un equilibrio personal y ante todo, no proyectar al 100% en nuestra pareja el origen de nuestra felicidad. Para amar debemos ser fuertes, mantener nuestra autoestima y un buen auto-concepto. Seguro que conoces personas que solo conciben la felicidad cuando tienen pareja. Sin embargo, cuando están solos se sienten abandonados y débiles. Y esto no es bueno. También debemos saber gozar de nuestra soledad y nuestra independencia. La clave está en el equilibrio.

2. Cómo amar sin sufrir

¿Es posible amar sin sufrir? Bien, en primer lugar debemos aclarar que en el momento en que algo nos importa, es inevitable no sufrir. Queremos a nuestros padres, a nuestros hijos y a nuestras parejas, y por lo tanto nos preocupamos y sufrimos por ellos. Es normal y esperable. Pero lo esencial es que el sufrimiento sea razonable y no nos haga caer en una depresión, por ejemplo.

Debemos aprender a gestionar el sufrimiento para no dejarnos caer. Para mantener a flote nuestra autoestima y no quedar destrozadas. Hay personas que son más vulnerables que otras, personas que, por su personalidad, pueden afrontar peor por ejemplo una traición o un abandono. Estamos seguros de que conoces a personas que han caído en una grave depresión tras que su matrimonio fracasara o tras que su relación afectiva, se rompiera. Debemos ser fuertes y protegernos. Debemos también ser optimistas, si una relación no sale bien, seguro que tarde o temprano encontrarás la persona adecuada para ti. El amor es algo que siempre vale la pena, no lo olvides.

Pero veamos ahora qué dimensiones van a ayudarnos a “no caer” ante el sufrimiento del amor.

1. Amar debe, ante todo, ofrecer felicidad

Debemos tenerlo claro. Si un día te despiertas con lágrimas y no con una sonrisa, es que algo grave está ocurriendo en tu vida. Si lo que te ofrece tu relación es más sufrimiento que felicidad, deberás reaccionar. Lo más importante de este mundo eres tú y tu integridad, y saber reaccionar a tiempo nos evitará un mayor sufrimiento. Puede que en ocasiones nos sea difícil reaccionar, pero vale la pena preguntarnos de vez en cuando ¿soy realmente feliz?

2. Mantén protegida tu autoestima

No dejes que nadie te controle o te manipule. Si notas que estás dejando de ser tú misma y que es la otra persona quien decide por ti o tiene tu felicidad en el bolsillo, tienes que cambiar la situación.

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Reacciona. Si dispones de una autoestima fuerte, si te quieres a ti misma, disfrutas de cómo eres y te sientes orgullosa de tu personalidad, evitarás muchos sufrimientos. Pongamos un ejemplo. Una chica, es rechazada por un chico. Este rechazo la sume en una depresión y piensa que no es buena para ningún otro hombre, que nadie la va a querer jamás.

Sin embargo, su amiga, que dispone de un buen auto-concepto y una fuerte autoestima, reacciona de otro modo ante un rechazo: “si este chico me ha dejado, es porque no me merecía y no ha sabido apreciar lo que valgo, seguro que encuentro a otra persona que descubre cómo soy y me ama por mi misma”.

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3. Busca siempre tu crecimiento interior

Para amar de forma saludable a una persona, primero, debes valorarte a ti misma y sentir que hay cosas en ti que la otra persona también valora. “Si yo me quiero y me respeto, seré capaz de amarte a ti como una persona madura”. Pensemos por ejemplo en esos las personas que son especialmente celosas.

Los celos tienen como origen a la inseguridad. Las personas que los manifiestan piensan que como no se valoran ellas mismas por extensión piensan también que sus parejas pueden irse con alguien mejor en cualquier momento.

Lo mejor es amar a personas maduras y equilibradas, personas seguras de sí mismas capaces de aportar felicidad y optimismo, capaces de crecer en pareja día a día.

Sabemos que el amor, a veces implica cierto sufrimiento. Pero en ocasiones vale la pena para ir construyendo en pareja. Si ves que no es posible, siempre será mejor no alargar inútilmente una situación que solo aporta tristeza. Recuerda: amar siempre vale la pena y tú mereces que te quieran.
Lo que aquí se expone son consejos que podrían no funcionar en todos los casos. Si necesitas ayuda profesional, te recomendamos que acudas a un especialista de la salud mental.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.