Escepticismo filosófico: bases y representantes

Para los escépticos de la Antigua Grecia, el ser humano nunca podrá acceder a la verdad de los hechos. Afirman que, en vez de conocer, las personas solo opinan.
Escepticismo filosófico: bases y representantes

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 julio, 2023

El escepticismo filosófico es una teoría del conocimiento que defiende la inexistencia de la verdad y, en caso de existir, niega que el ser humano sea capaz de conocerla. El origen de esta corriente lo encontramos en la Antigua Grecia.

Se le atribuye al filósofo griego Pirrón de Elis (c. 360 – 270 a. C.), quien fundó la escuela escéptica denominada pirronismo, a la que pertenecieron filósofos como Timón el Silógrafo (c. 320-230 a. C.) y Sexto Empírico (c. 160-210).

Se piensa que la incredulidad de los escépticos fue tal, que nada era verdadero o falso, ni malo o bueno, ni herético o sagrado. Así ponían en práctica la epojé o suspensión del juicio, y podían alcanzar la ataraxia o paz mental. A continuación, detallaremos en qué consiste esta corriente filosófica y la distinguiremos de la noción actual y cotidiana de escepticismo.

Principios del escepticismo filosófico

En líneas generales, los postulados que defiende el escepticismo filosófico son los siguientes:

  • El ser humano nunca podrá acceder al conocimiento verdadero y nada puede afirmarse de nada.
  • La realidad no puede ajustarse a los conceptos que manejamos mentalmente.
  • El conocimiento adquirido a través de los sentidos es irreal.
  • Todo lo que conocemos llegan a nosotros por azar o por costumbre.

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Características del escepticismo filosófico

Las características principales de la escuela filosófica escéptica son las siguientes:

  • La palabra escéptico viene de skeptikós, que deriva de skeptesthai (examinar, investigar). Así, los skeptikoi son los que examinan o los que investigan. De esta forma, el escepticismo consiste en ir más allá de lo que se acepta como verdadero.
  • Los escépticos dudaban a priori de cualquier afirmación o hecho. De esta forma, llegaban hasta la suspensión del juicio y la indiferencia ante el mundo.
  • Abarcó diferentes posturas y posiciones filosóficas, dependiendo de cada pensador escéptico. Alcanzó su mayor producción siglos después, durante el Renacimiento
  • Los escépticos fueron impopulares en la Antigua Grecia, pues tenían fama de desbaratadores de ritos, leyendas y mitos.
  • El escepticismo desapareció tras la caída de la civilización grecorromana. No obstante, reapareció siglos después durante el Renacimiento, cuando pasó a convertirse en una herramienta contra el dogmatismo cristiano medieval.
Los escépticos plantean dudas para investigar y llegar más allá, rechazando la posibilidad de alcanzar la verdad.

Representantes del escepticismo filosófico

Los representantes más destacados del escepticismo filosófico son los siguientes.

Pirrón de Elis (c. 360 – 270 a. C.)

Es considerado el padre del escepticismo. Se dice que fue un gran viajero que conoció culturas lejanas junto al ejército de Alejandro Magno. Todo ese bagaje le permitió poner en duda muchas de las verdades tradicionales de su pueblo.

El único testimonio escrito de la obra pirrónica es una oda dedicada a Alejandro Magno. ​El legado de su doctrina, recogido por su discípulo Timón el Silógrafo, es trasmitido a través de Sexto Empírico. Según su testimonio, Pirrón era tan radical en su postura que negaba que se pudieran alcanzar los primeros principios de la deducción aristotélica.

Timón el Silógrafo (c. 320 – 230 a. C.)

Fue un filósofo griego y poeta satírico, discípulo de Pirrón y de Estilpón de Megara. Casi todo lo que sabe de él proviene de la obra de Diógenes Laercio. Se dice que era sumamente elocuente pero pobre.

Sexto Empírico (c. 160 – 210)

Médico y filósofo romano de origen griego, a quien se le atribuye la mayoría de los preceptos del escepticismo pirroniano, en su obra Esbozos Pirrónicos. Recibió el sobrenombre de Empírico por sus concepciones filosóficas, pero especialmente por su práctica médica.

Sus escritos, muy influidos por los de Pirrón y Enesidemo, están dirigidos en contra de la pretensión dogmática de conocer la verdad absoluta, tanto en la moral como en las ciencias.

Luciano de Samósata (125 – 181)

Escritor romano de origen sirio que utilizó la lengua griega, perteneciente a la llamada segunda sofística. Junto a Sexto Empírico fueron los últimos escépticos de la Antigüedad.



Ejemplos de escepticismo filosófico

Para comprender mejor en qué consiste el escepticismo filosófico, a continuación presentamos algunos ejemplos:

  • Si a un partidario de la escuela escéptica se le presentan dos argumentos opuestos, los cuales poseen una base lo suficientemente sólida que los respalda, defenderá no tomar partido por ninguno. Pues eso lleva consigo la pérdida de la tranquilidad.
  • Se catalogan como escépticas las siguientes afirmaciones: “tengo determinados argumentos y poseo otros en sentido contrario, pero no defiendo ninguno”; “no afirmo ni niego la existencia de Dios”, “no creo en una verdad, pero si la hay, cosa que no niego, no tengo medios de conocerla”.
  • Alguien escéptico no diría que hace calor; se limitaría a decir que siente calor. Pues no se atrevería a afirmar un conocimiento como si fuera una verdad absoluta.
Mujer escéptica.
En el escepticismo no hay lugar para afirmar algo de manera tajante, ya que siempre se puede dudar de ello.

Acepción cotidiana de escepticismo

Al hablar de escepticismo, generalmente se nos viene a la mente una actitud de duda hacia lo que otros proclaman como hechos. Es decir, la tendencia a no creer de buenas a primeras en las opiniones, creencias o afirmaciones de terceros, a menos que estén apoyadas por las evidencias necesarias.

En el caso de la noción cotidiana de escepticismo, basta con que la persona compruebe la veracidad de los hechos por sus propios medios (generalmente a través de sus propios sentidos) para afirmar o negar la veracidad de los mismos,

En cambio, el escepticismo filosófico es más extremo, ya que la persona nunca afirmará o negará la veracidad de los hechos. Incluso si lo pudo comprobar a través de sus sentidos. Recordemos que esta postura filosófica desconfía del conocimiento proporcionado por los sentidos y niega rotundamente la adquisición de la verdad.

Para comprender mejor la distinción, pongamos el ejemplo de los que niegan que el calentamiento global esté sucediendo. Muchos podríamos pensar que se trata de personas escépticas.

No obstante, más que dudar si tal calentamiento es cierto o no, apuntan a que este no existe. Por tanto, si consideramos la noción filosófica del término, estas personas no entrarían en la categoría de escépticos.


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