Espolón calcáneo, ¿cómo prevenirlo?
Revisado y aprobado por el médico Carlos Fabián Avila
La dolencia del espolón calcáneo consiste en una calcificación donde los tendones se unen al hueso calcáneo del pie. Se trata de un tumor benigno de hueso en la parte inferior del talón.
Popularmente, se cree que es el crecimiento de hueso en forma de lanza lo que provoca los dolores asociados a este problema, pero no es así. En realidad, el espolón en sí mismo no es doloroso; lo que duele son los tejidos blandos que pueden clavarse se clavan en el hueso nuevo.
Por lo general, el espolón se desarrolla por una inflamación en la inserción de la fascia plantar en el talón (entesopatía) debido a microtraumas que recibe la misma fascia plantar. Todos estos tejidos, si siguen recibiendo las cargas que lo lesionaron, en vez de cicatrizar con tejido normal comienzan a depositar sales de calcio o ácido úrico. El acúmulo de estas sustancias, a largo plazo, lleva a la formación de espolones.
A continuación, desarrollamos las principales características del espolón calcáneo y algunas medidas para prevenirlo.
¿Qué causa el espolón calcáneo?
Como explicábamos, el espolón se desarrolla después de que se hubiese lesionado la fascia plantar (una banda de tejido gruesa que recubre los huesos en la base del pie). Como consecuencia, esto provoca su inflamación, denominada fascitis plantar. También pueden producirse pequeños desgarros de los tendones en su unión con el hueso.
El organismo acumula calcio en las zonas dañadas, con el objetivo de recuperar los tejidos, y como resultado aparece progresivamente la prominencia ósea.
Ten en cuenta que esta situación puede ser provocada por varios factores, como:
- La obesidad y la edad.
- Enfermedades reumáticas (artritis reumatoide), ya que favorecen la acumulación de sustancias.
- Actividad deportiva excesiva o mal realizada.
- Uso de calzado inadecuado o malas posturas.
La fascitis plantar produce un dolor intenso en la planta del pie que puede dirigirse hacia el talón.
¿Cómo se diagnostica un espolón?
Para empezar, el espolón se puede evidenciar al realizar un estudio radiográfico. En él se observa una protuberancia puntiaguda orientada hacia los dedos con una longitud de entre uno a cinco milímetros.
Por el contrario, existen personas que lo padecen sin referir ningún síntoma.
¿Qué síntomas se pueden presentar?
En primer lugar debemos mencionar el dolor que se produce por la inflamación al sobrecargar los tendones. No obstante, existen otros incómodos síntomas, tales como:
- Dolores matutinos luego de dar los primeros pasos.
- Sensación de pisar un clavo en el talón afectado.
El dolor generalmente disminuye con el reposo pero se vuelve a presentar cuando se apoya el pie. Probablemente cargar objetos pesados puede empeorar los síntomas, así que debes evitarlo a toda costa siempre que sea posible.
Tratamientos
En fisioterapia, tal como explican los profesionales de Fisioonline, los tratamientos convencionales incluyen estiramientos, masajes y movilizaciones del sistema nervioso. En ocasiones también resulta beneficioso el uso de ondas de choque para romper el espolón y mejorar la circulación de la zona está indicado.
Dependiendo del paciente y su caso concreto, otros tratamientos y medidas contra el dolor habituales son:
- El uso de plantillas ortopédicas (taloneras para espolón) mejora el apoyo del pie y alivian la tensión en los tendones.
- Terapia física. Mediante la aplicación de frío o calor con la finalidad de aliviar el dolor.
- Tratamiento local con ultrasonidos.
- Infiltraciones de analgésicos en la zona puntual del dolor.
La cirugía se realiza en el último de los casos, cuando ningún tratamiento conservador ha dado resultado.
Remedios naturales para aliviar los síntomas del espolón
No existen evidencias científicas que avalen la eficacia de los remedios naturales en este caso. En determinados casos, pueden ser utilizadas de forma complementaria al tratamiento médico que recete el profesional sanitario y pueden resultar de ayuda, sobre todo a la hora de combatir el dolor y los síntomas.
- Una opción es hacer uso del ajenjo. Aplicar compresas mojadas sobre la zona con molestias.
- Parietaria. Colocar una compresa mojada en la zona afectada con el líquido resultante de la infusión de un puñado de hojas secas por litro de agua.
- Equinácea. Posee propiedades anti-inflamatorias. Por lo tanto, realizar una infusión con una cucharada de la planta seca por cada taza de agua. Finalmente beber un par de tazas al día.
Prevención
Por supuesto, la mejor manera de prevenir el espolón calcáneo es evitando sus causantes, como pueden ser la obesidad, esfuerzos excesivos, malas posiciones, uso de calzado inadecuado…, entre otros.
En este sentido, es fundamental adquirir buenos hábitos de vida y alimenticios, puesto en llevar un adecuado ritmo de vida está la clave de una buena salud.
Respecto la dieta, por ejemplo, es buena idea optar por alimentos que contengan magnesio, silicio y zinc, ya que nos ayudan a mantener sanos los músculos y tendones. ¿Qué alimentos contienen estas propiedades?
- Magnesio:
Moluscos, lechuga, las espinacas, espárragos, cereales, legumbres, frutos secos…, son fuentes de este mineral. - Silicio:
Harina de avena integral, perejil, ortigas (consultar con un médico naturalista sobre como consumir la ortiga), remolacha y judías verdes. - Zinc:
Maní, calabaza y sus semillas, mantequilla, harina de sésamo, germen de trigo y ostras. - El omega 3 ayuda a reducir la inflamación:
Lo encontramos en el pescado azul, aceite de pescado, aceite de linaza, de canola y de nuez.
Y en vegetales como: pepino, fresas, espinacas, soja, nueces, almendras y lechuga.
Como conclusión, una alimentación saludable y equilibrada, acompañada de hábitos buenos de vida nos ayudará a prevenir molestias o enfermedades como, en este caso, el espolón calcáneo. Además, para una correcta prevención, te recomendamos visitar a un especialista para realizar revisiones periódicas al menos una vez al año, especialmente si crees que puedes encontrarte entre la población con un mayor riesgo de poder desarrollar el espolón.
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- Toumi, H., Davies, R., Mazor, M., Coursier, R., Best, T. M., Jennane, R., & Lespessailles, E. (2014). Changes in prevalence of calcaneal spurs in men & women: a random population from a trauma clinic. BMC musculoskeletal disorders, 15, 87. doi:10.1186/1471-2474-15-87 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3995580/
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