Frutas ácidas y semiácidas: ¿cuáles son y qué efectos tienen en el estómago?
Escrito y verificado por la nutricionista Maria Patricia Pinero Corredor
La acidez estomacal es una molestia que aqueja a una gran parte de la población. Es capaz de pasar de un síntoma eventual a un trastorno crónico. Aunque no sucede siempre, puede aparecer después de ingerir ciertos alimentos, como las frutas ácidas y semiácidas.
Algunas de estas frutas pertenecen al grupo de los cítricos, tal es el caso de las naranjas y las mandarinas. Sin embargo, hay otras que, sin ser cítricas, también son muy ácidas, como las fresas y la piña.
Las frutas ácidas y semiácidas también aportan vitamina C, vitamina A, potasio y fibra. Su restricción de las dietas de protección gástrica depende de la tolerancia a la fruta.
¿Qué es la acidez estomacal?
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos define la acidez como una sensación de ardor dolorosa en el pecho o la garganta. Ocurre cuando los ácidos del estómago se regresan hasta el esófago, el tubo que transporta la comida y los líquidos.
Lo normal es que los ácidos presentes en el estómago descompongan los alimentos y ayuden a su digestión, mientras que una válvula bloquea su ascenso hacia el esófago. Sin embargo, la doctora Angela Bosh destaca que la acidez estomacal es consecuencia de una producción excesiva de este ácido en el estómago. Y empeora con ciertos alimentos.
Además, algunos trastornos pueden propiciar la acidez. Cuando la válvula no funciona de forma correcta, como sucede en la hernia de hiato, el músculo se debilita y los ácidos gástricos suben.
Si los ácidos ascienden hasta la boca y descienden hacia las vías respiratorias, pueden ocasionar reflujo gastroesofágico. La gastritis o la inflamación de las paredes del estómago también produce ardor quemante y dolor.
¿Cuáles son las frutas ácidas y semiácidas?
La acidez de un alimento se mide por el potencial del elemento hidrógeno dentro de la matriz alimenticia y se designa con la sigla pH. La escala va de 0 a 14, siendo el pH ácido por debajo de 7 y el alcalino cuando se encuentra por encima de ese valor.
De acuerdo a la Revista Mexicana de Pediatría, las frutas ácidas y sus jugos se consideran de los alimentos más ácidos, ya que el valor de su pH está por debajo de 4,5. El pH del estómago apto para la digestión oscila entre 3,5 y 4.
Las frutas ácidas y los cítricos son aquellas que definen su sabor y olor por la presencia de ácidos orgánicos, como el cítrico, el málico, e quínico y el láctico, que aportan un sabor agridulce. En particular, los cítricos son un grupo perteneciente al género Citrus, que tienen como característica una piel cargada de aceites esenciales y una pulpa en forma de gajos jugosos.
Las frutas semiácidas son aquellas que tienen un pH entre 4,6 y 7. La concentración de ácido cítrico es menor en ellas.
Frutas ácidas
En este grupo encontramos los siguientes ejemplos:
- Cítricos: limón, lima, naranja, pomelo, mandarina, limones, lima, toronja.
- Frutos rojos: la frambuesa, la mora, la fresa y la grosella.
- Otros: piña, uva, tamarindo, tomate, granada, ciruela.
Frutas semiácidas
Las frutas semiácidas son mejor toleradas por las personas que sufren gastritis, reflujo u otros problemas estomacales. Las que forman parte de este grupo son las siguientes:
- Manzana verde.
- Carambola.
- Uva pasa.
- Guayaba.
- Caqui.
Efectos de las frutas ácidas y semiácidas sobre el estómago
A continuación, veremos cuáles son los principales efectos que tiene el consumo de frutas ácidas sobre las patologías que afectan el tracto digestivo superior.
Pueden aumentar el dolor
Las frutas ácidas pueden acentuar el dolor cuando se consumen durante la gastritis aguda. Es decir, cuando el estómago se encuentra inflamado. También pueden empeorar el reflujo, ya que causan más dolor en las heridas que se forman en las paredes del esófago.
Una vez que se alivia la gastritis o el reflujo y sanan las lesiones, las frutas ácidas pueden ser consumidas sin ningún problema en la dieta.
En este sentido, especialistas han divulgado que los cítricos, cuando se usan solos o acompañados con antibióticos, ayudan a erradicar la bacteria H. pylori. Así que se sugiere asesorarse con un especialista o un nutricionista para valorar su inclusión en la dieta.
Aceleran el ardor
Una característica propia de la gastritis, además de la inflamación y el dolor, es la acidez en sí o la sensación de ardor y quemazón. Al ingerir las frutas ácidas, se adiciona más ácido y se empeora el cuadro.
Pueden complicar la deglución
Las frutas ácidas pueden producir una acidez excesiva que suba hasta la laringe e irrite toda la zona a su paso, incluyendo el esófago. Es posible que esta condición evolucione a una dificultad para tragar y a náuseas.
En estos casos, se presentan problemas para comer y pérdida de peso a mediano plazo. En caso de que la acidez y la dificultad para tragar se prolonguen más de dos días, hay que pedir ayuda a un profesional de la salud.
Frutas permitidas en la acidez gástrica
En las dietas de protección gástrica, el objetivo es evitar los alimentos que aumenten la secreción excesiva de ácido clorhídrico en el estómago. La dieta aliviará los síntomas, pero no tiene carácter curativo.
La dieta está indicada para la gastritis, las úlceras pépticas, la hernia de hiato y la dispepsia en general. Se aconseja utilizar frutas no ácidas, preferiblemente cocidas, en compotas o en conservas, sobre todo en la etapa aguda.
Dentro de este grupo, las más recomendadas son las siguientes:
- Pera.
- Cambur.
- Durazno.
- Níspero.
- Guanábana.
- Manzana roja o amarilla.
Una vez superado el cuadro agudo de acidez, se pueden incluir algunas frutas ácidas y semiácidas. Todo depende de la tolerancia gástrica de la persona.
¿Qué comer ante la acidez estomacal?
Ante un trastorno de acidez estomacal, se deben evitar las frutas ácidas o semiácidas. En su lugar, habría que comer purés o compotas de frutas de protección gástrica, distribuidas en 6 comidas de poco volumen.
Además, se deben evitar los alimentos irritantes químicos, como los picantes, aquellos muy condimentados, los salados, los que están a temperaturas extremas y los cereales y harinas integrales.
No olvides comer despacio y masticar bien los alimentos. Un ambiente tranquilo para la deglución contribuye al control de los síntomas y a evitar exacerbaciones.
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- Pablo Casaubon-Garcín, Priscilla Lamshing-Salinas, Fernando Isoard-Acosta, Sofía Casaubon Lemen-Meyer, Dagoberto Delgado-Franco,Ana Bertha Pérez-Lizaur. pH de los alimentos: ¿una herramienta para el manejo de los pacientes con reflujo gastroesofágico? Revista Mexicana de PEDIATRÍA. Vol. 85, No. 3 Mayo-Junio 2018 pp 89-94. Disponible en: https://www.medigraphic.com/pdfs/pediat/sp-2018/sp183c.pdf
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