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Gestionar bien el duelo es la clave para superar una pérdida

4 minutos
La muerte de un ser querido o romper con una pareja son situaciones que ameritan un cierre emocional. No gestionar bien el duelo nos puede llevar a estancarnos y a enfrentar más problemas.
Gestionar bien el duelo es la clave para superar una pérdida
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña

Última actualización: 06 julio, 2023

Tanto si la relación con nuestra pareja se rompe, como si un familiar muy querido fallece, es necesario que nos demos un tiempo para poder sanar las heridas. Para ello, gestionar bien el duelo es clave.

El duelo es un proceso de adaptación emocional que sucede después de una pérdida.

Es enfrentarse al hecho de que no volveremos a ver a esa persona, y aceptar esto implica un proceso.

Saber gestionarlo adecuadamente hará que atravesemos el duelo con éxito o que, por el contrario, nos estanquemos.

Hoy descubriremos cómo gestionar bien el duelo para que esto último no suceda.

Las etapas del duelo

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Para gestionar bien el duelo tenemos que tener en cuenta las etapas que sí o sí debemos atravesar.

No vale saltarse una de ellas o permanecer en una por miedo a la siguiente.

Si queremos superar la situación que nos ha tocado vivir, hay que abrir y cerrar cada etapa hasta llegar al final.

  • La negación. Nos negamos a asumir la muerte de un ser querido o la ruptura con una pareja. De esta manera, evitamos aceptar la dolorosa realidad.
  • La ira. La realidad termina pesando más y nos azota con toda su violencia, provocando que nos enfademos por la situación y que busquemos culpables que se hagan responsables de ella.
  • La esperanza. A pesar de todo, albergamos una ligera esperanza de volver a ver a esa persona (en el cielo) o de volver a unir los lazos rotos (dar una segunda oportunidad a la relación de pareja).
  • La tristeza. Sin embargo, la realidad vuelve a tocar a nuestra puerta. Y es cuando caemos en cuenta que, en definitiva, no hay esperanza, lo cual nos sume en una profunda tristeza.
  • La aceptación. Una vez que hemos llorado y descargado toda nuestra tristeza, abrazamos la realidad y aceptamos lo que ha ocurrido, permitiéndonos seguir hacia adelante.

Todas estas etapas tienen su sentido, como bien hemos podido notar.

Sin embargo, si nos aferramos a una de ellas e impedimos que fluya la siguiente con naturalidad, lo más probable es que tengamos que enfrentar más problemas.

Descubre: Nuestros hijos también lidian con el duelo

El miedo y la inseguridad son nuestros peores enemigos

El miedo y la inseguridad son las dos emociones que pueden boicotear nuestro proceso de duelo.

Y es que el deseo de controlar la situación y de no perder todo lo construido hasta el momento puede llevarnos a estar demasiado tiempo en la fase de la ira, por ejemplo.

El hecho de intentar buscar culpables, de ver solo lo malo de la situación puede provocar que nos sintamos víctimas de las circunstancias y que no sepamos continuar ni superar lo que ha ocurrido.

De la misma manera, mantenernos en una esperanza sin motivos por miedo a estar solos, puede terminar provocando que no vivamos nuestra vida y que siempre estemos a la espera.

También tenemos que tener sumo cuidado con la tristeza, esa etapa en la que tenemos que darnos permiso para llorar y expresar lo que sentimos.

.Si no lo hacemos, tal vez la depresión llame a nuestra puerta.

Gestionar bien el duelo empieza por gestionar las emociones

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Nadie nos ha enseñado a gestionar nuestras emociones. Por ello, no expresamos lo que sentimos, lo que nos lleva a “explotar” cuando menos conviene.

Tampoco lloramos cuando lo necesitamos, provocando que un día nos diagnostiquen depresión.

Es necesario que empecemos a escuchar nuestras emociones, sobre todo en un periodo de duelo. Pero sobre todo, es importante que nos conozcamos a nosotros mismos.

El duelo es un proceso doloroso, pero bien llevado puede ser todo un autodescubrimiento.

Saber cuestionar nuestros miedos, hacerle frente a nuestras inseguridades y ser conscientes de nuestros intentos de esquivar el dolor puede ser sumamente enriquecedor.

De esta manera, sabrás cuándo es el momento de dar el paso a la siguiente etapa.

Tarde o temprano la siguiente etapa llegará, pero tuya será la decisión de quedarte mucho o poco tiempo en la etapa anterior.

Puedes estar triste unos meses o sumergirte en una depresión que dure años por no haber sido capaz de gestionar bien tu duelo y con este, tus emociones y hasta tu bienestar.

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Tú decides

Abre los ojos, sé autocrítico y hazte muchas preguntas.

Busca la ayuda de un profesional que pueda guiarte en este proceso. Muy seguramente, será de gran apoyo.

El duelo no te cambia, te revela. —John Green—

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.