Ghrelina: funciones y mecanismo de acción
Revisado y aprobado por el biotecnólogo Alejandro Duarte
La ghrelina es una hormona que se sintetiza principalmente en las paredes del estómago. También, en pequeñas cantidades, en el tejido intestinal, la hipófisis, la placenta y el páncreas.
La principal función de esta hormona es informar al cerebro de que el cuerpo debe alimentarse. En otras palabras, regula la saciedad. De ahí que también se le conozca como “la hormona del hambre”.
El nivel de la ghrelina aumenta antes de comer y disminuye después de la ingesta de alimentos. Su actividad está muy relacionada con la obesidad y con la acumulación de grasa corporal, especialmente en la zona abdominal.
Se trata de una molécula orgánica inestable, que fue descubierta en 1999 por el endocrinólogo Masayasu Kojima y su equipo. El nombre de ghrelina surgió de la unión entre la partícula GRHE, que alude a la hormona del crecimiento (GH) y “LIN”, un sufijo que se añade habitualmente a los nombres de las hormonas.
Funciones de la ghrelina
La principal función de la ghrelina es la de regular la ingesta de alimentos y el aumento del peso corporal. A esta función se le llama “efecto orexigénico”. Sin embargo, esta no es la única labor que cumple.
Su otra gran función es la de estimular la secreción de la hormona del crecimiento (GH) por la hipófisis. Así mismo, la ghrelina regula el metabolismo energético.
Se ha comprobado en laboratorio que la administración de ghrelina a roedores hacía que aumentara su apetito. Esto a su vez, incidía en el incremento del peso corporal y de la adiposidad o grasa en el cuerpo. Pudo evidenciarse que esta hormona promueve la acumulación de lípidos en la grasa abdominal.
Por otro lado, la ghrelina también se comporta como un agente vasoactivo en la homeostasis de la presión arterial. Esto quiere decir que influye en la contracción o dilatación de los vasos sanguíneos, para lograr un equilibrio en la presión arterial. De igual manera, ejerce un efecto cardioprotector y un efecto neuronal.
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Mecanismo de acción de la ghrelina
La ghrelina se segrega cuando no hay alimento en el estómago. Después se dirige al torrente sanguíneo y cruza la barrera hematoencefálica, es decir, penetra en el cerebro. Finalmente llega al hipotálamo y activa las señales que indican que se debe ingerir alimento.
Hay varios factores que incrementan la producción de ghrelina, además de la falta de ingestión de alimentos. Estos son los siguientes:
- Falta de sueño. Cuando no se ha dormido durante un tiempo prolongado hay mayor secreción de esta hormona. El cuerpo tiende a compensar la falta de sueño con mayor ingesta de alimentos.
- Estrés. La ghrelina actúa muchas veces de manera asociada con otras hormonas, como el cortisol, la llamada “hormona del estrés”. Bajo estados de angustia puede sentirse mayor apetito.
- Sedentarismo. La falta de ejercicio hace que aumenten sus niveles.
- La menopausia. Con la disminución de los estrógenos y la progesterona hay mayor estrés y menos control en la ingesta de alimentos debido al aumento en los niveles de esta hormona.
- Edad. Si se mantiene una rutina de ejercicios físicos el nivel de ghrelina se mantiene estable. De lo contrario, tiende a aumentar con el tiempo.
- Género. Las investigaciones indican que el nivel de esta hormona tiende a aumentar más en las mujeres.
La ghrelina se presenta en bajas cantidades en las personas con obesidad masiva, hipogonadismo, acromegalia y envejecimiento. En cambio, se presenta en altos niveles en quienes padecen de anorexia, desnutrición y caquexia.
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Aspectos a tener en cuenta
Se ha comprobado que esta hormona actúa sobre diversas estructuras del sistema nervioso central como la amígdala, el hipocampo y el núcleo dorsal del rafe. Todas esas zonas están relacionadas con la ingesta de alimentos, pero también con la ansiedad y la memoria. De hecho, se ha evide
nciado que los niveles altos de esta hormona mejoran la memoria.
Actualmente, se están llevando a cabo múltiples investigaciones en torno a la ghrelina. Antes de su descubrimiento los avances frente al estudio de la obesidad eran muy limitados. Con el hallazgo y los avances en la comprensión de la ghrelina, se ha abierto un amplio horizonte para tratar la obesidad mórbida, una enfermedad que causa miles de muertes en todo el mundo.
Las industrias farmacéuticas están empeñadas en desarrollar un antagonista del receptor de ghrelina. El más prometedor de los estudios es el de la inmunización del organismo contra la ghrelina. Desde 2005 se está probando una vacuna antighrelina en Suiza, pero hasta el momento no se ha logrado que sea plenamente eficaz.
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