Lo importante no es ser iguales: es formar un buen equipo
Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater
Hay quien se empeña toda su vida en encontrar a su “alma gemela”. Esa persona afín en gustos, pasiones y en costumbres. Cuando, en realidad, lo más importante es saber formar un buen equipo.
No importa si nuestra pareja es más de quedarse en casa y nosotros de salir a cenar fuera. No tiene importancia si a nosotros nos va el deporte y a la otra persona las películas románticas. La clave está en saber respetarnos, en llegar a acuerdos, en permitirnos aprender el uno del otro.
Porque ser pareja no es coincidir al 100 % en todo. No es respirar a través de un mismo corazón ni ver a través de los mismos ojos. Ser pareja es saber hilar un tejido fuerte y resistente con preciosos contrastes, en el que todo forme una pieza tan bella como duradera.
A continuación te explicamos cuáles son las claves para formar un buen equipo. El mejor.
A pesar de nuestras diferencias, somos un gran equipo
No debemos caer en el error de desesperarnos solo porque no nos gustan las mismas cosas. Por no adorar los mismos libros, las mismas películas, las mismas comidas.
Lo que debe preocuparnos es nuestra incapacidad para llegar a acuerdos. Así como ese carácter que lejos de ponerse en el lugar del otro, busca imponer sus propias opiniones y decisiones.
Lo que importa son los valores
Para ser un buen equipo podemos permitirnos disentir en opiniones políticas, e incluso tener diferentes tipos de personalidad. Los introvertidos pueden ser buenas parejas de los extrovertidos y a la inversa. Sin embargo, hay un aspecto en el que siempre debemos armonizar: nuestros valores.
- Los valores son los que hacen que tengamos las mismas ideas sobre lo que es una relación afectiva o lo que es una familia.
- Disponer de un mismo esquema de valores hará que nuestras diferencias sean respetadas y entendidas. Aún más, que las veamos como otros puntos de vista que tener en cuenta o de los que aprender.
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Pensar diferente no significa sentir de otro modo
Si tu pareja adora los gatos y tú los perros, eso no significa que te quiera menos. Si tu compañero es vegetariano no significa que te tenga que odiar solo porque tú no lo eres.
Pensar diferente no quiere decir que nos queramos menos por ello. Significa que nos respetamos y que nos damos libertad y, ante todo, la oportunidad de ser nosotros mismos. Ahora bien, un aspecto que debemos tener muy en cuenta es el siguiente: la otra persona nunca tendrá derecho a cambiar nuestra forma de pensar o a imponernos sus gustos, ideales o pasiones.
Para ser equipo, cada miembro debe saber que sin respetos no hay alianzas. Sin entendimiento de las diferencias no hay oportunidades de unión.
Nuestras diferencias nos enriquecen
- Nuestras vidas profesionales se mueven en esferas distintas, y pasamos el día en escenarios diferentes. Sin embargo, al llegar a casa se caen todas las corazas y solo queda lo auténtico: dos personas que se quieren.
- Tenemos diferencias, nos movemos en lugares opuestos. Sin embargo, adoramos explicarnos cómo ha ido el día. Nos encanta aprender el uno del otro, ver otras perspectivas.
- No importa si hay aspectos en los que nunca armonizamos. Es posible que tu pareja no ceda jamás a comprar una casa en el campo y, sin embargo, acepta hacer excursiones cada fin de semana al aire libre.
Sabemos llegar a acuerdos y buscamos siempre lo mejor para el equipo
Para ser un buen equipo necesitamos llegar a acuerdos. Asimismo, es vital que sepamos poner en práctica las claves de una buena comunicación para alcanzar esos objetivos comunes:
- Escucha con respeto y con interés: escucha para comprender, no solo para contestar.
- Entiende el punto de vista de la otra persona.Todos tenemos nuestra propia opinión sobre ciertas cosas, pero es necesario empatizar. Ponernos en la piel de nuestra pareja para entender qué siente y por qué defiende lo que defiende.
- Ceder no es perder, es probar nuevas posibilidades. Para hacer un buen equipo hay que tener clara una cosa: nadie debe perder ni solo uno debe ganar.
- Hemos de llegar a victorias cotidianas permitiéndonos ceder algo de cada uno cada vez.
- Así pues, no debemos cerrarnos en banda siempre y cada día. En ocasiones, cediendo un poco, acabamos descubriendo cosas que no esperábamos. Aspectos que nos enriquecen a ambos.
Vale la pena tenerlo en cuenta. Porque las mejores parejas son almas gemelas con los mismos valores y con diferencias que quedan armonizadas a fuerza del diálogo y el respeto.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.