La retención de líquidos: causas y consejos
Escrito y verificado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas
La retención de líquidos no es una enfermedad como tal sino un síntoma muy molesto que, a su vez, cursa con otras molestias, como la hinchazón. Se trata de la acumulación de líquido claro en una zona del cuerpo (en concreto, en los tejidos o cavidades).
Este síntoma suele presentarse comúnmente como consecuencia de diversos trastornos cardiovasculares, renales o gastrointestinales; por lo tanto, puede aparecer por cuestiones como una mala circulación.
Cuando una persona nota que a menudo experimenta las molestias de la retención de líquidos, lo más recomendable es que acuda a su médico para una evaluación y diagnóstico temprano. No es recomendable que la persona opte por automedicarse o probar remedios caseros, ya que estos pueden resultar contraproducentes.
¿Qué es la retención de líquidos?
La retención de líquidos es la consecuencia de la acumulación de líquido claro en los tejidos del cuerpo. Se produce cuando existe un desequilibrio entre las fuerzas que regulan el paso de los líquidos de una zona a otra. Si el paso de agua es abundante del espacio intravascular al intersticial, se produce el edema.
A través de un complejo sistema de hormonas, el organismo ajusta constantemente los niveles de líquido para que se mantenga de forma estable. Por eso, si se bebe más agua de la cuenta, no sucede nada, ya que es eliminada por los riñones en forma de orina o a través de las glándulas sudoríparas.
El problema surge cuando, por algún motivo, el cuerpo es incapaz de eliminar el líquido necesario para mantener este equilibrio. Es entonces cuando comienza a acumularse en los tejidos de forma anómala.
¿A qué se puede deber la retención de líquidos?
La causa de este molesto síntoma puede variar según cada caso. Sin embargo, se pueden mencionar algunas causas comunes:
- Embarazo.
- Sedentarismo.
- Enfermedades renales.
- Enfermedades cardiacas.
- Consumo de ciertos medicamentos.
La retención de líquidos durante el embarazo
Muchas mujeres padecen retención de líquidos en algún momento de su embarazo, sobre todo durante el tercer trimestre. En este caso, el motivo de la retención de líquidos serían los cambios hormonales. En cuanto a las partes del cuerpo más afectadas por la hinchazón, estas suelen ser las extremidades inferiores y más en concreto los tobillos y los pies.Si bien no suele ser motivo de preocupación, es recomendable estar atento a los posibles cambios. Y en caso de que la hinchazón sea excesiva y se extienda a otras partes del cuerpo, como las manos y el rostro, lo más recomendable es acudir al médico.
Consejos para prevenir o aliviar la retención de líquidos
Para evitar o bien aliviar la retención de líquidos, se pueden poner en práctica algunos consejos muy sencillos.
Evita el sedentarismo
Haz ejercicio a diario. Al menos durante 30-40 minutos. Por otra parte, si trabajas sentado durante periodos de tiempo largos, levántate al menos una vez cada media hora y da unos cuantos pasos alrededor, estírate, ¡muévete! Si no puedes, mueve los dedos de los pies hacia arriba y hacia abajo, para que los músculos de las piernas ejerzan una acción de bombeo.
La natación es un reporte muy recomendable, sin embargo, el ciclismo, el jogging, el yoga y otras actividades también resultan muy beneficiosas en líneas generales, no solo para prevenir o aliviar la retención de líquidos.
Hidrátate bien
Mantener una buena hidratación ayudará al organismo a realizar correctamente sus funciones y, por supuesto, prevenir la retención de líquidos. No es necesario beber 2 litros de agua al día, como se solía afirmar, pero sí procurar saciar la sed a lo largo del día.
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Cuida tu alimentación
Debes consumir alimentos ricos en potasio, como las frutas y las verduras. Se aconseja una ingestión diaria de unos 400 gr. de estos alimentos como mínimo, lo que equivaldría a unas 5 raciones diarias.
Al contrario, debes rebajar la ingesta de alimentos ricos en sodio. Evita los embutidos, las conservas, los ahumados y, en general, los alimentos precocinados. Si bebes agua mineral, comprueba que es baja en este mineral. Y la sal, cuanto más lejos, mejor.
Hay muchos alimentos con bajo contenido en sodio. Por ejemplo, verduras y frutas como las manzanas, las peras o las cerezas. También se pueden tomar algunos cereales como el arroz o la avena, patatas, legumbres y leche. En el caso de los quesos, conviene evitar los curados.
Lleva ropa cómoda, nunca apretada
Usar prendas de ropa ajustadas durante periodos de tiempo prolongados no es en absoluto recomendable.
Cuando una persona tiene tendencia a sufrir de retención de líquidos, lo mejor será que evite utilizar ropa ajustada en general. A largo plazo, el uso de este tipo de prendas pueden favorecer la aparición de varices y otros problemas de salud.
Algunas pautas a tener en cuenta:
- Evitar dormir con ropa interior.
- Si una prenda deja marca, entonces queda demasiado ajustada.
- No utilizar prendas de materiales sintéticos, ya que impiden la correcta transpiración de la piel, principalmente.
- No utilizar leggins, pantalones pitillo y prendas similares por periodos de tiempo prolongados.
- Si duermes con calcetines por las noches, procura que estos no queden ajustados al tobillo, ya que esto solo causará incomodidad y promoverá aún más la hinchazón, el entumecimiento y otras molestias afines. Procura buscar un par que sea más bien holgado y, preferiblemente, hecho de algodón.
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¿Cuándo consultar con el médico?
En caso de tener alguna inquietud, lo más recomendable es que acudas a tu médico. El profesional siempre podrá indicarte qué es lo más adecuado para tu caso y qué puedes hacer tú en tu día a día para cuidarte mejor.
Una vez más, te recordamos que no es recomendable recurrir a la automedicación ni a los remedios naturales, ya que estos pueden ocultar signos importantes de un problema de fondo mayor y causar otras complicaciones.
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