Las ventajas de comer acompañado
Sobre todo al mediodía, una postal típica en el centro de la ciudad es ver a personas comiendo solas, sin más compañía que un móvil o un reproductor de música. Quizás un libro o una revista. Sin embargo, ¿sabías que eso no hace bien a la salud psíquica y física?
Todo lo contrario ocurre si compartes tu hora del almuerzo con compañeros de oficina o con amigos. Entérate de cuáles podrían ser las ventajas de comer acompañado en el siguiente artículo.
Nada como una mesa compartida
Entre tus recuerdos de la infancia, seguramente tengas algunas imágenes de cumpleaños o reuniones familiares donde estaban presentes padres, tíos, primos, abuelos, hermanos… Comer es más que el acto de nutrirse, porque crea vínculos y es sinónimo de celebración.
Los seres humanos somos los únicos con la capacidad de pensar en lo que comemos y además, de poder expresar nuestros sentimientos mientras estamos degustando cualquier platillo. ¿Por qué entonces desaprovechar esta maravillosa oportunidad que se nos ha regalado?
Servir una comida para tu familia ya es toda una ceremonia, sobre todo si los agasajados no viven contigo. Sacar del escaparate la vajilla más linda, preparar bandejas, decorar los platos…
La realidad actual dista mucho de ser perfecta. Debido principalmente al ritmo que llevamos y a lo poco que nos detenemos a disfrutar de las cosas más simples de la vida.
Mejor en compañía
Cada vez menos se comparte la mesa y cuando se hace, la televisión está encendida. A su vez, muchas personas (sobre todo mayores) viven solas. Por otro lado, el individualismo es la tendencia en Occidente, algo que no pasa en Oriente, donde comer solo es sinónimo de miseria y tristeza.
Es verdad que la cultura tiene mucho que ver en esto, pero está comprobado que cuando alguien enviuda o se separa, la comida se vuelve un trámite estrictamente biológico, sin disfrute.
Para algunas personas, cocinar para uno mismo es menos gratificante que hacerlo para una mesa repleta. Por ello, cada vez se venden más comidas preparadas, para calentar en el microondas. Muchos piensan ¿para qué me voy a esforzar en cocinar si estoy solo?
Así es como dejamos de consumir frutas y vegetales. Llenamos la nevera de congelados y las alacenas de platos preparados. La pereza por cocinar no solo está presente en los jóvenes que pasan todo el día trabajando fuera. Sino también en los jubilados que permanecen en el hogar las 24 horas.
Los beneficios de comer acompañado
No solo en familia, sino también con un colega de la oficina. Comer con alguien puede hacer que pasemos ese tiempo de otra manera. Que se convierta en una experiencia interesante. Que podamos intercambiar opiniones y hasta “intentar cambiar el mundo” con ideas alocadas.
Aunque se hable de cosas banales como el clima, una receta de cocina o un partido de fútbol, esa comunicación durante el almuerzo o la cena es buena para nuestra salud. Otras ventajas de comer acompañado son:
Fomenta una alimentación más saludable
Como se decía antes, hay más posibilidades de preparar un plato elaborado si estamos con alguien para compartirlo que si comemos solos. Las personas suelen tener mejores hábitos alimentarios si cenan en familia. Sobre todo cuando hay pequeños, porque los adultos quieren dar el ejemplo consumiendo vegetales, por ejemplo.
Algunas investigaciones han demostrado que los adolescentes que comparten frecuentemente las cenas con sus familias experimentan resultados de salud más positivos, como dietas de mayor calidad nutricional.
Previene el aumento de peso
Justamente en relación al ítem anterior, se dejan de lado las comidas precocinadas, congeladas o rápidas, repletas de grasas, azúcares e ingredientes nocivos para nuestra salud. Se fomenta el hábito de comer más sano y de combinar alimentos.
Hoy en día, nuestro ritmo de vida frenético no nos permite parar unos minutos para disfrutar de una deliciosa comida con alguien más. A veces no elegimos los alimentos más saludables. ¿Sabías que existe una relación entre comer solo y el sobrepeso?
Inculca buenos modales
No hay nada más característico de una familia que una mesa con los padres y los hijos conversando y disfrutando de los platillos preparados de manera casera. Los peques imitan todo lo que ven. Es probable que cuando crezcan, sea eso lo que deseen para sus hijos.
Las comidas familiares compartidas han sido identificadas como promotores potenciales de un desarrollo infantil saludable.
Se desarrolla el contacto verbal
La convivencia depende mucho de lo que se habla en la mesa, indican los psicólogos. Y es completamente cierto. Al compartir una cena en familia se puede hablar de los proyectos, de los sueños, del día a día y hasta de los problemas (aunque muchos prefieren dejar este tema para después).
Los niños y los adultos aprenden a escuchar y decir ideas u opiniones. Entonces, una cena en familia fomentará la armonía, recuperará el tiempo perdido por otras actividades (trabajo, escuela, etc) y vuelve más sociables a todos los integrantes.
Se reducen las posibilidades de padecer depresión
Comer en familia o con compañeros de la oficina previene las conductas depresivas a cualquier edad. Una investigación llevada a cabo en ancianos sugiere que comer solo podría ser un factor más fuerte asociado con los síntomas depresivos que vivir solo.
Por otro lado, comer no solo es importante para los resultados nutricionales y de salud; también es una parte vital de la interacción social diaria. Según un estudio realizado en entorno no occidental, compartir las comidas podría contribuir a aumentar la felicidad.
Como ves, existen algunas investigaciones que sugieren que comer en compañía podría tener más beneficios, aunque todo depende de la persona. Aunque comas solo intenta siempre elegir alimentos de calidad, ricos en nutrientes y variados.
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