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¿El agua filtrada sabe mal? Mira qué lo causa y cómo arreglarlo

4 minutos
Si tu agua filtrada sabe mal, hay 3 posibles razones principales. Aprende a identificar cada uno y a solucionarlo con un mantenimiento sencillo
¿El agua filtrada sabe mal? Mira qué lo causa y cómo arreglarlo
Última actualización: 28 septiembre, 2025

Pocas cosas dan más seguridad que el agua recién filtrada. No dudamos ni un momento y sabemos que el proceso no ha fallado. Entonces, imagina estar tomando de un vaso con agua recién filtrada y, para tu sorpresa, tiene un sabor poco agradable.

La buena noticia es que esto no es una señal de peligro. Hay varios motivos por lo que puede ocurrir y todo dependerá del estado del filtro. A continuación, te presentamos una guía que te ayudará a solucionar esta situación de manera sencilla y efectiva. 

¿Por qué el agua filtrada puede tener mal sabor?

Para saber cuál es el problema, deberás considerar dos datos: el gusto que deja el agua y cuánto tiempo de uso tiene el filtro. 

1. El filtro es nuevo y no se ha preparado correctamente El filtro

Si notas un sabor un poco amargo, a polvo o tierra, quiere decir que el agua tiene polvo del carbón activado que hace parte del filtro. En algunos casos, incluso pueden verse pequeñas partículas negras flotando en el agua.

Esto es algo común cuando se compra un filtro por primera vez y no se lava o “activa” correctamente. El polvo de carbón activado es inofensivo en las cantidades que lo pueden llegar a tener la mayoría de filtros comerciales.

2. El filtro ha llegado al final de su vida útil

El caso contrario al anterior. Cuando un filtro ya no sirve, el agua empieza a saber de nuevo como la del grifo, con el sabor particular que le den los metales y sales disueltas.

El filtro funciona como una esponja que absorbe las impurezas y, en algún momento, se satura. Cuando esto ocurre, incluso se podrían comenzar a liberar algunas de las sustancias que había acumulado. 

3. La jarra y la boquilla no están limpias

En algunas ocasiones, el filtro puede estar en perfecto estado y, aun así, el agua tener mal sabor. Si sientes un gusto a moho o a “estancado”, puede ser que la jarra o el contenedor del filtro necesitan una limpieza a fondo.

¿Puede ser peligroso?

El sabor del agua no siempre está relacionada con la seguridad para beberla. Es cierto de que los contaminantes en ella van a cambiar su sabor y, en algún caso, podría llegar a ser peligroso, pero estas tres situaciones que te presentamos son cotidianas e inofensivas. 

Algo que debes tener en cuenta es que la mayoría de filtros domésticos no están diseñados para eliminar bacterias. Si el agua que pones en la jarra no es potable, hay un gran riesgo de que las bacterias o parásitos presentes sigan ahí al final del proceso, incluso, pueden comenzar a crecer entre el carbón activado y otros componentes del filtro. Asegúrate de siempre usar agua potable.

¿Cómo solucionar el mal sabor?

Ya que sabes qué puede estar provocando el cambio de sabor, la solución es sencilla

1. Prepara siempre un filtro nuevo antes de usarlo

Para evitar el sabor a carbón, sigue las instrucciones del fabricante. Generalmente, consisten en enjuagar el filtro bajo el grifo durante unos 15 segundos o sumergirlo en agua fría durante 15 minutos. Después, inserta el filtro en la jarra y desecha las dos primeras cargas completas de agua filtrada.

2. Cambia el filtro cuando haya cumplido su vida útil

Los filtros tienen una vida útil limitada. Sigue las instrucciones del fabricante para saber cada cuánto se recomienda reemplazarlo, esto dependerá del tipo de filtro y el uso que se le dé. Puedes poner una etiqueta con la fecha del próximo cambio y estar pendiente de la calidad del agua. Si comienza a saber mal, el flujo es más lento o está turbia, cambia el filtro cuanto antes.

3. Limpia la jarra cada vez que cambies el filtro

Como mínimo, cada vez que cambies el cartucho, dedica cinco minutos a limpiar el resto del sistema. Lava la jarra, el embudo y la tapa con agua tibia y jabón de platos. Asegúrate de aclarar todo muy bien para no dejar residuos de jabón que puedan afectar el sabor.

Un mal sabor en el agua filtrada no es un motivo de alarma, es un recordatorio de mantenimiento. La mayoría de las veces, el problema se soluciona preparando bien un filtro nuevo, cambiándolo a tiempo uno usado o limpiando la jarra con regularidad. Con estos sencillos hábitos, te aseguras de que el agua que bebes tenga siempre el sabor fresco y limpio que esperas.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.