Los fetiches sexuales: ¿Qué los causa?
Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña
Ropa interior provocativa, juego de roles, juguetes sexuales. En algunos casos, incluso, la combinación de varios. Muchos son los objetos o partes del cuerpo que pueden ser fetiches sexuales para algunas personas. Pero, ¿sabes qué causa ese deseo?
Si bien todavía existen muchos tabúes acerca de este tema, lo cierto es que es mucho más común de lo que parece. De hecho, muchas parejas recurren a ellos para salir de la rutina y experimentar cosas nuevas. A continuación, te contamos la razón por las que existen estas fantasías.
Los fetiches sexuales
El fetichismo sexual, de acuerdo a un publicación de MSD Manuals, es una parafilia basada en la excitación sexual intensa a través de un objeto inanimado (el fetiche) de forma recurrente. En principio, no se trata de un trastorno, sino de una simple manifestación de la sexualidad de la persona.
Por lo general, la conducta fetichista es una “ayuda” en la conducta sexual normal que no se considera trastorno porque, sencillamente, es un estímulo más en una relación sexual satisfactoria. No produce angustia ni disfunción, solo estimula y excita aún más.
No obstante, si el fetiche se convierte en un elemento necesario para la excitación sexual, no produciéndose de otro modo, entonces sí que puede considerarse un trastorno. Por tanto, el fetichismo es un problema cuando limita la vida sexual.
¿Cuáles son las causas del fetichismo?
Muchas son las teorías que, a lo largo de la historia, han tratado de explicar las causas del fetichismo. No obstante, a día de hoy, no existe una definitiva. De entre todas ellas, podemos destacar principalmente una: la teoría del condicionamiento.
Esta, parece explicar mejor la dinámica y las causas de este patrón de comportamiento sexual. Para el condicionamiento, el fetichismo se explica como una reacción a un evento que se desarrolló durante la infancia.
De esta forma, una experiencia durante los primeros años causaría que el fetichista desarrollara una asociación entre el deseo y la excitación sexual y un objeto determinado. Así, esta asociación llegaría hasta la edad adulta.
En efecto, aprendemos a reconocer características sexuales durante la infancia. Por esta razón, una conceptualización en relación a algún objeto, vinculándolo con lo sexual, podría ser la causa del fetichismo.
No obstante, para otros, el fetichismo no tiene tanto que ver con el condicionamiento durante la infancia, sino más bien durante la pubertad, sobre todo cuando se inician las prácticas de masturbación.
¿Cuándo se considera un trastorno?
Cuando la excitación sexual depende únicamente del fetiche es cuando puede empezar a considerarse trastorno fetichista.
Como indicamos anteriormente, la mayoría de las personas con fetiches no cumplen los criterios para considerar que sufren de un trastorno sexual. En efecto, para que el fetichismo sea considerado como un problema, un trastorno que requiere la debida atención, deben darse las siguientes condiciones:
- Las fantasías o impulsos provocan malestar a la persona.
- Existe un deterioro funcional del individuo.
- El fetiche se convierte en algo compulsivo y obligatorio.
- El fetichismo incide muy negativamente en las relaciones de la persona.
- Se convierte en un pensamiento obsesivo.
- Las condiciones anteriores deben presentarse durante, al menos, seis meses.
¿Qué tipos de fetiches sexuales hay?
Puesto que el fetichismo suele tener como causa un condicionamiento clásico, según vimos anteriormente, donde un estímulo sexual se ha asociado a un objeto o situación determinada, los fetiches pueden ser muchos y realmente variados.
En realidad, cualquier objeto podría ser provisto de carácter erótico y asociarse al deseo y la excitación sexual si se dan las circunstancias adecuadas, convirtiéndose en fetiche. En pocas palabras, el fetiche puede ser prácticamente cualquier cosa.
No obstante, sí que es cierto que existen algunos fetiches que son más comunes. Entre ellos, podemos destacar:
- Podofilia (pies)
- Urolagnia (orina)
- Retifismo (zapatos)
- Otofilia (orejas)
- Misofilia (ropa interior)
Conclusión
Para finalizar, debemos volver a hacer hincapié en la diferencia entre tener un fetiche que nos excita y tener un trastorno fetichista. Para ello, pongamos un ejemplo: la ropa interior.
El hecho de que nos excite observar un determinado tipo o color de ropa interior en nuestra pareja es algo normal y puede realmente favorecer las relaciones sexuales si nuestra pareja quiere participar. En este sentido, el fetiche es un estímulo sexual más, algo muy deseable durante las relaciones.
Sin embargo, si este fetiche se convierte en una idea obsesiva hasta el punto de que si no existe no es posible la relación sexual, o si se convierte en algo tan compulsivo hasta el punto de el individuo incluso roba ropa interior, obviamente nos encontramos ante un problema, un trastorno, que debe y puede ser tratado.
En cualquier caso, si tienes algún fetiche inocente que puede darle un toque especial a tus relaciones, no dudes en comentarlo a tu pareja. En efecto, la satisfacción sexual es algo realmente importante.
Si, por otra parte, consideras que el fetiche se está convirtiendo en un problema, es hora de acudir al especialista que podrá ayudarte a analizar y comprender el origen de su causa y guiarte a fin de volver a tener una vida sexual normal y satisfactoria.
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- José Antonio Mejía Coria, “Sexualidad, fetiche y objeto”, Revista electrónica de psicología Iztacala, 15 (1) 2012.
- George R. Brown, “Trastorno de fetichismo”, Manual MSD, revisado en 2017. https://www.msdmanuals.com/es-es/professional/trastornos-psiqui%C3%A1tricos/sexualidad,-disforia-de-g%C3%A9nero-y-parafilias/trastorno-de-fetichismo
- Freud, Sigmund, “Fetichismo”, International Journal of Pshycoanalysis, Vol. IX, 1928.
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