Luxación de rótula: causas, síntomas y tratamiento
Revisado y aprobado por el biotecnólogo Alejandro Duarte
La luxación de rótula es una lesión traumática que implica un desplazamiento inadecuado de la rótula o patela. Su gravedad depende de las características de tal desplazamiento y de la presencia de otras lesiones asociadas.
La rodilla de por sí es una articulación que sufre mucho en la vida cotidiana, ya que soporta en gran medida el peso del cuerpo y es fundamental en un sinnúmero de movimientos. Por eso no es raro que presente distintas afecciones.
La luxación de rótula es una de las lesiones más comunes entre los deportistas. Suele ser bastante dolorosa y demanda atención médica de urgencia. Muchas veces está acompañada de otras lesiones.
¿Qué es la luxación de rótula?
La rótula es el hueso encargado de proteger la rodilla. También hace posible la unión biomecánica del cuádriceps. Este, a su vez, se extiende verticalmente dentro de una ranura que hay en el fémur. Toda esta estructura es la que permite doblar y extender la rodilla.Es de anotar que la rótula está ubicada dentro de una cavidad. Cuando este hueso se mueve o se sale del todo de dicha cavidad, se produce la luxación de rótula. Si el desplazamiento no es tan grande, se le llama subluxación.
La luxación de rótula, junto con la condromalacia rotuliana, son las dos lesiones más frecuentes de la rótula o patela. La luxación tiene mayor incidencia en los niños y jóvenes de 10 a 18 años. Afecta más a las mujeres que a los hombres.
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¿Cuáles son sus causas y factores de riesgo?
Por norma general, la luxación de rótula se produce por un golpe o por un movimiento inadecuado. Lo más usual es que la lesión se genere al hacer un giro brusco, cuando se tienen los pies muy fijos en el suelo. También es frecuente que sea el resultado de una caída o de un impacto.
Sin embargo, también hay otros factores que predisponen e influyen de manera indirecta para que se produzca la luxación de rótula. Estos son los siguientes:
- VMO débil. El VMO (Vastus mediales obliquis) es uno de los músculos que compone el cuádriceps. Su función es mantener la rótula en su posición durante el movimiento. Cuando es débil constituye un factor de riesgo para la luxación de rótula.
- Pies planos. Los pies planos causan desalineaciones en todo el cuerpo. Además, esto predispone a que la rótula se salga de su cavidad, con relativa facilidad.
- Ángulo femoral más grande de lo normal. El ángulo femoral, o ángulo Q, cuando es muy grande hace que las rodillas estén muy juntas. Y esto conduce a que al extender la pierna aumente el riesgo de que la rótula se salga de lugar.
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¿Cuáles son los síntomas de la luxación?
Muchas veces la luxación de rótula se aprecia a simple vista. La persona puede observar con claridad que el hueso se ha desplazado hacia afuera. Sin embargo, esta deformidad no siempre es tan evidente. A veces solo se aprecia hinchazón en la zona. Los síntomas típicos de la luxación de rótula son:
- Dolor muy agudo. Este no cede con facilidad y es referido como virtualmente insoportable.
- Limitación marcada de la movilidad en la rodilla.
- En ocasiones también se presenta derrame articular con sangrado.
El diagnóstico se hace primero a partir del relato de lo sucedido. Luego, por medio de una exploración minuciosa de la rodilla. Siempre es aconsejable tomar una radiografía para descartar otras lesiones, como rotura del ligamento cruzado anterior.
¿Existe tratamiento? ¿Cuál?
Las primeras acciones frente a una luxación de rótula están encaminadas a tratar la inflamación y el dolor. Para ello, se suelen aplicar las siguientes acciones:
- Reposo. Para empezar, reducir la movilidad y caminar con muletas.
- Aplicación de compresas de hielo. Esto permite manejar el dolor y la hinchazón.
- Elevación. Elevar la pierna por encima del corazón contribuye a reducir la inflamación.
Entre más rápido se reduzca la luxación, mejor será el pronóstico. En general, el médico receta analgésicos y antiinflamatorios. Además remite a fisioterapia para que el proceso de recuperación se inicie cuanto antes. El plan de recuperación toma de dos a varios meses.
Por último, el tratamiento por fisioterapia incluye medidas como la aplicación de una férula, la instalación de un vendaje de recolocación de la rótula y la realización de ejercicios de estiramiento y fortalecimiento. Lo habitual es que el paciente recupere su movilidad normal, sin ninguna secuela.
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