Cómo mejorar la salud emocional
Escrito y verificado por la filósofa Isbelia Esther Farías López
Tener una buena salud emocional nos ayudará a gestionar mejor nuestras reacciones en contextos de estrés. A menudo, las personas se enfocan en la salud física, dejando de lado la importancia de mantener un equilibrio emocional para responder mejor ante las situaciones que suponen un desafío.
La salud emocional, para algunos autores, es “el manejo responsable de los sentimientos, pensamientos y comportamientos”. Dicha definición implica poder reconocer todo aquello que sentimos y pensamos, darle un nombre, aceptarlo e integrarlo a nuestra vida.
Quienes tienen buena salud mental poseen la capacidad de controlar sus sentimientos de forma asertiva; también, tienen una buena autoestima, así como relaciones personales. Por el contrario, los desajustes emocionales pueden conducir a trastornos de salud como el trastorno de ansiedad o la depresión mayor, tal como indican algunos estudios.
Esto ocurre porque las reacciones de tristeza, ansiedad, ira o depresión, alcanzan niveles altos de intensidad que se mantienen en el tiempo y producen cambios en la conducta. Esto lleva a las personas a olvidar los hábitos saludables, lo que eleva el riesgo de desarrollar conductas adictivas o que ponen en riesgo la salud general. ¿Cómo incrementar la salud emocional?
Cómo mejorar la salud emocional
Según una publicación del Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP), tener una buena salud emocional se ve reflejado en un aumento del bienestar general. Es importante entender que todas las emociones son deseables, ya que cumplen ciertos objetivos en nuestra vida.
Por lo tanto, aunque ciertas emociones son catalogadas de negativas e indeseables, es importante aprender a gestionarlas de manera adecuada, sin intentar reprimirlas. Esto se traduce en una mejor salud emocional y menos tendencia al estrés, la ansiedad, la depresión, entre otros trastornos.
¿Qué podemos hacer para mejorar la salud emocional? En realidad hay pequeños ajustes que ayudan a entrenar nuestra mente para dar un manejo más adecuado a la parte emocional. En el siguiente espacio detallamos algunas recomendaciones generales.
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Reconocer las emociones
Aprender a reconocer nuestras emociones y distinguir qué nos hace sentir frustración, enojo o tristeza. Como comentamos, no vamos a tratar de reprimirlas, sino que buscaremos aceptar que son parte de nosotros y que por algún motivo las estamos experimentando.
Expresar los sentimientos
La expresión de los sentimientos es sinónimo de buena salud emocional. Si sentimos malestar y esto nos causa tensión, podríamos tener dificultades –bien sea en el trabajo o en el hogar- si no expresamos lo que sentimos de forma apropiada.
Pensar primero y después actuar
Esto es necesario, ya que la intensidad de las emociones puede llevarnos a actuar de forma indebida, teniendo que lamentar las consecuencias en el futuro. Para evitar esto, lo más conviene es pensar en los resultados que podrían sobrevenir tras nuestra forma de actuar.
Aplicar técnicas de relajación
Como detalla una publicación en la revista médica Complementary Therapies in Medicine, las técnicas de meditación son recursos con efectos positivos a la hora de gestionar el estrés. Por eso, resulta conveniente adoptar opciones como el mindfulness, meditación, yoga u otros.
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Tomar un tiempo
Vivir con prisa es una de las razones por las que estamos sumergidos en estados de estrés y ansiedad. Por eso, es bueno tomar un tiempo, vivir con calma y disfrutar aquellas cosas que son simples, pero que nos llenan de plenitud y nos ayudan a sentirnos felices.
Descansar lo suficiente
Una mala calidad de sueño, sumada al estilo de vida agitado, afecta de manera considerable el estado de ánimo. Debido a esto, es primordial dormir bien, mínimo 7 horas diarias sin interrupciones, y hacer pausas activas durante la jornada.
Establecer conexiones positivas con los demás
Hay que tratar de alejarnos de las relaciones conflictivas. Si nos rodeamos de personas que sumen, nuestra salud emocional mejora de manera notoria. Además, nosotros mismos debemos enfocarnos en las cosas positivas, evitando quedarnos en la queja.
Las relaciones positivas también surgen cuando hacemos cosas que ayudan a otros. No siempre podemos pensar de forma individual porque muchas veces estar bien con uno mismo significa actuar en favor del otro.
Aprender nuevas cosas
Sin perder la curiosidad por todo lo bueno que el mundo tiene para nosotros, podemos aprender nuevos idiomas, comenzar un nuevo libro, apuntarnos en un curso, entre otras.
Cada ser humano es diferente, así como sus necesidades. Sin embargo, para poder estar bien todos, es necesario trabajar en la salud emocional de cada uno de nosotros.
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