Nutrición energética para la salud de tu hígado
Escrito y verificado por la médico Maricela Jiménez López
La necesidad de fortalecer nuestro hígado y de aportarle la máxima energía es clave para poder disfrutar de una vida saludable. Te explicamos cómo mejorar tu nutrición para evitar enfermedades asociadas y dotar de energía a este órgano indispensable.
La nutrición energética y la salud de nuestro hígado
Puede que la simple palabra “energética” te haya sorprendido. Pero al fin y al cabo es lo que hacemos las personas cada día: obtener energía a partir de nuestros alimentos.
Sin embargo, en ocasiones esta energía no es la más adecuada, sino la más dañina. Mediante unos hábitos de nutrición incorrectos, lo que provocamos poco a poco es que nuestro hígado enferme, tal y como se afirma en estudios como este de 2015.
¿Y qué ocurre cuando el hígado enferma? Lo notaremos de inmediato en nuestra salud en general, al contraer más infecciones, al subir o bajar de peso, al sentirnos hinchados, débiles o mareados, al tener fuertes dolores de cabeza, o incluso un tono de piel amarillento… hemos de ir con mucho cuidado y atender todos estos síntomas para ponerlo en evidencia de nuestros médicos.
Como afirma el Dr. Jorge Pérez Calvo en su libro Nutrición energética para la salud del hígado y la vesícula, la nutrición energética y adecuada es pues un elemento clave para su salud, en especial por un aspecto en concreto.
Este aspecto consiste en que debemos recordar que el hígado es quien depura el organismo, nos desintoxica y se encarga de sintetizar muchas enzimas y vitaminas… ¿cómo no ofrecerle entonces una nutrición acorde?
¿Qué nutrición puede ofrecerme una energía adecuada para mi hígado?
Si crees que necesitas mejorar la salud de tu hígado, debes ser consciente de que necesitas un cambio. Para encontrarte mejor, debes cambiar y mejorar algunas dimensiones de tu vida. Y ello requiere voluntad y perseverancia. Te damos las siguientes claves:
1. Consumir avena
Una forma excelente de empezar el día con un rico y adecuado alimento. La avena es energética, sana, nos ayuda a cuidar de nuestro hígado y colon.
Lo que hace la avena es aportar esa fibra necesaria, con la cual la materia fecal es más blanda y la expulsamos con mayor facilidad. El disponer de un colon e unos intestinos sanos favorece enormemente la salud del hígado, como se afirma en el estudio de Kirpich (2015) citado con anterioridad.
Además, este alimento ayuda a reducir el colesterol malo, por lo que facilita la función del hígado de eliminar estas sustancias nocivas para el organismo.
2. Mejor proteínas vegetales
El organismo procesa mucho mejor las proteínas vegetales, pero eso no quiere decir que debamos dejar de comer carne; solo evita o disminuye el consumo de carnes rojas y sustitúyelas por la carne de pavo o la pechuga de pollo, por ejemplo.
Puedes encontrar ricas proteínas en verduras de hoja verde como las espinacas, también en las crucíferas, ideales para aportar energía al hígado, tales como las coles de bruselas, que se destacan por sus propiedades antioxidantes.
3. Las mejores bebidas naturales para obtener energía
Ten en cuenta que las siguientes son recetas de la medicina tradicional, aunque las propiedades de los ingredientes están comprobadas científicamente. En todo caso, consulta con un nutricionista antes de recurrir a ellos:
- Infusión de diente de león: puede ayudar a facilitar las digestiones.
- Infusión de jengibre: desinflama, hidrata y protege la salud hepática y digestiva. Un remedio sencillo que podemos tomar cada día.
- Jugo de betabel y limón: es muy terapéutico y adecuado, beneficioso para los procesos digestivos, según estudios. Para prepararlo, una receta tradicional indica que no tienes más que coger un betabel mediano, pelarlo, cortarlo a trocitos e introducirlo en la licuadora. Añade además el jugo de medio limón y medio vaso de agua. Obtén una mezcla homogénea y bebe poco a poco.
- Jugo de berros: los berros también son muy saludables para nuestro hígado, aunque también pueden ser nocivos si se los consume en exceso. Para ello, debes coger un puñado de berros, unos cinco o seis. Hervirlos en un vaso de agua hasta que lleguen a ebullición, para después, dejar que reposen. Cuela el contenido y bebe muy poco a poco cuando esté tibio.
4. Pautas alimenticias importantes
Nuevamente, es necesario consultar con un nutricionista antes de hacer cambios en la alimentación. Debemos recordar que no todos los organismos poseen las mismas necesidades nutricionales ni reacciones de igual modo frente a la ingesta de los diversos alimentos.
Más allá de esto, ciertos hábitos suelen ser recomendados de manera general:
- Evita consumir alimentos procesados, con grasas o conservantes.
- Come cuando tengas hambre, nunca te obligues. Además, es recomendable llevar un ritmo estable en cuanto a los horarios y evitar comer de más entre comidas.
- Evita comer cuando estés muy nervioso o con un alto nivel de estrés. Intenta relajarte, solo entonces tu nutrición se llevará a cabo de modo óptimo.
Finalmente, intenta llevar unos hábitos de vida saludables, evitando las emociones negativas y el estrés. Todo ello, quieras o no, va a dañar también la salud de tu hígado.
Se trata, en esencia, de mantener un equilibrio entre nuestra alimentación y nuestras emociones. De este modo, favoreceremos el bienestar del organismo y el cuerpo será capaz de protegernos más eficientemente de determinadas enfermedades.
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- Kirpich, I. A., Marsano, L. S., & McClain, C. J. (2015). Gut-liver axis, nutrition, and non-alcoholic fatty liver disease. Clinical Biochemistry. https://doi.org/10.1016/j.clinbiochem.2015.06.023
- Liver, E. A. for the S. of the. (2016). Fast facts about liver disease. https://doi.org/10.1007/BF02424977
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