Cómo preparar una rica salsa de ajillo

La salsa de ajillo es el acompañante ideal para muchas preparaciones. Un conejo al ajillo o unas gambas al ajillo, son elaboraciones exquisitas. A continuación te contamos más al respecto.
Cómo preparar una rica salsa de ajillo

Última actualización: 06 julio, 2023

El ajo es una especie de gran valor en el mundo culinario. Su uso para elaborar diferentes platos está muy extendido. Su sabor y aroma realza el gusto de verduras, vegetales, hongos y carnes. Tener a mano una buena salsa de ajillo puede ser el mejor secreto para destacar en la cocina.

Además, te dejamos dos recetas alternativas para aprovechar el sabor de esta salsa.

¡Buen provecho!

Salsa de ajillo básica

Realizar esta receta es muy sencillo. De hecho, no demorarás más de cinco minutos. Cuando termines, recuerda que puedes conservarla en un frasco de vidrio dentro del refrigerador.

Ingredientes:

  • 125 ml de aceite de oliva
  • 25 gr de perejil
  • 2 dientes de ajo

Preparación:

  • Lava el perejil y el ajo pelado.
  • Lleva todos los ingredientes a la licuadora.

¡Y listo! Así de fácil es tener siempre a mano una exquisita salsa de ajillo. Puede usarse cruda como aderezo para ensaladas, sobre pan e incluso con galletas saladas. Igualmente, se puede emplear para marinar pescados, carnes rojas, cerdo, pollo, conejo y otras proteínas que luego llevarás a cocción.

Conejo con salsa de ajillo

Receta de conejo con salsa al ajillo.

Son numerosos los platos que contienen salsa de ajillo. En España hay una comida típica cuyo nombre lo refleja. Se trata del “Conejo al Ajillo”. La carne del conejo es magra y va muy bien con este intenso sabor. ¿Cómo se hace y qué se necesita?

Ingredientes:

  • Aceite de oliva.
  • Agua para el guiso.
  • Caldo de carne (200 mL).
  • ½ vaso de vino (100 mL).
  • 1 conejo picado en trozos (1,5 kg).
  • Romero, laurel, pimienta, sal (al gusto), ajo y tomillo. 

Preparación:

  1. Después de lavar, limpiar y picar el conejo, calentar un chorro de aceite de oliva en una cazuela.
  2. Colocar el ajo picado, pero aún con cáscara, para que el aceite adquiera aroma y sabor. Pasados tres minutos, retirar el ajo y reservar.
  3. Agregar el conejo, previamente salpimentado para que se sofría en el aceite. Dar la vuelta a los siete minutos, cuidando que no se queme.
  4. Incorporar el ajo nuevamente y cocinar un poco más, pero no demasiado.
  5. Cuando las piezas estén doradas, es el momento de añadir el vino.
  6. Esperar un par de minutos hasta que se evapore el alcohol e incorporar un vaso de agua. Lo siguiente será tapar la cazuela, poner el fuego a llama media y cocinar hasta que la carne esté blanda.
  7. El guiso puede quedar con líquido o seco según se prefiera. La mejor manera de acompañar este plato es con verduras horneadas, arroz o puré.
  8. El ajo destaca en la preparación. Como se usa con cáscara, lo mejor es retirarlo antes de servir.
  9. Otras formas de utilizar el ajo es fileteándolo, machacándolo o picándolo muy finamente.

Salsa de ajillo árabe

Salsa de ajillo árabe

En la cocina árabe el ajo es el rey. Es por ello que hay muchas preparaciones de salsa de ajillo, pero con su toque particular y no como la receta básica mediterránea. La más fácil y popular es la que preparan con aceite de girasol.

Ingredientes:

  • 4 a 6 dientes de ajo
  • 1 taza de aceite de girasol (200 ml)
  • 1/4 de taza de jugo de lima o limón (60 ml)
  • 2 claras de huevo

Preparación:

  • Primeramente, machacar los ajos
  • Después, añadir en una batidora todos los ingredientes menos el aceite.
  • Finalmente irás incorporando de forma gradual y en hilo el aceite de girasol.

Ver también: Cuáles son los aportes del ajo para nuestra salud

Algunos consejos sobre el ajo

Ajo.

A algunas personas les resulta muy fuerte el sabor del ajo. Para suavizarlo se recomienda ponerlos a remojar durante aproximadamente una hora, antes de su uso. Este procedimiento no daña las propiedades de la especie, ni altera en exceso su gusto y aroma.

Igualmente, se aconseja no emplear fuego alto al sofreír los dientes de ajo, pues tienden a tostarse muy rápido. Cuando esto sucede, se amarga el aceite en el que se cocinó. Además, pierde aroma y sabor, lo que podría desmejorar el plato que se prepara.

Para que el aliento de los comensales no “repita” con el aroma del ajo, un truco consiste en retirar el germen del interior, antes de su cocinado. Este germen es una especie de brote, fácilmente identificable en la parte central de cada diente de ajo.

Aunque el aroma del ajo puede quedarse impregnado en las manos de quien cocina y también en el cuchillo utilizado, existe un secreto para este inconveniente. Debes poner las manos y el cuchillo debajo del grifo de agua y lavar, pero sin frotar.

En conclusión, esperamos que estas recetas hayan salvado la comida del fin de semana. Tus comensales quedarán fascinados con el sabor intenso y delicioso del ajo.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.