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¿Es normal tener problemas de erección después de los 50?

9 minutos
Normalizar la disfunción eréctil en la mediana edad puede dificultar su tratamiento. Te orientamos sobre sus principales causas para que sepas por qué es importante intervenirlo de la mano de un especialista.
¿Es normal tener problemas de erección después de los 50?
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto

Última actualización: 15 septiembre, 2024

Tener problemas de erección después de los 50 años no es normal, pero sí es bastante frecuente. A medida que los hombres envejecen, experimentan cambios fisiológicos que influyen en las dificultades para lograr o mantener una erección firme durante el acto sexual. Asimismo, tienen una mayor tendencia a sufrir enfermedades subyacentes que afectan su virilidad.

Esta situación suele ser motivo de preocupación, no solo por el temor de no tener actividad sexual satisfactoria, sino por el estigma y la vergüenza asociados con la condición. Muchos, de hecho, evitan buscar ayuda por el malestar emocional que sufren a causa de su problema. Por suerte, ahora mismo hay soluciones efectivas que permiten recuperar la función eréctil en la mayoría de los casos.

A lo largo de este artículo vamos a explorar las causas principales de los problemas de erección a partir de la mediana edad, así como también los tratamientos disponibles para su manejo. Nuestro objetivo es que puedas entender mejor tu situación y, sobre todo, que te enteres de qué puedes hacer para mantener una vida sexual plena más allá de la etapa en la que estés.

Causas de la disfunción eréctil después de los 50

Las causas de la disfunción eréctil tienen que ver con problemas asociados a los vasos sanguíneos, los nervios, los músculos y la actividad hormonal. En cierta medida, los cambios propios del envejecimiento influyen en su aparición; sin embargo, factores como algunas enfermedades crónicas, cuestiones psicológicas y la necesidad de usar medicamentos también pueden explicarlo. A continuación, te detallamos el por qué de estos motivos.

Cambios fisiológicos por la edad

La causa principal de la disfunción eréctil es un problema con el sistema vascular del pene; situación que se vuelve más común con la edad. Aunque a menudo tiene que ver con enfermedades arteriales, el envejecimiento en sí provoca fallas en esta estructura. Esto se debe a que, con el tiempo, las células musculares lisas en el pene —que posibilitan la erección— tienden a degradarse.

Una vez estas células se pierden en alrededor del 15 %, el tejido del pene ya no puede mantener la sangre dentro de los espacios que se llenan durante la erección (sinusoides corporales) y esta se escapa hacia las venas. Esto explica, en gran parte, por qué los problemas de erección aumentan después de los 50 años.

También tiene que ver la reducción en la elasticidad y el diámetro de los vasos sanguíneos, que limita el flujo de sangre hacia el pene, necesario para que se dé la erección. Además, el envejecimiento provoca una disminución gradual y progresiva de los niveles de testosterona, una hormona necesaria para la función eréctil.

Enfermedades relacionadas

Las enfermedades que interfieren con la circulación sanguínea, el funcionamiento nervioso y el equilibrio hormonal pueden ser la causa subyacente de los problemas de erección en el hombre. Las más comunes son las siguientes:

Factores psicológicos

La mente tiene un papel clave en la activación de los procesos físicos que posibilitan la erección. Es así como la ansiedad, el estrés y la depresión pueden generar un impacto negativo en la función eréctil. Ya sea por asuntos asociados con el propio desempeño sexual, o bien, por otros aspectos de la vida, padecerlos detona o exacerba los problemas eréctiles.

En el caso particular de los hombres de 50 o más años de edad, la baja autoestima y las preocupaciones por el envejecimiento contribuyen a tener estos problemas emocionales. Con frecuencia, esto coexiste con las causas orgánicas antes mencionadas.

Consumo de medicamentos

Así como la prevalencia de ciertas enfermedades incrementa después de los 50, también la necesidad de consumir medicamentos para controlarlas. Por desgracia, muchos de estos tienen efectos secundarios sobre la función sexual. Entre estos, cabe destacar los siguientes:

Estilo de vida poco saludable

Los hombres que tienen un estilo de vida sedentario y poco saludable tienen más probabilidades de sufrir impotencia sexual, sobre todo a partir de la mediana edad (cuando esto se suma a las causas anteriores). Algunos de los hábitos perjudiciales asociados a esta condición son los siguientes:

¿Cómo afrontar los problemas de erección a partir de los 50?

Tener problemas de erección a los 50 no significa necesariamente el fin de la vida sexual. Si bien la función eréctil puede resultar afectada por el envejecimiento, existen varias opciones de tratamiento para mejorar la calidad de las erecciones y la experiencia sexual, en general. La clave está en elegir enfoques adecuados de acuerdo con las necesidades particulares de cada hombre.

Estilo de vida saludable

La práctica de hábitos saludables —como seguir una dieta equilibrada, hacer ejercicio regular, dejar de fumar, limitar el consumo de alcohol y aplicar técnicas para reducir el estrés— suele considerarse un tratamiento de primera línea a la hora de enfrentar los problemas de impotencia sexual.

Estos cambios en el estilo de vida influyen de forma positiva en la salud circulatoria, nerviosa y cardiovascular, esenciales para tener erecciones firmes y saludables. A su vez, disminuyen el riesgo de diabetes, hipertensión, obesidad, ansiedad, depresión y otros trastornos subyacentes asociados con esta condición.

En ocasiones, la implementación de estos hábitos es suficiente para obtener mejoría. No obstante, a menudo se combinan con medicamentos o terapias específicas para abordar el problema de forma más integral.

Consulta médica regular

La disfunción eréctil no debe ser motivo de vergüenza. Procura solicitar atención médica y habla de forma abierta sobre este problema. El profesional está capacitado para abordar esta situación de manera discreta y comprensiva. En consulta, puede sugerir varias pruebas diagnósticas para precisar cuál es su origen y, en función de esto, elegir el tratamiento más adecuado.

De igual manera, el seguimiento médico permite estar al tanto de la evolución de la condición, la necesidad de recurrir a otros especialistas (como el urólogo, el endocrinólogo, el psicólogo o el psiquiatra) y los posibles efectos secundarios de los medicamentos.

Tratamiento médico

Los medicamentos más utilizados contra los problemas de erección son el sildenafil (Viagra), el tadalafil (Cialis), el vardenafil (Levitra) y el avanafil (Stendra). Todos estos ayudan a conseguir y mantener la erección al incrementar el flujo sanguíneo al pene en respuesta al estímulo sexual.

Su administración debe hacerse bajo supervisión médica, pues pueden no ser adecuados para todos los hombres. Además, es necesario ajustar la dosis de acuerdo con el tipo de medicamento y a las características de cada caso.

Algunos de sus efectos secundarios son el dolor de cabeza, la congestión nasal, el malestar estomacal y, en raros casos, alteraciones visuales y erecciones prolongadas y dolorosas.

Otros tratamientos médicos posibles son los siguientes:

  • Dispositivos de vacío: crean una erección mediante succión.
  • Terapia de reemplazo hormonal: indicados cuando el hombre tiene bajos niveles de testosterona.
  • Supositorios uretrales: se insertan en la uretra y liberan medicamentos que dilatan los vasos sanguíneos.
  • Implante de pene: considerado solo si otros métodos no funcionan. Proporciona una solución permanente.
  • Inyecciones intracavernosas: se aplican directamente en el pene para aumentar el flujo sanguíneo y provocar una erección.
  • Ondas de choque a baja frecuencia: estimulan la formación de nuevos vasos sanguíneos y mejoran el flujo de sangre al pene.

Remedios caseros

La tradición popular ha difundido a lo largo del tiempo una serie de remedios caseros para tratar la disfunción eréctil. Opciones como el ginseng, el jengibre, el ajo, la L-arginina, el extracto de granada, la maca, entre otros, se sugieren por sus propiedades vasodilatadoras que coadyuvan a mejorar el flujo sanguíneo.

Aun así, es importante tener en cuenta que la evidencia científica que respalda sus propiedades para la impotencia es aún limitada. Ciertos estudios preliminares sugieren ciertos beneficios, pero la mayoría están basados en pruebas en animales o de laboratorio, y no son concluyentes.

Así pues, aunque algunos pueden reportar efectos positivos tras su consumo, estos no deben sustituir los tratamientos médicos ni los cambios en el estilo de vida.

Comunicación abierta con la pareja

Tener una comunicación abierta y honesta con la pareja es determinante para abordar los problemas de erección. Primero, porque facilita un entendimiento mutuo de las causas y las implicaciones de la condición, lo que fortalece el apoyo y la empatía. También porque disminuye el estrés emocional y abre la posibilidad a explorar otras formas de intimidad que no dependan solo de la erección.

Descanso

Aunque descansar es importante en cualquier etapa de la vida, no hay que pasar por alto que con la edad disminuye la capacidad del cuerpo para recuperarse de la actividad. Procurar un sueño reparador es clave para mejorar el desempeño sexual, no solo porque aumenta el nivel de energía, sino porque ayuda a mantener un equilibrio hormonal adecuado y reduce el riesgo de tensión y estrés.

Estímulo sexual

Hay que tener en cuenta que las erecciones después de los 50 tienden a ser más complejas. Exista o no disfunción eréctil, es conveniente dedicar tiempo suficiente a los juegos preliminares y otras formas de estimulación sexual que ayudan a lograr y prolongar la erección

Esto permite incrementa la excitación, necesaria para preparar el cuerpo para la actividad sexual. De paso, mejora la conexión emocional con la pareja y disminuye los sentimientos de estrés y ansiedad que pueden afectar el rendimiento sexual.

Atiende los problemas de erección de forma oportuna

Como puedes ver, la disfunción eréctil es frecuente a partir de los 50 años, pero no es normal y puede ser indicativo de enfermedades subyacentes que requieren atención médica. En lugar de pensar que es una parte inevitable del envejecimiento, es preciso verla como una señal para atender la salud de forma oportuna.

Así pues, procura programar visitas periódicas con el médico o el urólogo, y no temas expresar este problema. Arribando a un diagnóstico adecuado, es posible recibir un tratamiento integral que te permita seguir disfrutando relaciones sexuales satisfactorias y placenteras.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.