Edging, una práctica sexual que promete orgasmos más intensos

¿Quieres mantener el clímax durante más tiempo en tus relaciones íntimas? Conoce esta técnica sencilla que prolonga e intensifica los orgasmos.
Edging, una práctica sexual que promete orgasmos más intensos
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Escrito por Jonatan Menguez

Última actualización: 02 marzo, 2024

Sostener la excitación sexual antes de terminar es una de las instancias más placenteras de la intimidad, tanto en pareja como en soledad. Si bien no es un ningún truco mágico, el edging consiste en retrasar el orgasmo, a través de diferentes métodos.

Se trata de una técnica que combina aspectos físicos y psicológicos para conseguir eyaculaciones y orgasmos más intensos. Sigue leyendo y entérate cómo practicarla y cuáles son sus beneficios.

¿Qué es edging?

¿Alguna vez intentaste distraerte, modificar la postura o tocar otras partes del cuerpo para reducir la excitación durante el acto sexual? Entonces recurriste a la técnica del edging, donde se buscan orgasmos más potentes, a través del ida y vuelta, en la intensidad del acto erótico.

La clave es llegar hasta el límite del orgasmo, pero evitarlo, para luego bajar el ritmo por unos minutos y volver a la misma instancia. El término «edging» tiene una traducción literal poco relacionada. Más bien se vincula con ‘borde’ o ‘precipicio’, para remitir al límite donde hay que llegar sin traspasar.

También se conoce como «control del orgasmo» y es tan funcional para hombres como para mujeres. A nivel físico, el flujo sanguíneo que se dirige a la zona pélvica y genital se mantiene para generar una mayor sensibilidad. El resultado es un clímax más intenso y un momento de liberación que produce orgasmos más placenteros.



Consejos para practicar edging

Si bien esta técnica suele ejecutarse de manera inconsciente— y es muy probable que alguna vez lo hayas hecho—, existen estrategias para mejorarla. Lo primordial es comunicarse con tu pareja, si lo realizas en conjunto, para que no se sorprenda si se extiende el acto.

Ir paso a paso

En principio, veamos cómo practicarlo de manera más específica.

  1. Estimular a tu pareja y a ti mismo durante el sexo, al punto de quedar cerca del orgasmo.
  2. En ese momento, en lugar de terminar, reducir el nivel de excitación. Variar la intensidad y buscar elementos de distracción es una vía efectiva para lograrlo.
  3. La reducción del ritmo debe ser cuidadosa y gradual. No extenderse por mucho tiempo para no romper el clima. Lo importante es alejarse un poco del orgasmo.
  4. Repetir el acto dos o tres veces hasta impulsar un deseo potente de terminar.
  5. Estimular hasta llegar a un orgasmo más intenso, gracias a la liberación de mayor tensión y excitación acumuladas.

Pensar en otra cosa

Aunque parezca sencillo, no siempre es fácil detener o reducir el impulso. Una estrategia favorable es buscar elementos de distracción, como pensar en tareas pendientes que nada tengan que ver con sexo. Olvidarse por un instante del placer es un modo de controlar el orgasmo a partir del pensamiento.

Cambiar la postura

Modificar la postura implica un leve freno del acto que funciona para reducir la intensidad. Además, habilita la exploración y evita que caigamos en la monotonía. Existen numerosas posturas sexuales que puedes probar con tu pareja.

Considerar el tiempo

Si crees no tener problemas con el proceso del edging, pero te surgen dudas sobre el tiempo que puede sostenerse, considera dos o tres vueltas por acto. Se trata de una estimación general, ya que depende de cada persona, del vínculo íntimo que sostengan, del contexto y del deseo mutuo.

Apartar un poco a la pareja

Otro elemento de distracción es alejar un poco a la pareja durante el acto. El contacto permanente puede ser difícil de manejar al momento de reducir la excitación. Para no ser tan brusco, también es posible contactar otras partes del cuerpo que no remitan al placer sexual.

Practicar ejercicios Kegel

Para mejorar el desempeño del edging, desde lo físico, es aconsejable practicar los ejercicios Kegel, un conjunto de movimientos creados para combatir la incontinencia urinaria. Con el tiempo, se demostró su efectividad para mejorar las posturas sexuales, a partir del control de la musculatura pélvica.

Combinar con otros juegos sexuales

Por ejemplo, el spanking, que consiste en adoptar un rol consensuado de dominador y dominado, con el fin de propinar ‘azotes’. Las prácticas generales vinculadas al BDSM también se combinan con el edging.

Practicar edging en solitario

Un buen consejo para mejorar el desempeño es masturbarse bajo la misma dinámica, tanto para hombres como para mujeres. Reduce la intensidad antes de finalizar y repite varias veces el proceso.

Conocer el propio cuerpo y sus respuestas es esencial para intensificar la experiencia en pareja. Incluso, puedes incorporar juguetes sexuales que ayudan a llegar al orgasmo.

El edging es una práctica de hombres y mujeres

Esta técnica intenta aumentar el flujo sanguíneo del área pélvica al detener los orgasmos. Con frecuencia, dicho flujo se vincula solo a la erección masculina, pero el aparato sexual femenino también genera un tipo de erección en el clítoris.

Aunque menos perceptible a la vista, ofrece la misma posibilidad de experimentar el edging. Por ejemplo, a partir de modificar la velocidad, forma e intensidad de movimientos en la zona. En este sentido, la revista científica The journal of sexual medicine realizó un estudio con 88 mujeres de entre 18 y 53 años.

El 64 % reveló que utilizan la estimulación vaginal y del clítoris para contribuir a alcanzar el orgasmo. Además, quienes aplican dicha estimulación como principal, demostraron un mayor control sobre su excitación sexual autoinformada.

Por el lado de los hombres, ejercitar el edging puede ser útil para reducir la eyaculación precoz. Trabajar los tiempos y reacciones individuales ayuda a conocer nuestro cuerpo y ponerlo en función del control orgásmico. La eyaculación precoz es una problemática común que suele relacionarse con un origen psicológico.



Beneficios del edging

Si bien los beneficios están sujetos a cada experiencia y al contexto en que se realicen, la técnica puede incluir varios aspectos positivos.

  • Cambia la rutina. Es usual que las parejas que llevan años caigan en la monotonía sexual. Esta técnica puede contribuir a romperla.
  • Permite probar otras técnicas. Extender los tiempos en la cama da lugar a la incorporación de nuevas posturas y prácticas, como hacer un francés.
  • Ambas personas se benefician. El edging se practica de manera individual o grupal y se disfruta en conjunto, ya que la experiencia mejora para ambos.
  • Extender las relaciones sexuales. El más evidente es mejorar los tiempos de placer. Si bien no hay una cantidad de minutos «normales» para el coito, menos de 3 serían escasos y podrían relacionarse con eyaculación precoz. Investigadores de la Universidad de Pensilvania sostienen que el tiempo promedio normal para una relación sexual va de tres a 13 minutos.

Prioriza la comunicación y disfrútalo con tu pareja

Aunque la técnica del edging puede resultar una grata sorpresa para algunas parejas, otras tal vez se confundan con las idas y vueltas en el acto. Por ende, es importante mantener una comunicación fluida y honesta acerca de las prácticas que involucran a ambos. Aplicarla en conjunto es más placentero y habilita nuevas instancias de exploración íntima en la pareja.


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