¿Qué hacer cuando un niño se porta mal?
Escrito y verificado por el psicólogo Bernardo Peña
Cuando un niño se porta mal solemos perder la paciencia y terminamos inmersos en una batalla de poderes. Muchas veces pensamos, de manera equivocada, que los niños se portan mal por capricho. No obstante, nuestra tarea como padres es aprender a identificar las razones del mal comportamiento de nuestros hijos y ayudarles a superarlo.
Las conductas inadecuadas se pueden manifestar en forma de rabieta o llanto prolongado. Algunos niños se hacen pipí o defecan encima cuando ya controlan el esfínter. Otros, simplemente, no hacen caso a las instrucciones de los mayores, gritan o hacen travesuras que detonan a los adultos. ¿Qué hacer ante estas situaciones? Te lo contamos a continuación.
¿Por qué se portan mal los niños?
Una de las principales razones es el deseo de llamar la atención de sus padres. Esto ocurre cuando el niño no recibe el cuidado que siente merecer. Entonces, se porta mal para conseguir una movilización de parte de sus progenitores o los adultos de su entorno.
Otra razón, de acuerdo a una publicación de National Health Service, es que se sienta cansado, hambriento, sobreexcitado, frustrado o aburrido. El que lo comunique a sus padres y estos lo tomen en cuenta únicamente cuando hace una rabieta, promueve que, en las próximas veces, no indique que está agotado, sino que recurra directamente al mal comportamiento.
Por otro lado, los celos también son otro motivo para que un niño se porte mal. Puede ser hacia uno de sus hermanos, amigos e, incluso, hacia uno de sus progenitores. Lo cierto es que los niños descubren a muy temprana edad que cuando se portan mal, pueden manejar la situación a su antojo.
También, la falta de límites por parte de los padres o las contradicciones entre las normas que se establecen en el hogar, podrían ser un motivo para el mal actuar de un niño. Por ejemplo, mamá prohíbe una cosa, pero papá le da permiso.
Solo en casos extremos, el mal comportamiento se debe a problemas serios de conducta, tales como la baja tolerancia a la frustración, la hiperactividad, escasas habilidades sociales y poco control de sus impulsos. Un ambiente familiar inapropiado, sobreprotección, problemas escolares y malos tratos intrafamiliares también son causas de un mal comportamiento.
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¿Qué hacer cuando un niño se porta mal?
Existen factores en nuestro proceder que, ante una rabieta, en lugar de erradicar el problema hacen que este comportamiento se mantenga y, en el peor de los casos, que se exacerbe. Por eso, es preciso seguir las recomendaciones de la siguiente lista para saber cómo actuar cuando un niño se porta mal.
1. Mostrar paciencia y comprensión
Ante la conducta inapropiada de un niño, los padres entran en crisis, se desesperan y se terminan imponiendo. En este caso, lo primero es no enojarse y ser comprensivos con el pequeño, pero firmes al indicarle cuál debería ser la conducta más apropiada. Perder la calma solo hará que se genere una lucha por conocer los límites del otro.
Por otro lado, como lo indica la publicación mencionada anteriormente, en el momento en que se pierda la paciencia por una mala actitud, lo más recomendable es desviar la atención a otra cosa que los haga sentir bien a los dos. Esto hará que la tensión baje un poco y las emociones se calmen.
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2. No fijarse en el ‘qué dirán’
Una rabieta en frente de terceros suele generar en los padres una sensación de incomodidad muy difícil de sobrellevar. Muchas veces, esto hace que cedan ante lo que pide el niño para lograr que se calme y, así, evadir la incómoda situación.
En estos casos, es fundamental no prestar atención a lo que piensen los demás. Una técnica con mucho éxito es abrazar fuerte al niño. Dependiendo de la edad, puedes apartarlo de las miradas, preguntarle qué es lo que siente y explicarle que no está obrando bien. Tener empatía es una de las mejores formas de lidiar con estos comportamientos.
3. Evitar gritarle o descalificarlo
Cuando un niño se porta mal, dependiendo de su edad, puede ser que esté tratando de comunicarse, pero aún no sabe definir lo que le pasa con palabras. Si le pides que no grite, mientras te exasperas y le gritas, es probable que esto genere mayor confusión, ya que los niños aprenden con el ejemplo.
Tampoco es buena idea decirle que es malo o que otro niño se porta mejor que él. Al hacer esto, además de incrementar el estrés y la ansiedad, se puede perder el foco y olvidar lo que realmente hace al pequeño especial. Por eso, lo mejor es pensar antes de hablar y examinar cuáles son sus verdaderas dificultades.
4. Reforzar la buena conducta
En algunos casos, los padres se olvidan de exaltar el buen comportamiento de sus hijos. Frases como ‘qué bueno que compartas tus juguetes con tu hermana’ o ‘gracias por recoger tus juguetes y tu ropa’, lo harán sentir muy bien.
En relación a esto, un artículo de Raising Children sugiere que la retroalimentación positiva funciona muy bien a la hora de cambiar una conducta. Por otra parte, vale la pena recordar que disciplinar a un niño no implica controlarlo, significa ayudarle a mantener el autocontrol. Es mejor que haga lo correcto porque quiere hacerlo, que porque ‘le toca’ hacerlo.
En conclusión, para evitar que el niño se porte mal, desde muy pequeño se deben dejar muy claras unas normas básicas y las consecuencias de la infracción a las mismas. En el caso de que sea necesario corregir, lo ideal es no recurrir al castigo físico, sino reorientar su comportamiento hacia algo que sí quieres que haga, y reforzar esa nueva conducta.
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