¿Qué es la quiropodia?
Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto
La palabra quiropodia es aún desconocida para un gran número de personas, especialmente si son jóvenes. Se trata de un procedimiento que se lleva a cabo en los pies para tratar o reparar algunos problemas que haya en ellos. Tiene fines médicos, pero implica también resultados estéticos.
La quiropodia es una vía para mantener saludables nuestros pies. No es raro que la gente preste poca atención a sus pies, a pesar de que son el vehículo fundamental de transporte del cuerpo humano. Sin embargo, los problemas que se presentan en ellos no se consideran, en general, de gran relevancia.
Descuidar los pies es un error. Actualmente se piensa que lo aconsejable es visitar al podólogo -especialista en esta zona del cuerpo- al menos una vez al año. Mantener los pies en buenas condiciones incrementa la calidad de vida, y la quiropodia es un medio para lograr esto.
¿Qué es la quiropodia?
La quiropodia puede definirse como un tratamiento que se lleva a cabo en los pies para reparar las posibles alteraciones que se presentan en estos, tales como problemas en las uñas, callosidades o anomalías por el estilo. También permite prevenir las molestias por el uso de un calzado inadecuado.
El principal objetivo de la quiropodia es evitar el dolor en los pies y prevenir que las pequeñas lesiones se agraven, hasta el punto de causar problemas de consideración. Este procedimiento también permite detectar patologías, tales como hongos en los pies o presencia de papilomas, entre otros.
Lo habitual es que dentro de la quiropodia se lleven a cabo procedimientos para hacer un corte de uñas adecuado. También se realiza la deslaminación de hiperqueratosis o eliminación de durezas, se tratan las callosidades o helomas, y se hidratan los pies.
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Intervenciones de quiropodia
Las intervenciones más frecuentes que se llevan a cabo durante la quiropodia son las siguientes:
- Corte y fresado terapéutico de uñas: a veces las uñas presentan anomalías en términos de estructura, color u otras. Durante la quiropodia se lleva a cabo un corte y limado correctos para evitar el dolor y prevenir inflamaciones o infecciones.
- Tratamiento de los helomas o callos: los helomas son lesiones redondas y duras que crecen hacia adentro y se muestran cubiertas de callosidad. Se producen por la acumulación de queratina y causan dolor al caminar o dificultan el uso de calzado.
- Deslaminación de hiperqueratosis: las hiperqueratosis son engrosamientos en la piel causados por la acumulación de células en esa zona. Comprenden los helomas o callos, y los papilomas o verrugas, que son tumoraciones benignas.
- Tratamiento de uñas encarnadas: las uñas encarnadas son aquellas que penetran la piel, bien sea por alteraciones en la matriz o por una forma inadecuada.
- Hidratación y masaje relajante en los pies.
¿Cuándo y por qué practicarla?
Los adultos son los que más suelen requerir de la quiropodia, pero esta se puede practicar en personas de cualquier edad, aunque es muy raro que un niño la necesite. Lo aconsejable es visitar al podólogo una vez al año y él señalará si el procedimiento es necesario o no.
La quiropodia tiene un fin reparativo, pero también preventivo. Así que no es necesario tener los pies hechos un desastre para solicitar un procedimiento de este estilo. Hay alteraciones que pueden pasar desapercibidas y que son mucho más tratables si se hace un diagnóstico precoz.
Cualquier tipo de alteración en los pies, como callos, durezas, uñas deformes o dolores, puede derivar en problemas más serios. Así mismo, algunas enfermedades sistémicas, como la diabetes, exigen un cuidado más detallado de los pies.
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Datos a tener en cuenta
Algunas personas confunden la quiropodia con la pedicura, pero se trata de dos procedimientos muy diferentes. La primera es un tratamiento médico que debe ser realizado por un podólogo o por un profesional especializado, mientras que la segunda es un procedimiento de tipo estético, que solo hace una intervención superficial sobre las lesiones.
Así mismo, el tratamiento médico no solo aborda los problemas que tengan consecuencias estéticas, sino que también permite detectar otras patologías que pueden causar problemas mayores, o que alteran de alguna manera el caminar. Hay anomalías como el pie diabético, la fascitis plantar, tendinitis o dedos en garra, que solo puede detectar un médico.
La quiropodia es un procedimiento que, por lo general, solo dura media hora. No tiene requerimientos de recuperación y muestra su eficacia en apenas dos días. Los profesionales señalan que lo ideal es hacerse uno de estos procedimientos una vez al año.
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Morcillo, F. F. (1976). La quiropodia como concepto podológico. Revista española de podología, (53), 19-20.
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