Resequedad en el pene: ¿cuáles son sus causas y qué hacer?

La piel del pene es muy sensible a los factores externos e internos. Por eso, las alergias, las infecciones y las enfermedades sistémicas la pueden afectar. Veamos cómo.
Resequedad en el pene: ¿cuáles son sus causas y qué hacer?
Leidy Mora Molina

Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina.

Última actualización: 20 mayo, 2024

La resequedad en el pene o apariencia de pene reseco se da cuando la piel de la región genital masculina se percibe deshidratada o descamada. Esto puede responder a una falta de lubricación en la zona, carencia de humedad suficiente o presencia de una enfermedad.

El síntoma genera preocupación en los hombres. Además, se suele acompañar de picazón intensa, enrojecimiento y algo de inflamación en el glande. De igual manera, se experimentan molestias derivadas del roce con la ropa interior o la fricción durante las relaciones sexuales.

Las causas de pene reseco que te comentaremos a continuación son orientativas. Debes consultar con un médico para recibir el diagnóstico adecuado y el tratamiento para tu condición.

1. Resequedad en el pene por el uso de jabones potentes

El pene reseco por el uso de jabones con químicos potentes es bastante común. Sobre todo, sucede con aquellos productos que contienen fragancias, colorantes, polipropileno, lauril sulfato de sodio, lejía y triclosán.

Ciertos jabones tienen un pH elevado que altera el equilibrio de la piel. Además, podrían reducir los aceites naturales y, así, disminuir la hidratación. La resequedad excesiva hace que el pene sea más propenso a las fisuras, lo que aumenta el riesgo de infecciones secundarias.

¿Qué hacer?

Lo recomendable es lavar la piel con abundante agua y una pequeña cantidad de jabón de pH neutro. De igual forma, pueden emplearse soluciones formuladas para bebés o jabones naturales sin fragancia.

Después de la ducha, es una buena práctica aplicar una crema hidratante suave y sin perfumes en el área del pene. Ello debería ser precedido por un secado suave con una toalla limpia.



2. Alergias

Existe una gran variedad de productos que pueden generar alergia al entrar en contacto con el pene. Por ejemplo, ciertos condones, sustancias espermicidas, cremas retardantes y hasta detergentes para lavar la ropa interior.

Los síntomas acompañantes son el enrojecimiento, la picazón y el sarpullido. Si la alergia no se trata, puede conducir a infecciones secundarias.

El eritema en el pene por alergia al látex puede confundirse con una infección. Por eso es importante que un médico evalúe el caso con detenimiento.

¿Qué hacer?

En la mayoría de los casos, los síntomas se pueden prevenir o revertir al evitar el agente desencadenante. El problema es reconocer cuál es la sustancia gatillo. Mantener una buena higiene personal íntima contribuirá. Esto implica emplear jabones suaves y sin fragancias.

En caso de una alergia aguda, el médico podrá recetar cremas antialérgicas. Los cuadros severos se tratarán con medicación por vía oral.

3. Rozaduras y fricciones

La ropa interior que no es de algodón y los pantalones muy ajustados suelen originar fricción constante en la piel del pene durante el día. Este hecho condiciona la inflamación y la descamación del prepucio. Además, también favorece la aparición de pequeñas lesiones dolorosas en el glande.

Si las rozaduras y fricciones no se tratan adecuadamente, pueden empeorar y aumentar el riesgo de infección secundaria debido a la piel dañada. Además, se puede afectar la comodidad durante las relaciones sexuales.

¿Qué hacer?

Si experimentas lesiones por rozaduras en el pene, es importante permitir que la piel se cure. Para ello, evita actividades que puedan empeorar la irritación, como la masturbación o el sexo.

Puedes aplicar una crema hidratante suave y sin fragancia en el área afectada. A su vez, usa ropa interior suelta y transpirable, de algodón, para permitir que la zona «respire». La resequedad en el pene debería desaparecer por sí sola luego de unos días de haber implementado los cambios.



4. Sexo o masturbación sin lubricación

La práctica de actividades sexuales vigorosas o la masturbación excesiva, sin la lubricación adecuada, podrían conducir a un pene reseco. La situación de origen se conoce como sexo seco.

Cuando hay falta de lubricación en el acto sexual, el contacto entre las partes íntimas puede ser áspero, incómodo e incluso doloroso. Esto ocurre por falta de la excitación adecuada, estados de estrés o ansiedad, cambios hormonales (como la andropausia) o el uso de medicamentos (como los antidepresivos y los antihistamínicos).

¿Qué hacer?

Se recomienda emplear lubricación íntima en determinadas circunstancias. Por ejemplo, cuando se sabe que hay tendencia a la resequedad o si se practicará sexo anal.

Los lubricantes a base de agua son las mejores opciones, antes que los aceitosos. Y en caso de que ya exista descamación en el pene, sería prudente aguardar la cicatrización para retomar la actividad sexual.

5. Balanopostitis infecciosa que causa resequedad en el pene

Las infecciones del prepucio y el glande (balanopostitis) son frecuentes en hombres no circuncidados. Esto es debido a que el saco prepucial tiende a retener esmegma, gotas de orina y gérmenes.

La balanopostitis infecciosa puede ser causada por una gran variedad de microorganismos. Los más frecuentes son Streptococcus, Staphylococcus y Candida albicans.

También hay balanopostitis que no son infecciosas. Ocurren por irritantes o traumas, pero no las abarcamos aquí, porque ya las mencionamos entre las otras causas (alergias, jabones y fricción).

Los síntomas de la variante infecciosa incluyen, además de la descamación del pene:

  • Picazón.
  • Hinchazón.
  • Enrojecimiento.
  • Secreción genital anormal con mal olor.
  • Dolor al orinar o al tener relaciones sexuales.

Si no se trata adecuadamente, la condición puede progresar y causar cicatrización deficiente en el prepucio. Ello conduciría a fimosis secundaria.

El diagnóstico de la balanopostitis infecciosa se realiza mediante la evaluación clínica. Pero se pueden realizar pruebas adicionales, como cultivos y raspados de piel para identificar el agente específico.

¿Qué hacer?

El manejo de la balanopostitis debe ser realizado por un profesional de la salud. El médico se regirá por las guías clínicas para determinar dosis y prescripción de antibióticos o antimicóticos.

Es muy importante, frente a algunas lesiones, descartar la presencia de células malignas. El cáncer de pene es uno de los diagnósticos diferenciales.

6. Infecciones de transmisión sexual o ITS

Algunas de las ITS más comunes son la clamidiasis, la gonorrea, la sífilis, el herpes genital, el virus del papiloma humano (VPH) y el VIH/SIDA. Se transmiten a través del contacto sexual vaginal, anal u oral con una persona infectada.

Los síntomas en los varones, además del pene reseco, son la secreción genital anormal, el dolor al orinar, la picazón y, en casos avanzados, fiebre. No todas las ITS resecan la piel genital y no siempre se presentan del mismo modo.

Para el diagnóstico existen pruebas específicas. Pueden ser análisis de sangre, cultivos y raspados de piel.

¿Qué hacer?

Cada infección de transmisión sexual tiene su tratamiento puntual. Es preciso que un médico haga el diagnóstico para recibir la medicación adecuada.



7. Psoriasis genital

La psoriasis es un trastorno autoinmune caracterizado por el recambio acelerado de las células de la piel. La enfermedad afecta a todo el cuerpo y cursa con piel seca y placas escamosas, blanquecinas o plateadas.

Más de un tercio de los pacientes con el trastorno tienen manifestaciones genitales. En el pene, son la descamación, la resequedad y las placas irregulares enrojecidas.

¿Qué hacer?

El tratamiento de la psoriasis genital se centra en aliviar los síntomas y controlar los brotes. Los corticosteroides tópicos son la primera línea de elección.

Otras opciones locales son los análogos de la vitamina D y los inhibidores de la calcineurina. A la par, se prescriben fármacos sistémicos que abordan el problema general, como los retinoides o los inmunomoduladores.



8. Eccema

El eccema es una enfermedad dermatológica que se presenta con resequedad de la piel, erupción e irritación localizada. La forma genital suele comprometer la piel del pene y el escroto, e incluso extenderse hasta la cara interna de los muslos.

Las variantes más comunes son el eccema atópico y la dermatitis seborreica. A veces se puede identificar un agente alérgeno que es la causa, pero en muchos pacientes esto se vuelve dificultoso.

¿Qué hacer?

El tratamiento incluye el uso de cremas hidratantes para reducir el escozor y la irritación, así como medidas de higiene adecuadas. De igual forma, el médico puede indicar corticosteroides tópicos y antihistamínicos.

9. Liquen escleroso que causa pene reseco

La causa exacta del liquen escleroso no se conoce por completo. Se cree que está relacionada con un desequilibrio del sistema inmunitario y factores genéticos. La enfermedad toma diferentes partes del cuerpo. En el pene también se denomina balanitis xerótica obliterante.

El miembro masculino puede presentarse con piel más delgada, pálida y de aspecto encogido. Habrá picazón intensa, enrojecimiento e irritación. Con el tiempo, la piel afectada puede volverse más gruesa y rígida, lo que dificulta la retracción del prepucio.

¿Qué hacer?

El tratamiento suele implicar el uso de cremas tópicas con corticosteroides para reducir la inflamación y la picazón. También se recetan medicamentos inmunomoduladores en los casos graves. Los controles regulares son claves porque un porcentaje menor de los pacientes evoluciona a cáncer.

10. Resequedad en el pene por lesiones precancerosas

Las lesiones premalignas en el pene son cambios anormales en la piel que pueden progresar a cáncer. En general, tienen la característica de no curar con facilidad y reaparecer.

Se las conoce como neoplasias intraepiteliales peneanas. Sus formas clásicas son la enfermedad de Bowen y la eritroplasia de Queirat.

Estas lesiones están relacionadas con la infección persistente por el VPH hasta en el 50 % de los casos. Y evolucionan más cuando el varón es tabaquista, padece fimosis o tiene antecedentes de enfermedades de transmisión sexual.

Las manifestaciones son diversas. Hay lesiones premalignas que solo consisten en resequedad, mientras que otras adquieren la forma de manchas rojas, placas blancas o úlceras.

¿Qué hacer?

El diagnóstico lo realiza un médico con una biopsia. Luego, el tratamiento dependerá del tamaño, la ubicación y la gravedad de las lesiones.

Las opciones son las siguientes:

  • Cirugía.
  • Crioterapia.
  • Destrucción con láser.
  • Medicamentos tópicos.
Es importante realizar un seguimiento regular para monitorear la recuperación y detectar recurrencias o progresiones a cáncer.

11. Cáncer de pene

Este cáncer es poco común. Suele desarrollarse con lentitud a lo largo de varios años. La causa principal es la infección persistente con ciertos tipos de VPH. Y los síntomas pueden variar, desde un bulto o crecimiento anormal hasta úlceras y llagas que no cicatrizan, con enrojecimiento, inflamación o descamación.

Las complicaciones pueden incluir disfunción eréctil y problemas para orinar. La metástasis solo es una posibilidad en casos muy avanzados.

¿Qué hacer?

El tratamiento del cáncer de pene depende del estadio y la ubicación del tumor. Se optará por cirugía, radioterapia, quimioterapia, terapia dirigida o inmunoterapia.

Un síntoma que no debe tomarse a la ligera

Existe una gran variedad de causas de resequedad en el pene. Muchas de estas condiciones se resuelven con medidas prácticas caseras, como hemos visto.

No obstante, el síntoma también podría advertir la presencia de una infección o de un trastorno crónico. Por eso es fundamental la visita a un médico si notas el pene reseco.

No te automediques ni intentes la aplicación de remedios caseros. Un diagnóstico oportuno podría evitarte complicaciones.


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