Rituales terapéuticos en psicología: características y beneficios
Escrito y verificado por la psicóloga Maria Fatima Seppi Vinuales
Desde la psicología se emplean numerosas técnicas y herramientas tendientes a la mejora de los pacientes, en el marco de la realización de una terapia. Una de ellas son los rituales terapéuticos, que pueden resultar muy útiles para marcar la transición de un tiempo y ayudar a procesar emociones.
La importancia del ritual es que, más allá de que pueda realizarse periódicamente, le dan otro sentido a lo cotidiano e invitan a la reflexión. Veamos de qué se trata.
¿Qué es un ritual?
Si bien existen distintas definiciones de lo que es un ritual, en general se caracterizan por lo siguiente:
- Son un acto concreto o una secuencia de actos. Es decir, no ocurre solo en el área del pensamiento, sino que se expresa en alguna acción o práctica.
- Tienen algo de específico o especial. Esto implica que el lenguaje o los objetos que se empleen adquieren otro sentido, distinto del cotidiano. Por ende, tienen un alto contenido simbólico.
- Requieren de preparación previa.
- Si bien pueden adquirir características o matices propios y personales, existe una forma de llevar a cabo el ritual. Su ejecución se realiza de manera repetida.
Asimismo, un ritual también puede tener la función de marcar un hito, de señalar el paso o el cambio de una etapa a la otra. Por último, son una forma de materializar los cambios en una doble dirección: desde adentro hacia afuera y desde afuera hacia adentro.
El cambio está sucediendo, lo expresamos y lo comunicamos a través del ritual. En este punto, es importante que al emplearlos en terapia el paciente sepa que está participando y que forma parte de él.
¿Para qué se usan los rituales terapéuticos en psicología?
Los rituales terapéuticos se usan en el ámbito de la psicología como una herramienta o una técnica con una finalidad. La misma está encargada por los objetivos establecidos previamente con el paciente.
Uno de los usos tiene que ver con la posibilidad de que la persona viva ese ritual como una transición. Es decir, como un espacio intermedio, como un paso.
También marcan el comienzo y el fin de algo. Por ejemplo, una graduación. En general, se realiza una entrega del título logrado y se organiza una pequeña celebración como un modo de indicar que se pasa de un estado a otro.
Asimismo, se emplean como un recurso para avanzar. Por ejemplo, puede pensarse como parte de un duelo por una separación o un fallecimiento. El terapeuta solicita que se haga el ritual de deshacerse de objetos o elementos que pertenecían a la relación o a la persona querida.
Muchas veces, los terapeutas prescriben la realización de rituales entre sesiones para el logro de un objetivo determinado y la puesta en práctica de alguna habilidad.
En terapia familiar, los rituales son especialmente objeto de interés, ya que contienen mucha información acerca de lo que acontece en la familia. Señalan los sentidos de aquello que se hace y por qué, el grado de participación de los miembros y las jerarquías.
¿Qué beneficios pueden tener los rituales terapéuticos?
En el ámbito de la terapia psicológica, muchas veces no alcanza con la simple expresión o verbalización de lo que nos sucede. Puede ser necesario pasar al acto, vivir y hacer cuerpo las emociones.
Para ello, indicar la ejecución de un ritual resulta útil. Los rituales tienen un sentido y una razón de ser. A veces los ejecutamos en piloto automático, pero su peso simbólico deriva de que creemos que haciéndolos, disfrutamos o conseguimos algo.
Entre los beneficios podemos mencionar los siguientes:
- Cuando son realizados a nivel individual, traen disfrute y satisfacción. Por ejemplo, muchas personas siguen al pie de la letra ciertos comportamientos como un modo de buscar tranquilidad.
- Si son compartidos y se establecen entre personas, fomentan el sentido de pertenencia y la unión. Por ejemplo, en algunos hogares aún persiste el ritual de armar todos juntos el árbol de navidad. O bien comer las 12 uvas en países como España.
- También permiten la expresión de emociones y sentimientos. Pueden servir como una catarsis liberadora.
- Ayudan a procesar nuestras emociones o situaciones difíciles. Por ejemplo, es el caso de los funerales y del duelo.
Nuestra vida está llena de rituales
Si pensamos en el modo en que se hacen presentes los rituales en nuestra vida, nos daremos cuenta de que hay muchos más de los que creemos. Por ejemplo, los más frecuentes y conocidos son los siguientes:
- Preparar alguna comida rica para celebrar algo. Por ejemplo, la llegada de un bebé a una pareja que hace tiempo lo deseaba.
- Comprarse alguna prenda de ropa para estrenarla con motivo de una ocasión especial.
- Un cambio de color o un corte de pelo cuando estamos en la búsqueda de un nuevo comienzo.
- Las celebraciones de cumpleaños.
Los rituales evocan un sentido más allá de los actos
Los rituales tienen su modus operandi, es decir, hay algo que se repite y que le da pleno sentido. Quizás no es el acto, sino la fecha en que se realiza. No tienen por qué ser estereotipados, sino que lo que verdaderamente importa es que sean significativos para la persona.
Por último, a simple vista para un observador externo, el ritual puede parecer un simple conjunto de acciones. Sin embargo, su potencia está en el sentido con que se dota a esa secuencia. De allí su importancia como recurso terapéutico.
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- Laso, E. (2015d). Terapia familiar en clave emocional, 2: una propuesta integradora. Revista Electrónica de Psicología Iztacala, 18(3): 1087-1116
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