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¿Se regenera el himen después de un desgarro?

8 minutos
El himen puede romperse de muchas maneras, no solo durante la primera relación sexual. Aunque esta membrana no vuelve a crecer, las mujeres pueden someterse a una himenoplastia para reconstruirla.
¿Se regenera el himen después de un desgarro?
Leonardo Biolatto

Escrito y verificado por el médico Leonardo Biolatto

Última actualización: 18 septiembre, 2024

El acto sexual, la masturbación, el ejercicio físico o incluso el uso de tampones pueden romper esta pequeña membrana que recubre el orificio vaginal. Una vez que el himen se desgarra, no se vuelve a regenerar de forma natural. Sin embargo, a través de una cirugía plástica se puede recrear su apariencia original.

En el pasado, y en muchas culturas, esta estructura se ha considerado un símbolo de virginidad. Aunque esta percepción no sea médicamente exacta, su presencia sigue siendo significativa para la identidad de muchas mujeres.

Una estructura con significado

El himen es una delgada membrana de tejido mucoso situada en la apertura de la vagina. Su forma, grosor y elasticidad son únicos para cada mujer: en algunas, puede ser muy fino y elástico, mientras que en otras puede ser más grueso y resistente. A veces es muy evidente y fácil de encontrar, pero otras, en cambio, puede no estar, ser muy minúsculo o difícil de ver.

Aunque no está del todo claro para qué sirve, se considera que no es un músculo ni un órgano vital, ya que no tiene ninguna función fisiológica importante en la adultez. La presencia, forma o ausencia de esta membrana no tiene impacto en la salud o el bienestar de la mujer y, al igual que los distintos tipos de la vagina y la vulva, las variaciones en su estructura son normales.

Puede desgarrarse de diversas maneras y con diferentes grados de intensidad en cuanto a dolor y sangrado. Algunas mujeres pueden experimentar molestias intensas, mientras que otras pueden no darse cuenta de su ruptura en absoluto.

En la actualidad, ser virgen es una construcción social y cultural, que se define por no haber tenido relaciones sexuales previas. La presencia o ausencia del himen no es un indicador confiable de virginidad, ya que su apariencia, tamaño y elasticidad varían entre las mujeres y puede cambiar debido a diversas actividades cotidianas no relacionadas con el sexo.

Sin embargo, en algunas culturas, la presencia del himen se sigue relacionando con la virginidad y la pureza. Para muchas mujeres, contar con esta estructura íntegra es necesario a la hora de casarse.

La apariencia y estructura del himen varían entre las mujeres, no define su virginidad, actividad ni identidad sexual, y no afecta su salud o bienestar.

¿Por qué se rompe?

Durante muchos años, su presencia se consideraba un indicador de virginidad. Sin embargo, el estado de esta membrana no puede determinar si una mujer ha tenido relaciones sexuales, ya que puede desgarrarse por otras situaciones:

  • Ejercicio
  • Equitación
  • Masturbación
  • Uso de tampones
  • Andar en bicicleta
  • Golpes con objetos
  • Exámenes médicos
  • Lesiones y accidentes
  • Esfuerzo físico excesivo
  • Intervenciones quirúrgicas
Cuando el himen se rompe, los bordes de la membrana pueden quedar sueltos, desplazarse hacia un lado o fundirse con el orificio vaginal.

El himen es flexible y puede estirarse, por lo que no suele romperse de inmediato con la primera presión. En cambio, su desgarro tiende a ocurrir de manera gradual, debido al desgaste progresivo por actividades diarias.

¿Puede regenerarse de manera natural?

No, el himen no se regenera de manera natural una vez que se ha desgarrado: una vez que se ha roto, no puede volver a crecer. Después de la rotura, el tejido se cicatriza, pero no vuelve a recuperar su estructura, tamaño y forma original.

El cuerpo se ajusta a la ausencia de esta membrana, permitiendo que las actividades normales continúen sin problemas. De hecho, la mayoría de las mujeres ni siquiera notan su ruptura.

A pesar de esto, algunas mujeres buscan recuperar la apariencia de su himen por razones culturales, estéticas o personales. Para estas situaciones, existe un procedimiento médico llamado himenoplastia, que puede restaurar la estructura a su estado original.

Reconstrucción quirúrgica o himenoplastia

Aunque el himen no es un órgano vital ni cumple una función fisiológica esencial, su presencia puede tener una importancia simbólica y cultural para algunas mujeres. La himenoplastia es una cirugía plástica que permite recrear esta estructura perdida utilizando los restos del tejido himenal o, en algunos casos, tejido vaginal.

Aunque el procedimiento puede restaurar la apariencia del himen, no tiene un impacto en la salud física ni en la función sexual.

La finalidad de este procedimiento varía según la persona. Algunas de las razones por las que una mujer puede optar por esta reconstrucción incluyen las siguientes:

  • Razones personales: la himenoplastia puede ser una opción para volver a sentir joven la zona genital o como un «regalo» para la pareja.
  • Reparación simbólica: la cirugía puede tener valor terapéutico para algunas mujeres, ayudándolas a superar traumas pasados, como agresiones o abusos sexuales.
  • Corrección de anomalías congénitas: algunas mujeres nacen con un himen muy delgado, rígido o incluso ausente y pueden optar por la himenoplastia para corregir estas anomalías y aliviar cualquier preocupación o molestias asociadas.
  • Restauración cultural: en muchas culturas y religiones un himen intacto es símbolo de pureza y honor, además de ser un requisito al momento del matrimonio. La himenoplastia puede ser utilizada para cumplir con las expectativas sociales o religiosas, relacionadas con la virginidad.

¿Quiénes son candidatas?

Esta cirugía no tiene indicaciones médicas, es decir, no trata ningún problema que afecte la salud. Las candidatas para la himenoplastia son mujeres que desean reconstruir su himen por razones personales, culturales, religiosas o psicológicas.

Es esencial que cualquier mujer que considere someterse a este procedimiento lo haga por decisión propia y no por presiones externas. También deben estar bien informadas respecto a lo que la intervención puede ofrecerles, para no crear expectativas erróneas.

La himenoplastia no puede devolver la virginidad, pero puede crear la ilusión de un himen intacto.

¿En qué consiste la cirugía?

La cirugía es ambulatoria y la realiza un cirujano plástico o ginecólogo especializado. Se realiza con sedación o anestesia local y tiene una duración aproximada de 1 o 2 horas.

Según el caso clínico, el cirujano dispone de distintas técnicas para reparar o reconstruir el himen:

  • Láser: se utiliza un láser para cortar y sellar los bordes del himen juntos, aumentar el grosor y la elasticidad.
  • De inyección: se inyecta un material de relleno —sintético o tomada del propio cuerpo— en el himen para aumentar su grosor y rigidez.
  • Reparación de restos himenales: los restos del himen se separan con un láser fino y se vuelven a ensamblar para formar una membrana en forma de anillo.
  • De sutura: implica suturar los bordes del himen juntos para cerrar el agujero central. Se utiliza para casos donde la estructura está dañada o es demasiado delgada o rígida.
  • De reconstrucción: se reconstruye el himen utilizando tejido de otra parte del cuerpo, como el revestimiento de la vagina o la piel de la vulva. Esta técnica se utiliza en casos en los que la estructura ha sido completamente eliminada o es muy delgada para ser reparada.

Los puntos colocados suelen caer solos y, en aproximadamente un mes, la paciente podrá tener relaciones sexuales sin ningún problema. El nuevo himen se romperá durante el coito tal como lo haría uno natural.

Dependiendo de la naturaleza y la gravedad del desgaste genital y los intereses de la paciente, algunas mujeres pueden beneficiarse con procedimientos adicionales. La vaginoplastia y la labioplastia, por ejemplo, buscan rejuvenecer la apariencia y funcionalidad de la vagina.

Recuperación y cuidados

Después de una himenoplastia, es necesario seguir una serie de cuidados para asegurar una cicatrización óptima y sin complicaciones. Podrás regresar a tu casa el mismo día de la intervención y, aunque es posible volver al trabajo al día siguiente, se aconseja descansar para permitir que el cuerpo se recupere mejor.

Es normal experimentar una ligera hinchazón y hematomas durante dos a cuatro semanas, con un dolor mínimo que debería desaparecer de manera progresiva. Se indican analgésicos y antibióticos para aliviar las molestias y prevenir infecciones.

Deberás lavar la zona con agua y jabón de manera regular. Una semana después de la intervención, podrás reanudar una rutina de ejercicio suave, pero evita levantar objetos pesados o realizar ejercicios extenuantes durante cuatro a seis semanas.

Si te sometes a la cirugía antes de casarte, debes abstenerte de cualquier inserción vaginal, incluidos los tampones, hasta la noche de bodas para evitar que el nuevo himen se rompa. Tampoco debes usar ropa interior ajustada, levantar objetos pesados y realizar actividades extenuantes, ya que pueden afectar la cicatrización.

Las suturas utilizadas se disolverán y saldrán solas, por lo que no será necesario retirarlas. Es importante acudir a todas las revisiones médicas programadas y contactar al profesional si experimentas fiebre, dolor intenso, secreción anormal o cualquier signo de infección.

A gusto con tu zona íntima

La pérdida de esta membrana puede suceder de muchas maneras, no solo a través del acto sexual. Su ausencia o desgarro no representa ningún problema de salud ni interfiere con la funcionalidad reproductiva de las mujeres.

Sin embargo, para algunas, contar con esta delgada membrana antes del matrimonio tiene un significado religioso, social o cultural importante. También puede ser necesaria para volver a sentirse a gusto o para sanar heridas psicológicas asociadas a traumas sexuales.

Para estos casos, la himenoplastia es una opción viable para reconstruir el himen. Entender los alcances de esta cirugía te ayudará a tomar una decisión informada. Habla con tu médico sobre tus dudas y temores.

Procura que la motivación para optar por esta intervención no sea la presión social, cultural o religiosa, sino el deseo personal de sentirte bien contigo misma y con tu cuerpo.


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Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.