¿Por qué septiembre es amarillo?
Escrito y verificado por el médico Leonardo Biolatto
Cada 10 de septiembre, el Día Mundial de la Prevención del Suicidio toma un lugar preponderante en la escena de la salud pública. Apoyada por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio y la Organización Mundial de la Salud (OMS), la jornada pretende concientizar sobre este gran problema. Ahora bien, ¿por qué se habla de un septiembre amarillo?
Más allá del día en sí, las iniciativas suelen extenderse durante todo este mes. Diversas organizaciones, gubernamentales y no gubernamentales, organizan programas y planes que difunden la idea de la prevención del suicidio. Así como también brindan herramientas para que las personas cuenten con recursos si están atravesando una depresión.
El lema de este año 2022 es el siguiente: “Crear esperanza a través de la acción”. Esta frase para el septiembre amarillo nos compromete a todos a actuar para evitar muertes que se pueden prevenir.
¿Por qué existe el septiembre amarillo?
La historia de la elección del color y el motivo del septiembre amarillo es dolorosa. Se remonta al año 1994, cuando el programa Yellow ribbon (“cinta amarilla” en español) cobró forma a través de la acción de familiares y amigos de Mike Emme.
Mike tenía 17 años cuando se quitó la vida. Era un aficionado a los automóviles y solía trabajar en la restauración de ellos. Su último proyecto era un Ford Mustang 1968 que había encontrado en mal estado.
Mike compró el auto, lo reparó y, tras restaurarlo, lo pintó de un amarillo vibrante. Un día, cuando sus padres regresaron al hogar, el Mustang estaba estacionado fuera, pero el joven se había suicidado.
Dentro de la casa, los padres encontraron una nota que decía: “No se culpen, mamá y papá, los amo. Amor, Mike, 11:45 p. m.”. Lamentablemente, los adultos habían llegado solo 7 minutos después y ya era demasiado tarde para hacer algo.
La iniciativa
En el funeral del joven Mike Emme, toda la comunidad estaba consternada. Varios de sus amigos asistieron y quisieron consolar a los padres, por lo que les preguntaban cómo los podían ayudar.
Los padres, con gran entereza, dijeron a los otros jóvenes lo siguiente:
Por favor, no te suicides, busca ayuda.
Tomando ese consejo, varios miembros de la comunidad plasmaron la frase en papeles amarillos, en recuerdo del Mustang de Mike. A su vez, anotaron allí números de teléfono de ayuda para llamar cuando se piensa en el suicidio.
El septiembre amarillo había comenzado y los papeles fueron cada vez más. Se repartieron en oficinas públicas, se llevaron a los colegios, los jóvenes comenzaron a cargarlos en sus mochilas. El color se asoció, poco a poco, a la posibilidad de prevenir un hecho tan trágico como el suicidio.
Algunos datos relevantes sobre el suicidio
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay 703 000 personas en el mundo que se quitan la vida cada año. Con la gravedad añadida de que ya es la cuarta causa de muerte en el grupo de jóvenes entre 15 y 29 años.
En Estados Unidos, por ejemplo, las cifras son alarmantes. Es la segunda causa de muerte entre los 10 y los 34 años, con una frecuencia aproximada de 132 suicidios cada día.
El mito circulante de que el suicidio es un problema solo de los países de altos ingresos no es más que eso: un mito. En realidad, si tomamos las últimas tendencias, más del 70 % de los suicidios acontecen en áreas con bajos o medianos recursos.
Pero hay algo más que no se suele ver. La estadística registra con más fidelidad los suicidios consumados que los intentos. Detrás de cada persona que se quita la vida, hay varios que lo han intentado y han fallado. Y es muy posible que lo vuelvan a intentar.
También es un mito aquello de que solo se suicida el que no da avisos y lo hace sin anunciarlo. Las tentativas son reconocidas como factores de riesgo, pues existe una alta posibilidad de que esa persona trate en el futuro de suicidarse.
¿Se puede prevenir el suicidio?
La idea central del septiembre amarillo es prevenir el suicidio y reducir su incidencia. Las iniciativas apuntan a crear concientización sobre el tema para que las personas tengan un apoyo y a quien referirse en los momentos de mayor angustia.
Se reconocen dos situaciones en la conducta suicida y sobre ambas es posible actuar preventivamente. Son las siguientes:
- Intento de suicidio: la persona se intenta provocar la muerte, pero falla. Es posible que haya lesiones o no tras el acto.
- Ideación suicida: la persona tiene pensamientos recurrentes sobre cómo se suicidaría. Inclusive, puede llegar a preparar algunas cosas o escenarios en los que se quitaría la vida.
El reconocimiento de cualquiera de estas situaciones exige actuar de inmediato. Si es un familiar o un amigo quien lo detecta, debe hacer lo posible para que la persona reciba ayuda profesional especializada.
En este sentido, casi todos los países han desarrollado una agencia de prevención del suicidio. Suele haber un número telefónico disponible para llamar y recibir asesoramiento sobre los pasos a seguir.
Las líneas de ayuda
El septiembre amarillo reconoce que, dentro de las acciones preventivas, las líneas de ayuda gubernamentales y de ONGs son claves. Allí se pueden comunicar personas que piensan en suicidarse, así como familiares y amigos que detectan la conducta en seres cercanos.
La línea de ayuda está atendida por personas entrenadas para lograr los siguientes objetivos:
- Entablar una conversación de apoyo y contención. La persona con intento de suicidio está en crisis, por lo que necesita escucha y palabras adecuadas.
- Ofrecer ayuda concreta. El operador telefónico guiará, según la zona geográfica, hacia las redes armadas en el territorio para contener a la persona, sean estas instituciones públicas o privadas.
- Entregar recursos de salud mental. En la llamada, el operador puede aplicar algunas técnicas de relajación y de escucha activa para disuadir a la persona que intenta el suicidio.
- Concretar una cita psicológica. Si el caso lo amerita, la línea de ayuda puede programar de inmediato una consulta con un profesional de la salud mental.
El septiembre amarillo es esperanza
El amarillo de este mes de septiembre nos tiene que remitir a la esperanza. Podemos reducir los casos de suicidio en el mundo.
Una acción simple, como distribuir papeles amarillos con números de ayuda, podría ser suficiente. Es un acto al alcance de todos que salva vidas.
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