Ser madre sin dejar de ser mujer
Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina
Ser madre sin dejar de ser mujer es, sin duda, la combinación más difícil para una esposa, sobre todo cuando tiene el primer hijo. Si eres esposa y ya eres madre, te has preguntado alguna vez: ¿Qué aspecto de tu vida debe ser el primero?
¿Qué implica ser madre sin dejar de ser mujer?
Ser mujer
Antes de ser madre, la persona ya es una mujer. Más allá de la definición biológica, ser mujer implica ser la persona que siempre has sido, que te gusta y que te gustaría ser.
Implica saber desenvolverse en cualquier ámbito de la vida, sea el físico, el emocional, el espiritual, el familiar o el sexual para alcanzar la plenitud. En otras palabras, ser mujer es ser la protagonista de tu propia vida. Sin embargo, ¿Cómo afecta a la mujer el ser madre?
Ver también: El don de ser mujer después de los 40
Ser madre
Para muchos, ser madre es una gran bendición. Participar en el proceso de creación de una nueva persona es simplemente milagroso. No obstante, también es una labor que exige de una gran dedicación pues el pequeño depende totalmente de su madre para sobrevivir.
De hecho, se dice que cuando una mujer es madre, sus preocupaciones se multiplican por dos. Por un lado, es positivo puesto que el nivel de eficiencia se eleva. Sin embargo, por otro lado, el nivel de ansiedad puede incrementarse demasiado y ser dañino para la salud.
Así, la madre en su afán por cuidar de la mejor manera a su bebé, puede que olvide sus propias necesidades, aquellas que eran más sencillas de satisfacer antes de la llegada del hijo.
El papel de la sociedad y los roles de género
En ocasiones, la sociedad suele ejercer una excesiva presión con respecto a lo que debemos ser. La perspectiva de género que la sociedad ha creado e impuesto a las mujeres a lo largo de los siglos se simplifica en la siguiente frase: “Primero, los hijos; segundo, la pareja; y tercero, ella”.
Es decir, en el papel de madre, la mujer debe sacrificar sus metas, deseos y tiempo para cumplir con el rol que la sociedad ha marcado como el “deber ser” de una madre. En otras palabras, invierte el orden de ser mujer y madre para convertirse en madre y después mujer.
Si eres una mujer que se sacrifica a sí misma por el bienestar de sus hijos, entonces la sociedad te dirá que eres la mejor madre del mundo. Sin embargo, tal vez no te juzgue del mismo modo si de vez en cuando decides darte un tiempo para ti.
Y es que se tiende a creer lo siguiente: puedes ser la mejor madre, pero olvidar que eres mujer; o bien, ser una gran mujer, pero no ser una buena madre.
¿De qué lado estás tú?
Pregúntate lo siguiente: ¿Cuándo fue la última vez que tomé un poco de tiempo para hacer deporte, dormir una siesta o salir con mi pareja a solas? Si tu respuesta no tiene una fecha concreta, entonces estás olvidándote un poco de ti y de tu bienestar.
Por supuesto, no hay que irse hacia los extremos: sacrificarse en demasía o abandonar a los hijos. Ambos casos son negativos tanto para los hijos como para la madre.
¿Cómo es posible ser madre sin dejar de ser mujer?
Para saber la respuesta a la pregunta anterior es fundamental comprender lo siguiente: antes de ser madre y esposa, eres una persona. Como individuo, tienes necesidades que ni tus hijos o esposo pueden satisfacer totalmente.
El equilibrio es la clave
Para saciar las necesidades individuales es preciso recuperar tus espacios individuales, delegar tareas y ceder algunas responsabilidades. Sabemos que las madres son tan capaces que podrían hacerlo todo por ellas mismas. No obstante, tales conductas salvadoras o rescatistas no suelen conducir a estados saludables, sino todo lo contrario.
Por eso, es necesario buscar la manera de conciliar tus obligaciones con tus necesidades. No estás sola, puedes apoyarte en tu pareja, familiares y amigos para hacerle frente a los retos de la maternidad, en lugar de sacrificarte totalmente.
Fuera la culpa
Puede que llegues a sentirte culpable por pensar un poco en ti y no en tus hijos o esposo. Pero recuerda que, como cualquier otra persona, debes cuidarte y dedicar un tiempo a tus necesidades.
Esto es de vital importancia pues, para ser mejor madre, debes empezar a cuidar de ti misma. ¿Crees que podrás cuidar de tus hijos y darles un buen ejemplo si no lo haces contigo? Por esa razón, busca ser madre sin dejar de ser mujer.
¿Qué puedo hacer para ser madre sin dejar de ser mujer?
Aparta tiempo para ti
Aunque tengas miles de actividades por hacer, organiza tus horarios. No necesitas desaparecer por horas para darte un respiro. De hecho, puedes planificar unos breves 10 minutos para ti sola y salir a caminar. Otra opción rápida y sencilla es hacer respiraciones profundas y conectar contigo misma. Es poco tiempo, pero te hará sentir mejor.
Cuida tu relación de pareja
La relación de pareja va evolucionando poco a poco, especialmente con la llegada de un bebé. Es cierto, los pequeños necesitan atención. Sin embargo, la pareja también necesita tiempo para seguir cultivando ese amor que los une.
Debes recordar que la unión con tu pareja seguirá a través de los años, incluso cuando tu hijo crezca y finalmente se independice. Además, el ambiente familiar se beneficiará si la pareja está bien.
Si deseas saber más del el tema, lee: “Soy madre, no esclava de las tareas domésticas”: la carta viral de una mujer australiana.
Cuida tu físico
La sociedad también ejerce presión para que las madres que recién dieron a luz recuperen su figura. No obstante, cuidar de tu cuerpo te hará sentir más saludable. Puedes hacerlo a tu propio ritmo consumiendo alimentos ricos en fibra, vegetales y frutas, evitando los alimentos procesados y bebidas azucaradas.
Recupera un pasatiempo
¿Qué es lo que más te gustaba hacer? Todos tenemos un pasatiempo que nos hace sentir mejor, ¡Retómalo! Puede ser asistir al gimnasio, mirar alguna serie de televisión, hacer yoga, cantar, tocar algún instrumento o incluso un baño relajante.
Conclusiones
Dedicarte un poco de tiempo te permitirá guardar el equilibrio para ser madre sin dejar de ser mujer. Nadie es perfecto, y si notaste que debes trabajar en ti misma, toma la iniciativa y haz lo que esté en tus manos para mejorar.
Por otra parte, te recomendamos visitar a un especialista para que pueda brindarte ayuda y atención especializada. Recuerda, ¡Tu bienestar es muy importante!
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