Silicosis, la enfermedad que resurge en España y se relaciona con las encimeras

El auge del cuarzo en la fabricación de encimeras reaviva una vieja amenaza para la salud laboral en España, y pone en evidencia los fallos en la prevención de esta enfermedad. 
Silicosis, la enfermedad que resurge en España y se relaciona con las encimeras

Última actualización: 10 abril, 2025

El informe «La reemergencia de la silicosis en España», presentado por el Ministerio de Sanidad y el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), notificó 520 casos de silicosis en España en 2024, lo que supone la cifra más alta desde que se empezaron a registrar de forma oficial los diagnósticos de esta enfermedad en 2007.

Una de las principales preocupaciones es que los afectados ya no se concentran solo en antiguos trabajadores de la minería, sino también en aquellos que manipulan piedra artificial y natural de cuarzo en talleres y fábricas vinculadas al sector de la construcción y del diseño de interiores.

La silicosis es una enfermedad pulmonar incurable que se produce por la inhalación prolongada de polvo de sílice cristalina. Si bien es un riesgo laboral conocido, su aparición en nuevos entornos industriales —como la fabricación de encimeras— está generando un impacto creciente que pone sobre la mesa la necesidad de revisar las condiciones de seguridad laboral y hasta el papel del consumidor.

¿Qué es la silicosis y cómo se adquiere?

«Silicosis» es el término utilizado para describir una enfermedad pulmonar progresiva e irreversible que se produce por la inhalación continuada de partículas de sílice de cristalina, un componente mineral que está presente de forma natural en materiales como el cuarzo, el granito, la pizarra y la arena, a menudo provenientes del sector de la minería y la construcción.

Al atravesar el sistema respiratorio, los residuos microscópicos de esta sustancia se alojan en los pulmones y conducen a la aparición de fibrosis progresiva. Esta complicación es una formación de tejido cicatricial, que interfiere en el intercambio de oxígeno y dificulta la respiración. Para los pacientes, esto significa una pérdida gradual de la capacidad pulmonar, que limita el esfuerzo físico y la calidad de vida.

Sus síntomas, que suelen presentarse de forma paulatina, abarcan:

  • Tos persistente
  • Fatiga crónica
  • Dolor torácico
  • Falta de aire
  • Insuficiencia respiratoria severa (en casos graves)

Si bien es innegable que los avances en seguridad industrial han reducido su incidencia en poblaciones vulnerables, como trabajadores de minas de carbón y canteras, su resurgimiento en el siglo XXI se da principalmente en sectores productivos asociados a la construcción, la fabricación de productos cerámicos y la manipulación de piedra artificial, como las utilizadas en encimeras.



Trabajadores jóvenes: los más afectados

Las cifras del informe del Ministerio de Sanidad junto al Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) destacan que el 47,8 % de los diagnósticos de silicosis registrados entre 2007 y 2024 están asociados con la fabricación y mecanizado de conglomerados de cuarzo, así como con el procesado de piedra natural, sobre todo granito y pizarra.

Otros sectores mencionados son la construcción, la extracción de minerales no metálicos ni energéticos y la metalurgia, que también implican una exposición a sílice cristalina respirable.

El descenso en la edad media de los pacientes diagnosticados es otro de los puntos preocupantes de este estudio. La mayoría son, a menudo, hombres jóvenes de entre los 30 y 49 años, según lo expuesto por Catherine Cavalin, una de las autoras. Esta tendencia refleja el perfil de quienes trabajan en labores de corte, pulido, manipulación de superficies y fábricas modernas.

A su vez, es un indicio de que, muchas veces, no se toman en cuenta las medidas de protección necesarias. Y es que a pesar de considerarse una amenaza latente, en realidad es una enfermedad que se puede prevenir con las condiciones laborales adecuadas y la regulación del uso de materiales potencialmente peligrosos.

Preocupación por el riesgo de complicaciones

Más allá del daño pulmonar progresivo, la silicosis conlleva un riesgo elevado de desarrollar otras complicaciones graves. Tanto estudios científicos, como el informe mencionado, advierten que en al menos un 40 % de los casos, esta afección pulmonar coexiste con otras patologías, como la artritis reumatoide, el cáncer de pulmón y afecciones cardiovasculares.

«En el 40% de los casos cuando el diagnóstico secundario es de silicosis se combina con artritis reumatoide y el 60% con otras enfermedades inmunomediadas»

~ Catherine Cavalin, investigadora ~

Esta situación, por desgracia, complica el diagnóstico, retrasa o dificulta los tratamientos y empeora el pronóstico. Aunque no hay reportes recientes de deceso, esta sigue siendo la consecuencia más grave. 

Datos principales sobre la silicosis en España (2007–2024)

  • Casos registrados: desde 2007 hasta 2024 se han comunicado 5930 partes médicos por silicosis en el país.
  • Casos de cáncer de pulmón: desde 2018 se han reportado 46 casos vinculados a la exposición a sílice cristalina, de los cuales 19 se registraron solo en 2024.
  • Sectores económicos más implicados: empresas que trabajan con aglomerados de cuarzo y piedra natural, 48 % de los casos; extracción de minerales no metálicos ni energéticos, 18,5 % y sector de construcción, 10,2 %.
  • Coste económico en atención sanitaria: entre 1997 y 2020 fueron atendidos 111 359 procesos asistenciales relacionados con la silicosis, y el 97,5 % de los tratamientos estuvieron financiados por el Sistema Nacional de Salud, en lugar de ser reconocidos como enfermedad profesional. El coste por proceso asistencial varía según la edad, desde los 7.218 € en pacientes de 40 a 49 años hasta los 3.384 € en mayores de 70.


La prevención es clave y el compromiso es colectivo

La reciente alerta por el aumento de silicosis en España revela insuficiencias en las políticas de protección laboral. Sin embargo, también hace visible la necesidad de asumir responsabilidades compartidas. Por un lado, es crucial que las empresas involucradas aseguren entornos de trabajo adecuados y el cumplimiento riguroso de las normativas sobre la exposición a sílice.

Esto va desde la capacitación de los trabajadores hasta la implementación de sistemas de ventilación, el uso obligatorio de mascarillas con filtro, la utilización de cabinas cerradas para el corte y mecanizado y la vigilancia médica periódica. Al mismo tiempo, es clave que los empleados se aseguren de seguir los protocolos de seguridad y de buscar atención ante cualquier síntoma inusual.

En última instancia, cabe destacar que la prevención también tiene un componente social; muchos consumidores desconocen las consecuencias ocultas de la fabricación de encimeras de cuarzo y de la implementación de estos materiales en cocinas u otras obras. Informarse al respecto y buscar otras alternativas más seguras también es una forma de contribuir a la solución.


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