¿Qué es el síndrome de ilegitimidad?
Escrito y verificado por la psicóloga Maria Fatima Seppi Vinuales
¿Has escuchado hablar del síndrome de ilegitimidad? En algunas empresas existe la figura del «todista», que es una forma de hacer referencia a aquellas personas que tienen perfiles generalistas y que son capaces de dar respuesta a distintos temas.
Sin embargo, lo que para algunos aparece como una ventaja, en otros casos suele representar un talón de Aquiles. Consideran que pueden entender y hablar de ciertos asuntos, pero no logran conocerlos en profundidad. Te contamos más sobre este síndrome, que se resume en «saber de todo un poco». ¡Sigue la lectura!
¿En qué consiste el síndrome de ilegitimidad?
El síndrome de ilegitimidad es más frecuente en ámbitos laborales. Se refiere a aquellos casos en los que la persona se siente insuficiente e inexperta al tener una visión «panorámica» de diversos temas.
En la mayoría de los casos, se origina en los perfiles generalistas, orientados a múltiples intereses, que se traducen en un currículum variado. Esto desencadena que la persona se sienta inferior o en desventaja por ello.
Es decir, en determinadas ocasiones, la persona siente que no cuenta con la experiencia suficiente para asesorar a un nivel de detalle. Sabe que entiende sobre muchos temas, pero a un nivel superficial.
Para muchos, es un sinónimo del «síndrome del impostor». Sin embargo, este último se caracteriza por un estilo atribucional, en donde la persona explica su situación laboral por factores externos.
Por ejemplo, es común el empleo de argumentos del tipo «tengo suerte», «estoy aquí porque tengo carisma», entre otras cosas que desconocen e invalidan sus virtudes. El síndrome de ilegitimidad se explica más bien por el hecho de sentirse insuficiente o incompetente ante un perfil generalista.
Algunas tendencias laborales actuales
En la actualidad, la elección de los proyectos vocacionales es muy diferente respecto a hace algunos años. Las personas suelen estar más motivadas para explorar sus diferentes intereses, por lo que se «saltan» de una formación a otra para enriquecer su capital cultural.
Al mismo tiempo, muchos se plantean cada vez más conciliar su vida laboral y profesional con sus intereses y el tiempo libre. Lo mismo sucede en las búsquedas laborales y en la permanencia en los puestos de trabajo. Ahora mismo, las áreas de recursos humanos se enfrentan al desafío de retener el talento.
Cuando se habla del síndrome de ilegitimidad, es importante tener cuidado. En determinados ámbitos laborales, contar con un pensamiento creativo, diferente, global y sistémico es visto como una oportunidad. La persona es capaz de establecer relaciones y hacer conexiones entre diferentes aspectos.
No obstante, también habrá cabida para otros puestos que requieren un nivel de conocimiento muy avanzado. En estos casos, los puestos serán más específicos y expertos. En pocas palabras, saber de todo un poco no tiene por qué ser algo negativo, sino todo lo contrario. Se puede considerar un valor y algo positivo, en función del ámbito en donde se requiera y se emplee.
¿Cómo puede afectar el síndrome de ilegitimidad a los empleados?
Respecto al modo en que el síndrome de ilegitimidad puede impactar en el desempeño de los empleados, no hay una respuesta uniforme, ya que cada persona puede manifestarlo de formas diferentes.
Hay quienes pueden asumir una actitud a la defensiva al creer que cada pregunta que se les realiza es para dejarlos expuestos y en evidencia. Mientras que habrá otros que consideran que las observaciones son una oportunidad de crecimiento.
En cualquier caso, puede provocar ansiedad, malestar o inseguridad excesiva, dado que el afectado se siente en estado de alerta la mayor parte del tiempo. De hecho, algunos empleados pueden esforzarse el doble o trabajar en exceso en un intento por compensar aquello que perciben como falencia. Con el tiempo, esto puede desembocar en un burnout laboral.
Algunas recomendaciones para hacer frente al síndrome de ilegitimidad
Ignorar el síndrome de ilegitimidad no debe ser una opción. Sin una intervención adecuada, puede ser problemático para quienes lo padecen. Por tal razón, vale la pena poner en práctica lo siguiente:
- Trabajar las propias emociones. Abordar las inseguridades respecto a lo que nos hace «valiosos». El nuevo mercado laboral también reconoce y valora todas las experiencias de las personas (no solo las laborales), así como las llamadas «habilidades blandas». Por ende, todo suma, no solo la colección de competencias.
- Evitar compararse. Todos los colaboradores tienen algo propio y particular para aportar a un equipo. Por lo tanto, hay que tratar de conformar buenos equipos de trabajo y complementar habilidades.
- Trabajar la aceptación. Por eso fuimos elegidos para ese puesto laboral. Hay que reconocer las propias fortalezas, logros y debilidades. También es bueno aprovechar las debilidades para formarse, capacitarse y crecer, de modo que permita salir de la zona de confort.
- Aceptar que no conocemos todo en profundidad y que no es necesario hacerlo. Es decir, aprender a pedir ayuda cuando no tengamos las herramientas para resolverlo solos. Cambiar la idea de «me falta ,no sé…» por «podría aprenderlo, puedo mejorar».
Ahora bien, desde las áreas de recursos humanos tendrán que tener en cuenta la motivación laboral para evitar el síndrome de boreout o aburrimiento. Es importante coordinar con los puestos directivos las tareas adecuadas en función de los empleados.
Asimismo, los planes de formación pueden servir para motivar al empleado y hacerlo crecer en aquellas debilidades o puntos que debe mejorar.
Desarmar el prejuicio de «una vez y para siempre»
Aún existe un prejuicio respecto a aquellas personas que eligen desempeñarse en distintos ámbitos, incluso opuestos, en relación a su primera elección laboral y vocacional. Por supuesto, como vivimos en sociedad, ese prejuicio también es sostenido y vivido por quien hace dicha elección.
Hoy en día, las personas se permiten explorar un poco más sus intereses, puesto que también hay una mayor variedad de campos disciplinares que superan a aquel puñado de profesiones tradicionales.
Por otro lado, los tiempos académicos son superiores a las posibilidades reales de una persona que debe incorporarse al mercado laboral. Debido a esto, hay cursos y formaciones de menor duración que permiten adquirir herramientas a corto plazo para poder generar dinero.
En este sentido, es un momento para pensar y cuestionar aquellas creencias construidas en torno a lo laboral. Esto con el fin de hacer un cruce entre lo real y lo posible y para permitirse cambiar de rumbo.
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- Oliveira, A. R. de, Bezerra, T. C. G., Oliveira, T. H. A., Rezende, A. T., Figueiredo, C. V. de, & Costa, T. S. (2021). Burnout’s Syndrome and Impostor Syndrome: a correlational study . Research, Society and Development, 10(3), e34710313344. https://doi.org/10.33448/rsd-v10i3.13344
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