Síntomas de una deficiencia de zinc y cómo aumentar su ingesta
Escrito y verificado por la nutricionista Maria Patricia Pinero Corredor
Los micronutrientes son compuestos esenciales para la vida, ya que participan en casi todas las funciones metabólicas y fisiológicas del cuerpo. El zinc es uno de ellos y es el segundo oligoelemento más abundante dentro de la célula. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una tercera parte de la población mundial sufre deficiencia de zinc.
La amplitud de funciones del zinc hace que los síntomas y signos de su carencia varíen de una persona a otra. Estas señales pueden ir desde las más leves, como pérdida del cabello, hasta las más severas, como el deterioro cognitivo y retraso en el crecimiento del feto.
No hay duda que un cambio en la dieta es fundamental para reponer zinc. En este artículo estaremos hablando sobre cómo reconocer una deficiencia del micronutriente y qué alimentos debemos comer para recuperar los niveles óptimos.
¿Qué es el zinc?
El zinc es un mineral esencial para estar saludable. Es el segundo oligoelemento más importante en cantidad después del hierro y el 95 % se encuentra dentro de la célula.
Los músculos, junto con los huesos, son los tejidos que más lo contienen. Entre algunas de sus funciones tenemos que ayuda al sistema inmunitario a combatir a las bacterias y virus.
¿Qué hace el zinc?
Un grupo de expertos reitera la importancia del zinc para alcanzar una buena salud. Sus funciones son las siguientes:
- Estimula al sistema inmunitario: el zinc se une a los virus para evitar que entren a nuestras células. De esta manera, bloquean su replicación. También favorece la cicatrización de heridas y la reparación de los tejidos.
- Facilita las reacciones bioquímicas: el zinc impulsa muchas reacciones metabólicas. Por ejemplo, es un cofactor de más de 200 enzimas.
- Promueve el crecimiento y el desarrollo: la división celular que ocurre durante el embarazo necesita de zinc. Se estima que más del 80 % de las mujeres embarazadas en el mundo no obtienen la dosis recomendada del micronutriente.
Síntomas de la deficiencia de zinc
Los síntomas de la deficiencia de zinc pueden variar en intensidad. Por ejemplo, cuando hay una falta significativa del nutriente en las células, el cuerpo no puede producir células nuevas para el recambio de los tejidos.
Los signos leves son los siguientes:
- Aftas.
- Diarrea.
- Uñas deformes.
- Pérdida del apetito.
- Erupciones de la piel.
- Gusto u olfato debilitado.
- Baja libido en los hombres.
- Cicatrización deficiente de heridas.
Los síntomas más severos incluyen lo siguiente:
- Infecciones frecuentes por debilitamiento del sistema inmunitario.
- Hipogonadismo en los hombres por una baja en la de testosterona.
- Crecimiento retrasado en niños y adolescentes.
- Lesiones importantes de la piel.
- Deterioro cognitivo.
Factores de riesgo para una deficiencia de zinc
Las personas que llevan una dieta vegetariana, vegana o restrictiva a largo plazo pueden estar en mayor riesgo de una deficiencia de zinc. Los vegetales contienen sustancias que impiden la mejor absorción de algunos minerales. Es por esta razón que se indica a los veganos ingerir un 50 % más de zinc que los omnívoros o carnívoros.
Los bebés mayores de 6 meses que toman solo leche materna podrían estar en riesgo de una deficiencia. Sin embargo, si se incorporan nuevos alimentos a base de carnes o se incluyen fórmulas infantiles enriquecidas con zinc, se previene el déficit.
Las personas alcohólicas también son susceptibles. El alcohol reduce la cantidad de zinc que absorbe el cuerpo e incrementan la pérdida por la orina.
Algunos procesos quirúrgicos, como la cirugía gastrointestinal para perder peso, y los trastornos digestivos como la colitis ulcerativa, pueden promover el riesgo de déficit de zinc de un momento a otro.
¿Cómo se diagnóstica la deficiencia de zinc en el laboratorio?
No cualquier análisis de sangre puede lograr un diagnóstico certero de la deficiencia de zinc. Los síntomas ayudan a discernir, pero hacen falta pruebas que apoyen el proceso.
Hay que buscar los niveles de zinc en el plasma sanguíneo, en la orina o en un mechón de cabello. También puede ocurrir que la falta de este mineral sea un síntoma de otro trastorno. Por ejemplo, de una malabsorción intestinal.
Tratamiento de la deficiencia de zinc
Una vez diagnosticada la causa de la deficiencia de zinc, se pueden recomendar cambios en la dieta o la toma de suplementos. Veamos las opciones.
Cambios en la dieta
Cuando la deficiencia de zinc se debe a una falta importante en las comidas habituales, es necesario incluir nuevos alimentos que contribuyan a aumentar los niveles del mineral a nivel intracelular. Las mayores concentraciones se encuentran en los alimentos de origen animal.
En la siguiente lista aparecen las principales fuentes de zinc para una dieta omnívora:
- Aves de corral: los valores de zinc oscilan en 1,8 y 3 miligramos por 100 gramos de producto.
- Carne roja de vacuno: aporta entre 3 y 4,7 miligramos por 100 gramos.
- Vísceras: contienen entre 4 y 6 miligramos por 100 gramos de alimento.
- Pescados: los alimentos del mar son buena fuente de zinc. Aportan entre 0,5 y 5,2 miligramos.
- Ostras: cuando están crudas aportan 33 miligramos en 85 gramos de alimento. Es una de las principales fuentes de zinc dentro del reino animal.
- Cangrejo: 10 miligramos en 134 gramos de cangrejo cocido.
- Langosta: este crustáceo contiene 3,53 miligramos por cada 100 gramos.
En menor medida se recomiendan los huevos y los lácteos para aumentar el zinc, ya que sus valores son menores al comparar con otros alimentos.
Si eres vegetariano, entonces debes prestar atención a la dieta. Algunos investigadores han encontrado que las semillas y las legumbres son fuente de ácido fítico. Esta molécula almacena fósforo y atrapa el zinc junto con otros minerales, evitando su biodisponibilidad en el intestino.
Por otro lado, las dietas altas en fibra también pueden disminuir la disponibilidad de los minerales. En estas pautas se recomiendan suplementos que ayuden a incorporar el zinc.
Las fuentes de zinc de origen vegetal que no son 100 % biodisponibles son los frijoles, las lentejas, los garbanzos, los guisantes, los frutos secos, el arroz salvaje, los cereales integrales, el germen de trigo, las semillas y los anacardos. En el caso de las legumbres, hay que remojarlas o germinarlas para disminuir el ácido fítico.
Suplementos de zinc
Si la deficiencia de zinc es muy marcada, es probable que se requieran suplementos solos o combinados con otros minerales y vitaminas. La dosis cuando hay carencias es de 2 a 4 veces por encima de la cantidad diaria recomendada.
El nivel máximo para un adulto es de 40 miligramos al día y 4 miligramos por jornada para lactantes. Si se ingiere más pueden producirse problemas de riñón, hígado o estómago.
También hay que tomar en cuenta que el zinc interactúa con medicamentos para la artritis, los diuréticos y los antibióticos.
¿Qué hacer ante una deficiencia de zinc?
Si sospechas que tienes una deficiencia de zinc, lo primero que debes hacer es buscar atención médica. Sobre todo si llevas varios días con mareos, náuseas o dolor de cabeza.
En caso de un embarazo con sospecha de un déficit de zinc, debes comunicarlo al especialista. Este oligoelemento es fundamental para el bebé.
Los síntomas como pérdida del cabello, cicatrización lenta, erupciones cutáneas y úlceras bucales, entre otros, pueden dar las señales de alerta. Una vez diagnosticado, hay que aumentar los alimentos de origen animal con mayor contenido de zinc. Las carnes, las vísceras, los pescados, los crustáceos y las aves son la mejor fuente.
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