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Te amo mucho, mi hijo

5 minutos
Tal vez pienses que decir palabras como: “Te amo mucho, mi hijo”, es innecesario. Sin embargo, demostrar amor a los hijos es una de las mejores recetas para criarlos con una actitud sana y feliz.
Te amo mucho, mi hijo
Isbelia Esther Farías López

Escrito y verificado por la filósofa Isbelia Esther Farías López

Última actualización: 07 agosto, 2024

“Te amo mucho, mi hijo” son palabras que a todos nos gustaría escuchar pero que, en algunas ocasiones, no se llegan a mencionar en la familia. Tal vez tenga que ver con la educación o las costumbres con las que cada persona fue criada. Sin embargo, es muy importante demostrar amor a los hijos. ¿Por qué razón? Te lo explicamos a continuación.

El amor y los niños

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En primer lugar, más allá de cualquier definición o concepto, el amor es una necesidad humana que produce bienestar. En el caso de los niños, el amor les ayuda a crecer felices y a sentirse seguros.

De acuerdo con el libro Desarrollo Psicosocial de los niños de UNICEF, la base del desarrollo integral de los niños depende de las experiencias que vivieron durante la primera infancia en el seno familiar.

Es decir, si los niños se crían en un ambiente psicológicamente estable en el cual se les trata con cariño y respeto, podrán desarrollar las habilidades sociales e intelectuales necesarias. Algunas de estas habilidades esenciales son la autoconfianza, la autoestima, la capacidad de amar y de compartir. Por todo ello es tan importante demostrar amos a los hijos siempre.

Básicamente, si los niños se crían en un ambiente psicológicamente estable, gozarán de una actitud positiva ante la vida y sus innumerables retos. Como ves, el amor de los padres en la vida de los hijos es fundamental para su desarrollo y bienestar.

La influencia de demostrar amor a los hijos

De manera recurrente se dice que nadie nos enseña a ser padres o que los niños vienen al mundo sin manual de instrucciones. No obstante, cualquier persona aprende a ser padre, pero generalmente de la manera en que fue criada. Los hijos modelan a los padres hasta en la manera de ser padres, llegado el momento.

Por otra parte, también se cuenta con el instinto natural ante el cuidado y la crianza de los hijos, así como las múltiples lecciones que la experiencia enseña. Lo cierto es que, a lo largo de los años, millones de familias en todo el mundo han criado a sus hijos de acuerdo a la cultura y a las creencias de la época.

Sin embargo, ¿Cuál es la mejor forma de educar a los hijos para que sean felices?

“Es la gente del mundo que más ama a sus hijos y mejor tratamiento les hace”.

Alvar Núñez Cabeza de Vaca, Naufragios

¿Cómo educar a los hijos?

En su libro “Bésame mucho. Cómo criar a tus hijos con amor”, Carlos González comenta que las personas que fueron tratadas con cariño durante su infancia suelen ser adultos más pacíficos, amables, comprensivos y también más sanos y felices. De hecho, finaliza su libro mencionando que los días más felices de un hijo dependen de los padres.

Este dato es correcto, pues el desarrollo psicosocial de un niño inicia en el vientre de la madre. Este proceso se lleva a cabo a través de las interacciones con el medio, tales como movimientos, pensamiento, acciones, lenguaje, emociones y sentimientos que nacen a partir de las relaciones con los demás.

A partir de esto, es irrefutable el hecho de que los padres son las primeras personas con las cuales interactúa el bebé. Por lo tanto, el bebé depende totalmente de sus progenitores para saber de la vida y de la felicidad.

Lo que dice la ciencia sobre demostrar amor a los hijos

En la revista inglesa Sociología, Salud y Enfermedad, se publicó recientemente un artículo en el que se indica que demostrar amor a los hijos los ayuda a desarrollar su cerebro y a ser más fuertes emocionalmente.

La investigadora Glenda Wall señala que el comportamiento receptivo y empático de los padres, guiado por expertos, es fundamental para promover la fortaleza emocional y la autorregulación en los niños.

Asimismo, indica que esta construcción de apego suele recaer más en las madres que en los padres. Sin embargo, ambos contribuyen en el desarrollo integral de su pequeño. En síntesis, si un pequeño recibe amor, atención, cuidado y además observa que sus padres saben regular sus emociones; su desarrollo cerebral y su capacidad de adaptación se verán favorecidos.

“La calidad del vínculo o apego está determinada por la capacidad del adulto de ponerse en el lugar del niño, de lograr sentir como él siente”.

Margarita Hauessler

Lo que puedes hacer para demostrarle amor a tus hijos

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Aunque sería lo ideal, no todos sabemos establecer vínculos de apego saludables con las personas a nuestro alrededor. Quizá por esto, llegamos a pensar que no somos capaces de cultivar una buena relación con nuestros hijos. Sin embargo, una clave que ayuda a que el vínculo entre padres e hijos se fortalezca es empezar a entenderlos.

¿Qué pueden hacer los padres para demostrar amor a los hijos? A continuación, te damos algunas sugerencias:

  • Comienza desde la gestación. Ambos padres deben mostrar afecto al bebé desde que está en el vientre. Pueden hablar con él, acariciar el vientre de la madre o estar al tanto de sus movimientos. También pueden cuidar de su salud realizando constantes visitas médicas.
  • Tener una actitud cariñosa continua para que el niño desarrolle seguridad y confianza.
  • Demostrar el amor por medio de palabras, gestos, besos, abrazos y expresiones en cualquier momento.
  • Interactuar frecuentemente en actividades comunes y juegos.
  • Incentivar actitudes y conductas que favorezcan la comunicación en la familia.
  • Además de demostrarle afecto y cariño, es necesario cubrir sus necesidades elementales como alimentación, estímulos y cuidados básicos.

Reflexiones

Tal vez pienses que decir palabras como: “Te amo mucho, mi hijo”, no es necesario. Lo cierto es que demostrar amor a los hijos es una de las claves para criarlos sanamente.

Quizá más allá de preocuparnos por cómo educar a nuestros hijos, tendría sentido reeducarnos como individuos, antes de educarlos a ellos. Tal vez así podamos enseñarles a nuestros hijos a vivir más felices.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.