¿Tiene ventajas cometer errores?
Escrito y verificado por el psicólogo Andrés Carrillo
Las equivocaciones no suelen ser del agrado de las personas, pero hacen parte de la vida. De hecho, según la perspectiva, se pueden identificar algunas ventajas de cometer errores.
En particular, esto implica atravesar procesos que permiten adquirir aprendizajes importantes de cara al futuro. Incluso, se convierten en una parte clave de nuestro desarrollo.
¿Por qué cometemos errores con frecuencia?
Experimentar equivocaciones de manera frecuente puede ser frustrante. Lo cierto de todo es que podemos destacar ciertas ventajas de cometer errores. En primer lugar, se trata de una señal de que estamos avanzando. Si se dan con frecuencia, significa que somos persistentes.
Tener la capacidad de sobreponernos a los fallos – y seguir intentando mejorar – es un rasgo positivo de personalidad. En todo caso, si nos resignamos al primer error jamás lograremos ser buenos en nada. En este sentido, la resiliencia toma relevancia.
Ciertas veces, las equivocaciones tienen que ver con estilos de pensamiento dicotómico. ¿Qué quiere decir esto? En pocas palabras, no saber aceptar las derrotas implica repetir los mismos errores. Por eso, no hay ningún aprendizaje, solo frustración por haber fallado. Así pues, la actitud que tomamos ante los errores es lo que marca la diferencia.
¿Por qué cuesta aceptar los errores?
La concepción que tenemos de los fallos hace que nos cueste aceptarlos. Tener la idea generalizada de que los errores son negativos resulta contraproducente. Dicho de otro modo, lo que hace difícil aceptar una equivocación es el pensamiento de que hemos fracasado.
A pesar de que cueste hacerlo, lo mejor es aprender a aceptarlo. Poder equivocarnos sin sentir culpa es positivo para el desarrollo personal. Se trata de adquirir un nivel adecuado de tolerancia a la frustración.
6 ventajas de cometer errores
Para muchos puede parecer ilógico sacar ventajas de cometer errores. Pero cuando la actitud es buena, todos podemos valorar de forma positiva esta experiencia. La idea de reconocer estos aspectos «buenos» es aprender a cambiar el pensamiento preconcebido de los fallos. Veamos.
1. Ganar experiencia
Alcanzar la sabiduría depende de qué tanto nos equivocamos en el camino. Las personas experimentadas no llegaron a serlo de la noche a la mañana; tuvieron que equivocarse en repetidas ocasiones.
Los fallos son un catalizador para aumentar la confianza en nosotros mismos. Lo ideal es aprender de la experiencia para mejorar en el futuro.
2. Aprender humildad
Un error puede ser un maestro para la vida. El fallo no solamente es útil en términos de conocimientos académicos o laborales. La humildad llega cuando las personas reconocen sus equivocaciones sin sentirse humilladas. Perder una discusión con humildad implica aceptar que no somos dueños de la razón y que no hay nada de malo con eso.
3. Fortalecer la autocritica positiva
Luego de cometer errores ocurre un proceso de introspección en el que somos nuestro propio juez. Por ello, hay que tener cuidado con la manera en la que nos evaluamos. Las personas con un complejo de inferioridad tienen la tendencia a menospreciarse cada vez que se equivocan.
Como contrapartida están quienes tienen una autocrítica positiva. Se trata de revisar el error como una circunstancia y no como parte de nosotros, entendiendo que eventualmente puede ser corregido sin mayores lamentos.
4. Mejorar la responsabilidad
Equivocarse y aprender del error promueve la responsabilidad. Resulta lógico pensar que cuando aprendemos de los fallos nos esforzamos por no cometer de nuevo las mismas equivocaciones.
En este sentido, la responsabilidad puede ser hacia nosotros mismos. Por ejemplo, cuando nos alejamos de relaciones tóxicas.
5. Enfrentar el miedo
Algunas personas le temen al error a tal punto de que se paralizan. A medida que podemos enfrentar nuestros fallos con humildad, el miedo a cometerlos se disipa.
¿Por qué le tenemos miedo a algo que nos hace ser mejores? Debemos saber que esta situación es irracional; no podemos escapar de la equivocación, y además no es tan mala.
6. Aumentar la concentración
Aprender de un error implica ser conscientes de que necesitamos mejorar. Luego de equivocarnos y corregir lo necesario, nos concentramos más en determinadas situaciones. Por ejemplo, al jugar una partida de ajedrez y perder por un error, en la siguiente ronda procuramos estar más concentrados.
¿Por qué nunca dejamos de cometer errores?
Los errores son una constante en la vida de cualquier persona; se presentan hasta en las actividades rutinarias. Esto sucede porque todos los días estamos expuestos a situaciones nuevas; pueden ser emociones, personas, responsabilidades o algunos imprevistos.
De cualquier modo, nada se repite exactamente igual. Aunque hayamos aprendido de nuestros errores, seguimos propensos a volver a fallar. Es una dinámica constante de aprendizaje en base a ensayo y error.
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