¿Qué es la torsión ovárica y cómo es su tratamiento?
Escrito y verificado por la médica Mariel Mendoza
La torsión ovárica ocurre cuando uno de los dos ovarios se tuerce sobre los ligamentos que lo sostienen en su sitio. Esta torcedura ocasiona interrupción del flujo sanguíneo al órgano e incluso a la trompa de Falopio, con la consiguiente disminución de la oxigenación del tejido.
El síntoma principal de la torsión ovárica es el dolor abdominal bajo y pélvico severo, los vómitos precedidos por náuseas, el sangrado uterino anormal y, en ocasiones, la fiebre. Es más frecuente del lado derecho, debido a que el ovario izquierdo es mantenido en una posición estable por el intestino.
Estamos ante una emergencia médica que requiere atención inmediata. Su resolución es solo quirúrgica. Es por ello que se hace necesario saber cómo reconocerla a tiempo.
¿Cómo se presenta la torsión ovárica?
En la torsión ovárica, el dolor tiende a ser súbito e intenso. Aunque puede ser intermitente y deberse a períodos alternantes de torsión y detorsión del órgano.
Nunca suele ocurrir sin dolor.
Por lo general, el dolor se manifiesta en el área abdominal inferior y pélvica, e inclusive del lado de ovario afectado. Además, puede causar vómitos precedidos por náuseas, fiebre y sangrado uterino anormal.
Si la torsión ovárica se sostiene en el tiempo, puede causar muerte del tejido por deficiencia de oxígeno (isquemia y posterior necrosis), lo que llevará a la pérdida de tejido ovárico y de su función. En raras ocasiones, el área puede infectarse y la infección se propaga a través del abdomen.
El diagnóstico es importante debido a que los síntomas se pueden confundir con otras condiciones:
- Apendicitis.
- Cálculos en las vías renales.
- Infección del tracto urinario.
- Gastroenteritis.
Epidemiología
La torsión ovárica es más frecuente entre la segunda y la cuarta década de la vida. No suele presentarse antes de la pubertad ni luego de la menopausia.
Causas
Aunque no existe una causa específica, sí hay factores de riesgo asociados. La presencia de un quiste, un tumor, un absceso en el ovario y la trompa de Falopio u otra masa en el tejido ovárico, pueden aumentar el riesgo de torsión ovárica.
Debido a que el peso extra permite que el órgano rote sobre sí mismo y sus ligamentos de soporte, hasta el 80 % de los casos se presentan con un quiste o masa ovárica. En especial, si la misma mide más de 5 cm. A veces, además del ovario, puede torcerse la trompa de Falopio en conjunto.
También puede deberse a que el ligamento que une el ovario con el útero es más laxo de lo normal, por lo que es más fácil su movilización. Asociada a la mayor laxitud de los ligamentos está la ovulación inducida en las terapias de reproducción asistida, el síndrome de ovarios poliquísticos, el tratamiento sustitutivo hormonal y el embarazo.
Las altas cargas hormonales pueden relajar el tejido, haciéndolo más propenso a la torsión del ligamento.
Debido a que hay obstrucción del flujo sanguíneo, la torsión ovárica es una emergencia médica. El antecedente de ligadura de trompas también es un factor de riesgo.
Diagnóstico
El diagnóstico de la torsión ovárica inicia con el interrogatorio y un examen físico. En los estudios de imagen se utiliza el ultrasonido vaginal y el abdominal.
En caso de no evidenciarse la patología, se puede indicar una tomografía computarizada o una resonancia magnética nuclear. Además, se solicita hematología completa para evaluar la presencia de una posible infección.
El diagnóstico definitivo de la torsión ovárica es la visualización de la misma mediante la cirugía.
El tratamiento es la cirugía
El único método de diagnóstico definitivo y tratamiento es la cirugía. Sin embargo, previo a ello puede indicarse un abordaje para reducir el dolor y las náuseas.
Entre los analgésicos se prefieren los siguientes:
- Acetaminofén.
- Ibuprofeno.
- Naproxeno.
- Opioides, en casos de dolor más severo.
La cirugía debe realizarse a la mayor brevedad posible para evitar la isquemia y la necrosis de los tejidos. El procedimiento para la torsión ovárica puede ser mediante laparoscopia (cirugía endoscópica) o laparotomía (cirugía abierta).
Durante la cirugía, se visualiza el ovario para determinar si tiene suficiente flujo sanguíneo. En caso de mostrar signos de isquemia, se debe retirar el ovario completo. A veces, además de la extracción del ovario, se requiere de la extracción de la trompa de Falopio del mismo lado.
En los casos en los que no hay afectación de los tejidos, basta con solo destorcer el ovario y evaluar el flujo sanguíneo al mismo. En el posoperatorio se indican altas dosis de anticonceptivos para reducir el riesgo de recurrencia.
La torsión ovárica requiere acción inmediata
La torsión ovárica es una entidad muy poco frecuente, pero es una causa a tomar en cuenta en casos de dolor abdominal súbito en mujeres. En especial, en la edad fértil.
Se trata de una emergencia médica, debido a que puede conllevar a la isquemia y la necrosis del tejido ovárico, con su posterior pérdida. Sin embargo, es importante acotar que en caso de perder un ovario, la fertilidad no se verá afectada, ya que el otro órgano es capaz de cubrir las necesidades.
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