Tratamientos, cuidados y consejos contra la fimosis

La fimosis en los niños suele remitir de manera espontánea durante los primeros 3 años de vida. En caso de que esta afección aparezca después, o en la vida adulta, el principal tratamiento es la cirugía.
Tratamientos, cuidados y consejos contra la fimosis
Leidy Mora Molina

Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 24 julio, 2023

Hay varias maneras de tratar la fimosis. La opción a elegir depende, en particular, de la gravedad. A veces solo es necesario llevar a cabo algunas acciones puntuales para superar el problema, mientras que en otros casos se requiere de cirugía.

Hasta hace poco tiempo, la fimosis era tratada con cirugía casi siempre. En la actualidad hay más reservas frente a esta alternativa.

Por lo general, se lleva a cabo un abordaje gradual y solo se acude al procedimiento quirúrgico si no hay más opción. De todos modos, son el urólogo o el pediatra quienes deben determinar la mejor opción.

¿Qué es la fimosis?

La fimosis puede definirse como la incapacidad de retraer la piel de pene para que quede expuesto el glande. Esto crea una sensación incómoda, como si hubiese un anillo en la punta del pene que impide el deslizamiento normal de la piel.

Es habitual que los bebés presenten esta condición al nacer. Sin embargo, con el paso del tiempo se afloja la piel del pene, hasta que queda normal, alrededor de los 3 años. Pese a esto, en algunos casos la fimosis sigue presente hasta la vida adulta y genera molestias.

También es posible que la fimosis sea adquirida. Ocurre cuando hay infecciones recurrentes en la zona genital. Esto provoca una inflamación crónica que lleva a una cicatrización en el prepucio. A raíz de esto, se vuelve estrecho.

Las infecciones genitales son más frecuentes en las personas con enfermedades como la diabetes. También en quienes están inmunodeprimidos, bien sea por una patología o por un tratamiento como la quimioterapia.

Tipos y grados

La fimosis puede presentarse en diferentes tipos y grados. Este es un factor de importancia a la hora de elegir el tratamiento adecuado.

Los grados van del I al IV, dependiendo de cuánto pueda retraerse el prepucio. Los tipos son los siguientes:

  • Puntiforme: el orificio del prepucio es mínimo. Provoca grandes dificultades para orinar.
  • Anular no retraíble o cicatricial: cuando está engrosada la piel que rodea al orificio del prepucio. Se debe a infecciones recurrentes.
  • Anular retraíble: dentro de este grupo se clasifican todos los casos de fimosis que no caben dentro de las otras dos categorías.
Bebé con fimosis.
En los bebés es normal la fimosis. Se trata de una situación fisiológica.

Tratamientos para la fimosis

Frente a la fimosis hay 4 grandes opciones de tratamiento. El pediatra, en el caso de los niños, o el urólogo en el caso de los adultos, serán las personas capacitadas para indicar la mejor alternativa.

1. Ejercicios

La fimosis puede ser tratada con ejercicios. Se trata de movimientos lentos en el prepucio para cubrir y descubrir el glande. Los médicos recomiendan este tipo de práctica cuando la afección es muy leve.

Sin embargo, este tipo de ejercicios puede conducir a que se produzcan pequeños desgarros o cortes en el prepucio. Al cicatrizar, empeoran la fimosis ya existente. Por lo tanto, siempre deben efectuarse bajo indicaciones médicas.

2. Pomadas con esteroides

El uso de pomadas con esteroides para tratar la fimosis también genera controversias. La opinión general es que puede ser eficaz en algunos niños, pero no se recomienda para los adultos.

Estas pomadas contienen corticosteroides, unas sustancias que ayudan a suavizar la piel del prepucio. Se aplican con las manos limpias, haciendo un masaje suave por 30 segundos. La aplicación debe efectuarse 1 o 2 veces por día, durante un lapso de 4 a 8 semanas.

Lo cierto es que también hay casos en los que no tiene mayor efecto en los niños. En cambio, el efecto adverso puede ser el engrosamiento de la piel del prepucio y dificultades en caso de que deba hacerse cirugía.

Siempre se aplican en niños mayores de 4 años y bajo supervisión médica.

3. Intervención quirúrgica

La cirugía es un tratamiento habitual para la fimosis. Se le conoce como circuncisión y su objetivo es eliminar el exceso de piel en el prepucio. Es de carácter ambulatorio y casi siempre se realiza con anestesia local. Demora alrededor de 45 minutos a 1 hora.

Lo usual es que, en el caso de los niños, exija pasar un par de días en el hospital. Sin embargo, pueden reincorporarse a sus actividades en 3 o 4 días. Se lleva a cabo, por lo general, en niños de entre 7 y 10 años.

Los adultos requieren 2 o 3 días de reposo. Lo indicado es que no tengan relaciones sexuales durante el mes siguiente.

Este método resuelve definitivamente la fimosis en todos los casos, pero a veces tiene cierto impacto psicológico negativo en los adultos.


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4. Dispositivos

Una cuarta opción para el tratamiento de la fimosis es el uso de ciertos dispositivos para tal propósito. El más conocido es el anillo plástico. Este se coloca mediante una cirugía menor que no requiere anestesia.

El anillo se introduce por debajo del prepucio y alrededor del glande, sin comprimir la punta del pene. Con el paso de los días, este anillo corta la piel, que finalmente cae al cabo de 10 jornadas. Genera algunas molestias, pero no implica tantos cuidados como la cirugía.

Cirugía para la fimosis.
La cirugía es bastante rápida en la fimosis y soluciona por completo el cuadro.

Cuidados tras la cirugía

Las cirugías para la fimosis no son siempre iguales. Por lo tanto, el médico indicará las medidas a seguir en cada caso.

Sin embargo, lo usual es que se recomienden cuidados generales como los siguientes:

  • Mantener limpia la herida: se debe limpiar la zona todos los días con agua tibia durante la ducha. También se pueden utilizar gasas y suero fisiológico al 9 % para limpiar la zona. Luego se debe aplicar el antiséptico.
  • Usar productos neutros: lo mejor es emplear un jabón neutro y no otros productos como cremas o geles, a menos que el médico lo indique.
  • Secado de la herida: el pene debe secarse con una gasa o con una toalla específica para esto. Se aplican suaves toques y nunca fricción.
  • Protección de la zona: lo más indicado es poner una gasa alrededor del glande para evitar roces e irritaciones.
  • Ropa interior: hay que utilizar ropa interior ajustada, manteniendo el pene hacia arriba. El resto de la ropa debe ser holgada.
  • Evitar los deportes: se deben evitar los ejercicios, en especial si son muy exigentes, durante un mes después a la cirugía.
  • No asistir a playas y piscinas: no es conveniente usar piscinas o playas en las 4 semanas siguientes a la intervención quirúrgica.

Tras la cirugía, no se debe tener temor a orinar. Esto se puede hacer sin ningún contratiempo. Si se observa un sangrado, lo más indicado es consultar con el médico.

Prevenir la fimosis

Para prevenir la fimosis secundaria, o sea, la que se produce en cualquier momento de la vida por diversas razones, lo más útil es adoptar hábitos correctos de higiene. En concreto, durante la ducha se debe retirar el prepucio y aplicar agua sobre el glande para evitar acumulaciones que causen infecciones.

Así mismo, se debe tener un sexo seguro. Lo más indicado es utilizar preservativo.

Si la fimosis no se trata, puede causar complicaciones como infecciones urinarias frecuentes, mayor riesgo de adquirir enfermedades de transmisión sexual y dolor durante el sexo. Además, incrementa el riesgo de cáncer de pene.


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