Yogur helado de frambuesa... ¡En 5 minutos!
Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater
¿Un yogur helado de frambuesa preparado en solo 5 minutos? ¿Es posible? Desde luego, es fácil, está riquísimo y es realmente sano. Además, es ideal para los más pequeños, para esas meriendas o postres con las que segurísimo que vas a acertar.
Y para los adultos también se puede convertir en un postre saludable y energético. ¿Quieres conocer la receta? Toma nota entonces, porque estamos seguros de que te encantará.
Yogur helado de frambuesa, fácil y saludable
Con añadir una simple imagen ya se nos hace la boca agua. Parece refrescante y saludable y la mejor noticia de todas es que ¡realmente lo es! Además, podemos respirar tranquilos, porque este helado no contiene prácticamente grasas.
Y algo que es aún mejor, es que es completamente natural, ya que carece de los conservantes que se pueden añadir a algunos helados industriales.
Recordemos los grandes beneficios del yogur natural:
- Dispone de Lactobacillus, ese microorganismo beneficioso para nuestros intestinos, capaz de protegerlos y fortalecerlos. El médico incluso puede recomendarte su ingesta para el alivio de ciertas enfermedades como la diarrea o el resfriado.
- El yogur natural es rico en calcio y otros nutrientes, como el magnesio o el fósforo. Ideal, ¿verdad?
Veamos ahora los beneficios de la frambuesa:
- Las frambuesas son muy ricas en fibra y vitamina C. Y aquí viene lo mejor, disponen de muy muy pocas calorías. Por eso, puede ser muy beneficiosa si quieres cuidar la línea.
- Disponen, además, de minerales como el potasio, el magnesio o el calcio.
- Como hemos visto, son un tesoro natural en fibra, estupendas para prevenir el estreñimiento y problemas y dificultades con el tránsito intestinal.
- Son además muy ricas en antioxidantes, los cuales según muestran diversas investigaciones pueden ser beneficiosos para cuidar de nuestro sistema cardiovascular.
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Cómo preparar el yogur helado de frambuesa
¿Qué necesito?
- 2 tazas de frambuesas congeladas (las puedes encontrar fácilmente en el supermercado)
- 4 cucharadas de miel
- Un yogur natural (no azucarado)
- El jugo de medio limón
- 2 galletas de avena
¿Cómo lo preparo?
- Es muy fácil. Lo primero que haremos es coger un bol o un recipiente amplio de cristal preferiblemente. Introducimos en él las frambuesas (no deben descongelarse) y después ponemos la taza de ese yogur natural. Ten en cuenta que si sabes realizar tú mismo yogur natural será mucho más saludable. Pon los dos ingredientes en el bol y después coge la batidora.
- ¿Qué haremos ahora? Batimos la mezcla durante 5 minutos. Verás que te cuesta un poco dado que las frambuesas están congeladas, pero es normal. Poco a poco notarás como va cogiendo más consistencia. Además, quedarán tropezones que estallarán en nuestra boca llenas de esa agradable acidez. Si lo prefieres, puedes machacar un poquito más la mezcla, para no encontrarte esos tropezones.
- Añade ahora el jugo del medio limón. Esa acidez le reportará aún más frescura. Verás que está listo justo cuando notes que la textura es ya muy cremosa.
- ¡Ya tienes listo tu yogur helado! Así de fácil, pero ahora tenemos dos opciones. Puesto que las frambuesas estaban congeladas y el yogur fresco estará perfecto para servirlo. Pero si quieres que esté más helado, no tienes más que ponerlo en el refrigerador durante media hora. Estará ideal.
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¿Cómo lo servimos?
Toma nota. Lo que haremos es repartir el yogur helado de frambuesa en dos amplias copas. Y, por encima, dejaremos caer dos cucharaditas pequeñas de miel. Por último, prueba a romper en trocitos las galletas de avena y repártelas en ambos helados.
¿Te imaginas ya lo delicioso que está? Debes probarlo. Como curiosidad te diremos que este yogur dura en tu refrigerador en buen estado alrededor de diez días. Además, se trata de un postre o una merienda ideal muy saludable.
Por eso, no dudes en servirla a tus invitados, ya sean niños o adultos, porque es un acierto seguro. Es rápido, sencillo y nutritivo. ¿Qué más se puede pedir? Además, si te notas motivado puedes probar a añadir una segunda fruta helada, que no le quite sabor a la frambuesa y que potencie aún más todas sus propiedades.
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