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14 pasos para una amputación supracondílea

4 minutos
El principal objetivo de una amputación supracondílea es obtener un muñón que cicatrice correctamente y sin complicaciones para que el paciente vuelva a la normalidad en el menor tiempo posible y con la mayor calidad de vida.
14 pasos para una amputación supracondílea
Alejandro Duarte

Revisado y aprobado por el biotecnólogo Alejandro Duarte

Escrito por Edith Sánchez
Última actualización: 10 julio, 2023

La amputación supracondílea es un procedimiento quirúrgico destinado a cortar un miembro pélvico por encima del cóndilo. Entre el 50 % y el 65 % de las amputaciones no traumáticas de este tipo corresponden a una complicación de la diabetes.

El hecho mismo de que se deba hacer una amputación supracondílea implica un fracaso en el tratamiento previo del problema, por cualquiera que este sea. Esto exige un proceso de aceptación y la formulación de un objetivo claro para el paciente: proteger su salud y garantizar la mayor calidad de vida posible.

En función de lo anterior, la meta a lograr es un muñón bien cicatrizado, estable y al que se le pueda añadir una prótesis lo más rápido posible. El propósito final es que el paciente normalice su vida cuanto antes.

Principios generales

El tratamiento con antibióticos constituye un pilar básico tras una amputación supracondílea.

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En general, las amputaciones se clasifican en mayores y menores. La amputación supracondílea es mayor, pues abarca una zona extensa. Sin embargo, sin importar su grado o nivel, toda amputación es una intervención de técnica compleja que debe ceñirse a unos principios básicos. Estos son los siguientes:

  • Siempre implica un tratamiento con antibióticos. Esto se hace para controlar una infección previa o como medida profiláctica.
  • La hemostasia, o control de la hemorragia, debe ser muy rigurosa. Si aparece un hematoma, es señal de necrosis o infección.
  • No debe existir tensión en los puntos de aproximación de los bordes cutáneos. Para que esto no ocurra es necesario hacer un manejo cuidadoso de los tejidos blandos.
  • Debe existir una proporción razonable entre la sección ósea y la longitud cutánea y músculo-tendinosa. Esto evita la tensión y proporciona buena cobertura ósea.
  • Realizar la tracción de los trayectos nerviosos para prevenir posibles neurinomas en la cicatriz.
  • Hacer lo mismo del punto anterior con los cartílagos articulares y con los tendones.
  • Impedir que queden esquirlas óseas en la herida o rebordes que resulten cortantes.
  • Lavar reiterativamente la herida quirúrgica con suero fisiológico o antiséptico antes de proceder a su cierre.

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Indicaciones y contraindicaciones

La amputación supracondílea se realiza cuando se presenta un fracaso en la cicatrización de una anterior amputación infracondílea. También cuando se presenta una contractura en los músculos de la pantorrilla, que incluya flexión en la articulación de la rodilla.

En la amputación supracondílea se pierde la articulación de la rodilla. Para evitar que haya complicaciones con la prótesis que llevará el paciente, es importante que el muñón tenga una longitud adecuada.

Este procedimiento no es recomendable cuando hay gangrena o se presenta una infección a nivel del muslo.

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Técnica de la amputación supracondílea

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El objetivo de toda amputación es proteger la salud del paciente y mejorar su calidad de vida cuando otros tratamientos han fracasado.

Los pasos a seguir para realizar una amputación supracondílea son los siguientes:

  1. Ubicar al paciente en posición decúbito supino.
  2. Marcar la incisión en forma de “boca de pez”, también llamada “boca de tiburón”.
  3. Se secciona la piel con un bisturí frío.
  4. Se secciona el subcutáneo hasta aponeurosis, o membrana que recubre los músculos y los fija al hueso. Para esto se emplea un bisturí eléctrico. En el seccionamiento en profundidad debe considerarse dejar suficiente tejido para el muñón.
  5. Identificación, ligamiento y seccionamiento por separado del paquete vascular femoral superficial y del profundo, así como del nervio ciático. Es necesario hacer una infiltración de anestésico local.
  6. Rodear el fémur, abarcando toda su circunferencia.
  7. Separar los tejidos que estén pegados al fémur. Para ello se emplea el periostótomo.
  8. Se debe realizar el ajuste del retractor de Percy para amputación del fémur. Esto permitirá que haya suficiente tejido blando para cubrir el muñón óseo.
  9. Se secciona el hueso con la sierra de Gigli. Para ello se hace un ángulo de 90° entre los dos extremos de la misma sierra. Al mismo tiempo que se realiza esta operación, se debe lavar constantemente la zona con suero fisiológico.
  10. Enseguida se deben limar los bordes óseos.
  11. Aplicar cera ósea sobre la sección de corte. Se debe presionar la masilla sobre el plano y dejarla fijada o pegada. Los restos deben desecharse.
  12. El muñón debe cerrarse con sutura quirúrgica sintética, no reabsorbible, conocida como Prolene. Primero se hace el cierre de los grupos musculares más profundos, con el propósito de cubrir la superficie ósea. Luego se sutura la aponeurosis más superficial.
  13. El subcutáneo se cierra con sutura sintética absorbible, más conocida como Vicryl.
  14. La piel se cierra con una sutura de seda, empleando el punto colchonero.

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


García, L. H. (2009). Calidad de vida de los pacientes amputados de la extremidad inferior. Revista Médica de Costa Rica y Centroamérica, 66(589), 267-273.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.