Vitamina E para la piel: beneficios y cómo usar
Revisado y aprobado por la dermatóloga Maria del Carmen Hernandez
La vitamina E es un antioxidante que se encuentra en muchos productos para la piel. Se suele añadir a cremas antiedad, mascarillas hidratantes, lociones tópicas y cápsulas. También se puede aprovechar a través de un suplemento oral, con una dosis de 15 miligramos por día. A continuación, te enseñamos todo lo que debes saber sobre la vitamina E para la piel, desde sus beneficios hasta las diferentes formas de aprovecharla.
¿Para qué sirve la vitamina E?
El tocoferol, mejor conocido como vitamina E, es una vitamina liposoluble cuya principal función es ejercer efectos antioxidantes. De esta manera, su mecanismo de acción permite eliminar los radicales libres y proteger la membrana celular. Aunque existen diferentes tipos de vitamina E, el alfa-tocoferol es el más utilizado en el cuerpo humano.
Por otro lado, se sabe que cumple una función en la fotoprotección epidérmica, ya que previene la formación de células de quemaduras solares y el daño inducido por los rayos ultravioleta (UV). Los niveles más altos de vitamina E se encuentran en el sebo y en áreas donde este abunda, como la piel del rostro.
En el plano dermatológico, se suele utilizar de manera directa o indirecta para las siguientes condiciones:
- Melasma
- Psoriasis
- Esclerodermia
- Úlceras cutáneas
- Dermatitis atópica
- Cicatrización de heridas
- Síndrome de la uña amarilla
De forma comercial, los productos con vitamina E para la piel se distribuyen con la finalidad de evitar los efectos del envejecimiento prematuro, atenuar las líneas de expresión, prevenir las arrugas y mejorar el aspecto general del rostro.
6 beneficios de la vitamina E en el rostro
Las ideas anteriores permiten comprenden que la vitamina E es buena para la piel. Esta es la razón por la cual se alude tanto a ella en contextos dermatológicos, sin que —por supuesto— implique que sea un agente milagroso.
Antes de conocer los efectos positivos de la vitamina E en tu rostro, es importante hacer una aclaración: cualquier señal de enfermedades dermatológicas debe ser examinada y atendida por un dermatólogo o médico. Aunque la vitamina puede resultar beneficiosa, no es un tratamiento de primera línea.
1. Fotoprotección solar
Dada su capacidad para prevenir el daño inducido por los radicales libres y las especies reactivas de oxígeno, la vitamina E puede reducir el daño de los rayos UV. Tal y como reseña el Instituto Linus Pauling, este beneficio se percibe tanto a través de su ingesta oral como con su aplicación tópica. El efecto se puede potenciar cuando se acompaña de un suplemento de vitamina C.
2. Propiedades antiinflamatorias
Como bien se informa en una publicación del Dermatologic Therapy, la vitamina E es efectiva para tratar los síntomas de algunas enfermedades dermatológicas. Por ejemplo, lo es para la dermatitis atópica y la psoriasis. Sus propiedades antiinflamatorias pueden reducir la hinchazón de la piel, el grosor de la piel, el eritema y el edema.
Al igual que en otros casos, su uso es complementario, de manera que no sustituye el tratamiento indicado por un profesional.
3. Efectos cicatrizantes
Los suplementos antioxidantes, como la vitamina E, la vitamina C y el zinc, inciden en el tiempo de recuperación de las heridas. De acuerdo con un trabajo divulgado en el Indian Dermatology Online Journal, es por esta razón que se incluyen en las terapias orales para las úlceras por presión y las quemaduras. Se sabe que reduce un poco el periodo de cicatrización, aunque los mecanismos completos aún se desconocen.
4. Propiedades contra la pigmentación del rostro
Las manchas en la cara son un problema que afecta a millones de personas en todo el mundo. Algunas son consecuencia de la exposición al sol, otras por cambios hormonales. Aunque los resultados se discuten, se ha sugerido que los agentes antioxidantes como la vitamina E pueden ayudar a tratar la hiperpigmentación de la piel. El efecto es mayor cuando se acompaña de vitamina A, vitamina C y otros.
5. Agente antiedad
La vitamina E es uno de los antioxidantes liposolubles más potentes para evitar el envejecimiento prematuro y prevenir algunas enfermedades degenerativas relacionadas con la edad. Es por esta razón que diversos productos, como cremas, la promocionan como un agente antiedad y para combatir las arrugas.
La vitamina E no retrasa el envejecimiento de forma milagrosa, lo que hace es incidir en procesos que están detrás de la aparición prematura de signos de edad.
6. Hidratante de la piel
Las propiedades de la vitamina E la convierten en un agente hidratante de la piel. Por esta razón, se ha sugerido que puede mejorar la elasticidad, estructura y suavidad de la epidermis y la dermis. Sus efectos se potencian con la presencia de otros antioxidantes, así como de hábitos saludables que repercuten en la salud de la piel.
No te vayas sin leer: Las mejores cremas hidratantes recomendadas por dermatólogos, para tu tipo de piel y necesidades
¿Cómo usar la vitamina E en la cara?
La vitamina E se comercializa de diferentes maneras, y según su presentación se aprovechará de una forma u otra. En general, se suele distribuir como suplemento oral o como agente tópico. Veamos cómo usarla de acuerdo con cada caso.
Suplementos orales de vitamina E
El National Institutes of Health recomienda una ingesta oral de vitamina E de 15 miligramos al día para las personas mayores de 14 años. Pese a ello, el propio organismo advierte que la mayoría de los suplementos proporcionan una dosis mínima de alrededor de 67 miligramos (100 unidades internacionales de vitamina E natural). Esto es, más de cuatro veces la ingesta diaria requerida por el cuerpo humano.
Con todo, estas cantidades son seguras; pues el límite diario para mayores de 14 años es de 800 miligramos. Es importante tener presente que transcurren al menos siete días antes de que el contenido del antioxidante aumente en la piel. Por tanto, su efecto no es inmediato. Si tienes dudas con respecto a su uso, consulta con tu médico de confianza o con un dermatólogo.
En el mercado, las opciones más comunes son las de cápsulas de 400 unidades internacionales (268 miligramos), pero también se pueden encontrar otras de mayor cantidad.
Cremas con vitamina E
Las cremas con el antioxidante se distribuyen de muchas formas: en bloqueadores solares, emolientes para la piel, agentes antienvejecimiento, productos para el maquillaje, sueros para ojos, bálsamos para la piel, correctores de manchas y otros. En general, se deben seguir las indicaciones del fabricante, aunque normalmente se pueden usar todos los días.
De preferencia, haz una prueba de parche para valorar la reacción en la piel antes de proceder con su aplicación general. Si ya tomas un suplemento de vitamina E, reduce a dos o tres veces por semana su uso tópico. Recuerda aplicar las cremas con la piel limpia, seca y de preferencia durante la noche.
Ten presente que la vitamina E es soluble en grasa, así que puede acumularse en la capa exterior de la piel cuando se utiliza en exceso.
Aceites con vitamina E
Otra alternativa a las cremas son los aceites con vitamina E. En este caso, el contenido está más concentrado, y su consistencia lo hace más difícil de esparcir por el rostro. Por esta razón, se suele recomendar para áreas específicas, como los contornos de los ojos, manchas en el rostro, la frente o zonas del cuello.
Si usas una presentación pura (como la que te indicamos arriba), entonces debes mezclar unas 2 gotas en 10 gotas de un aceite portador (por ejemplo, aceite de coco). Pese a ello, muchos de los productos de este tipo ya se comercializan diluidos en un aceite base; aunque no está de más que lo compruebes al momento de comprarlo.
La aplicación tópica de vitamina E se debe hacer con masajes suaves en la superficie de la piel.
Cápsulas de vitamina E
Las cápsulas con vitamina E se popularizaron hace un par de años, y en la actualidad aún gozan de prestigio. Se pueden incluir en la rutina de skincare para cuidar el rostro, y la mejor forma de hacerlo es bajo una aplicación directa. Te aconsejamos evitar combinar la cápsula con otros agentes, en especial si estos son remedios caseros (como limón, aguacate y demás).
Para usarla, corta un extremo de una cápsula (por ejemplo, alguna de las que te recomendamos en la sección de suplementos), con una tijera limpia y desinfectada. Luego, exprime el gel de su interior en la yema del dedo y aplícalo en el área deseada. Al igual que el aceite, puede ser más difícil de esparcir que una crema, así que es mejor limitarlo a zonas específicas.
Recuerda que debes aplicar cualquier agente tópico sobre tu rostro limpio. También asegúrate de lavar tus manos antes y utilizar herramientas desinfectadas o higienizadas.
Mascarillas de vitamina E
Por último, puedes optar por las mascarillas de belleza con vitamina E. La mayor parte del tiempo, se acompañan de otros antioxidantes, como vitaminas y minerales. Limita su aplicación en el rostro a solo 20 minutos, y aprovéchalas alrededor de tres veces por semana. Ten en cuenta que su uso lo debes equilibrar con las otras presentaciones, tales como cremas o suplementos orales.
Una alternativa interesante es la mascarilla AnaiRui, que combina la vitamina E con la C, arcilla y cúrcuma. Es genial para pieles con acné, ya que limpia a profundidad y ayuda a minimizar los poros abiertos.
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Fuentes naturales de vitamina E
Además de aprovechar los productos con vitamina E, debes saber que puedes adquirir la cantidad diaria a través de una alimentación equilibrada. El cuerpo humano no puede sintetizarla por su propia cuenta, de manera que depende de fuentes externas para obtenerla. De acuerdo con Harvard T.H. Chan School of Public Health, los mejores alimentos con vitamina E son los siguientes:
- Mangos
- Calabaza
- Aguacate
- Almendras
- Espárragos
- Pimiento rojo
- Semillas de girasol
- Hojas de espinaca
- Hojas de col rizada
- Hojas de remolacha
- Aceite de germen de trigo
- Aceite de girasol, cártamo y soja
- Cacahuates (también la mantequilla de cacahuete)
Incluye vitaminas en tu rutina de belleza
La vitamina E otorga beneficios para la salud del rostro, así como lo hacen otras vitaminas y minerales. La vitamina A, la vitamina C y el zinc son indispensables para lucir una piel tersa y joven. Por tanto, la dieta es una pilar fundamental en tu rutina de belleza, y esta la puedes complementar con productos que incluyan estos agentes como parte de sus compuestos.
Antes de despedirnos, recuerda que hay muchos hábitos en el día a día que inciden en una buena apariencia de la piel. Evitar la exposición directa al sol, beber abundante agua, retirar el maquillaje antes de dormir, dejar de fumar y reducir el estrés, entre otras cosas, tiene un impacto directo en el aspecto de tu rostro.
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