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12 remedios caseros para las lombrices

11 minutos
Consumir probióticos, semillas de calabaza y ajo podría ayudar a limpiar el intestino de los parásitos, gracias a su acción antiinfecciosa. Analizamos estos y otros remedios naturales.
12 remedios caseros para las lombrices
Karla Henríquez

Revisado y aprobado por la médica Karla Henríquez

Escrito por Equipo Editorial
Última actualización: 02 septiembre, 2024

Los gusanos o lombrices intestinales son parásitos que se transmiten a través del contacto con sus huevos y pueden provocar infecciones. Buena parte de ellos no dan indicios de enfermedad, aunque en otros casos sus síntomas incluyen picor en el ano, distensión abdominal, diarrea, debilidad, ausencia de apetito y heces acuosas.

Si bien su tratamiento debe cursar siempre bajo la supervisión del médico, existen algunos remedios naturales para las lombrices intestinales que podrían ayudar. El uso de ajenjo, cúrcuma, propóleo o semillas de papaya podría perfilarse como un complemento interesante.

Ahora bien, bajo ninguna circunstancia, las terapias de este tipo no sustituyen el tratamiento con medicamentos. Tampoco reemplazan la consulta con el médico para identificar el parásito exacto que origina la infección, ya que existen diferentes tipos, como protozoos, helmintos y cestodos. Dicho esto, te compartimos los remedios que pueden ayudarte a combatir estos microorganismos, algunos consejos durante el tratamiento, así como prácticas de higiene y prevención. 

1. Semillas de calabaza

Las semillas de calabaza son ricas en compuestos como la berberina y la palmatina. En experimentos en animales, se ha sugerido que tendrían actividad antihelmíntica. Aunque es verdad que no existe evidencia contundente en humanos, de forma tradicional se le atribuyen la propiedad de eliminar parásitos intestinales.

  • Lo mejor es comerlas sin cáscara para facilitar la digestión. Puedes preparar distintas recetas con semillas de calabaza, como tostarlas o asarlas sin añadir aceite o sal para conservar su valor nutricional.
En grandes cantidades, podrían provocar malestar estomacal, diarrea y náuseas. No se recomiendan en el embarazo y la lactancia.

2. Semillas de papaya

También las semillas de papaya podrían funcionar como terapia complementaria. Su compuesto más importante es el isotiocianato de bencilo, al cual se le atribuyen los aparentes efectos antiparasitarios. Cuentan con un sabor un tanto picante, muy parecido al de la pimienta.

  • Puedes secarlas y molerlas para convertirlas en polvo. Después, puedes espolvorear hasta 10 gramos diarios sobre batidos, ensaladas, gachas y otros platos.
Las mujeres embarazadas y lactantes, las personas con dolencias estomacales, hipoglucemia o cálculos renales deben consultar con un médico antes de consumirlas.

3. Berberina

La berberina es un compuesto presente en las plantas de la familia Berberis (como Berberis vulgaris). De manera tradicional, se ha empleado para abordar la giardiasis en países como China e India.

Además de encontrarlo en el agracejo europeo, forma parte de plantas como el sello de oro (Hydrastis canadensis), el hilo de oro (Coptis chinensis), la uva de Oregón (Berberis aquifolium) y la cúrcuma de árbol (Berberis aristata).

  • Para mayor seguridad, consume solo suplementos o cápsulas con su extracto. La dosis máxima oscila entre 0.4 y 1.5 gramos por vía oral durante seis meses. Consulta con tu médico para determinar cuál utilizar según tu caso.
No debe usarse en niños, personas embarazadas o en periodo de lactancia. Tampoco se debe emplear en aquellos que cursan un tratamiento farmacológico sin la previa supervisión del médico.

4. Té de ajenjo

Pese a que la mayoría de la evidencia corresponde a investigaciones en animales, los estudios indican que los efectos del extracto de ajenjo podrían compararse con los del medicamento antiparasitario praziquantel, según indican en el Journal of Helminthology. En especial, en aquellas partes del mundo donde las tenias o las lombrices intestinales son más frecuentes.

  • Puedes hacer una infusión de ajenjo con una cucharadita de la planta (5 gramos) por cada taza de agua hirviendo (250 mililitros). Deja reposar durante 10 minutos antes de tamizar y beber.
Podría aumentar el riesgo de convulsiones en personas con propensión a padecerlas. También, podría interactuar con los medicamentos anticonvulsivos. No se recomienda para embarazadas, lactantes y en contextos de problemas renales.

5. Propóleo

En lo que respecta a los helmintos, el propóleo y sus extractos tendrían prometedores efectos antiparasitarios. Con todo, este producto obtenido por las abejas se aprovecha desde hace milenios para aliviar distintos malestares debido a su actividad antibiótica, antioxidante e inmunomoduladora.

  • Por lo general, los suplementos de propóleo se disuelven en agua antes de consumir. Con todo, sigue las indicaciones del prospecto para valorar la dosis que sugiere el fabricante. Casi siempre se sitúa entre 400 y 500 miligramos.
Evita su uso si estás embarazada o si eres alérgico a la miel y a los productos apícolas. Dado que podría retrasar la coagulación de la sangre, se debe considerar su restricción en ciertos contextos (cirugía y medicamentos anticoagulantes).

6. Probióticos

Los probióticos son microorganismos benéficos para el cuerpo. Algunas de sus cepas tendrían efectos contra ciertos nematodos gastrointestinales, tanto en la etapa de huevo como en la larvaria.

Se ha propuesto que pueden disminuir el riesgo de infestación de estos organismos, como así también complementar los tratamientos clásicos. Esto se debe a que regularían la microbiota intestinal, secretarían antibióticos y estimularían la respuesta inmunitaria del cuerpo frente a los patógenos.

Su uso está contraindicado en personas con pancreatitis. También, en personas con riesgo de infecciones oportunistas y con el tracto gastrointestinal dañado.

7. Té de menta piperita o toronjil

La menta piperita es un híbrido entre la menta acuática y la hierbabuena que contiene distintos compuestos activos, como el mentol. En modelos en animales, se ha encontrado que podría ser útil para erradicar los gusanos, en concreto frente a la anisakiasis. No se debe confundir con la menta verde, la menta silvestre o la menta inglesa, pues son plantas diferentes.

  • Haz un té con una cucharada de menta piperita (5 gramos) por cada taza de agua hirviendo (250 mililitros). Deja infusionar por 10 minutos antes de tamizar y beber. No consumas más de una taza al día.
En exceso, puede provocar acidez estomacal, sequedad en la boca y náuseas. No es aconsejable durante el embarazo, la lactancia y la niñez. Si se cursa un tratamiento farmacológico a largo plazo, se debe consultar con el médico.

8. Té de cúrcuma

La cúrcuma es una raíz utilizada en la medicina tradicional para tratar diversas afecciones. Sus bondades para la salud se han atribuido a sus polifenoles. Según un estudio de Planta Medica, la cúrcuma tendría efectos in vitro contra algunos gusanos. Entre otros, podría ser de ayuda frente a episodios de giardiasis. Sin embargo, hacen falta más estudios.

  • Lo mejor es utilizar la planta en las diferentes preparaciones del día a día. Si así lo prefieres, prepara un té de cúrcuma con media cucharadita (3 gramos) por cada taza de agua (250 mililitros). Añade limón, miel y demás para endulzar.
Aquellas personas embarazadas, con trastornos hemorrágicos, problemas de vesícula biliar, enfermedad sensible a las hormonas, enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), enfermedad hepática y arritmia deben consultar con el médico antes de su uso.

9. Infusión de epazote

Se trata de una planta utilizada como antihelmíntico en Hispanoamérica. La infusión de epazote ayudaría frente a las lombrices intestinales y reduciría las complicaciones de estas afecciones. En sintonía con ello, un estudio del Journal of Ethnopharmacology menciona que su extracto podría aumentar la mortalidad y reducir sus huevos, debido a sus dieciséis tipos de flavonoides.

  • Utiliza una cucharadita de sus hojas (5 gramos) por cada taza de agua hirviendo (250 mililitros). Deja infusionar por unos minutos antes de beber.
Las embarazadas, las lactantes y los niños pequeños no deben usar la planta. Puede generar intoxicaciones cuando se emplea a medio y largo plazo, o se supera la dosis sugerida. En todo caso, siempre conviene consultar con el médico antes de aprovecharla.

10. Ajo

Es posible que ciertos compuestos del ajo, como la alicina, ayuden a eliminar algunos gusanos del intestino. Si bien no hay información sobre el consumo del ajo entero, su extracto o el uso de cápsulas tendrían eficacia contra el parásito de la giardiasis y de la amebiasis. Por eso, es uno de los mejores alimentos para combatir los parásitos.

  • Puedes picar un diente de ajo y agregarlo a tus comidas, como ensaladas o carnes. Otra opción es sumar el ajo picado a una taza de agua hirviendo (250 mililitros) y colarlo antes de beber.
En exceso, puede disminuir el azúcar en la sangre y retardar la coagulación sanguínea.

11. Infusión de tomillo

Entre sus diversos usos, esta planta suele emplearse para tratar y proteger frente a las lombrices intestinales. Sus principales componentes activos son el timol y el carvacrol, que le aportan sus beneficios antimicrobianos. De todos modos, son necesarios más estudios para confirmar las propiedades antiparasitarias del tomillo.

  • Prepara una infusión al agregar tomillo (2 gramos) en una taza de agua hirviendo (250 mililitros). Antes de beber, espera 10 minutos y cuela. No te excedas de los 10 gramos diarios.
Evítalo durante el embarazo y la lactancia. Consúmelo con precaución si tienes problemas de la tiroides, irritación gastrointestinal y úlceras pépticas.

12. Té de manzanilla alemana

Esta hierba suele utilizarse para las afecciones gastrointestinales por sus cualidades antiinflamatorias. Particularmente, como sugieren en Life, los componentes polisacáridos de su té pueden actuar en conjunto con la nitazoxanida, un medicamento antiparasitario. Por eso, sería un tratamiento alternativo para la giardiasis.

  • Haz un té con una cucharada de manzanilla alemana (5 gramos) en una taza de agua hirviendo (250 mililitros). Espera 10 minutos antes de colar y beber.
No es recomendable consumirla en el embarazo y la lactancia. Debes consultar con un médico si tienes enfermedades sensibles a las hormonas, tomas pastillas anticonceptivas, sedantes, para el hígado o anticoagulantes.

Remedios naturales para las lombrices en los niños

Estos parásitos son muy comunes en menores de 18 años de edad. Aunque no suelen causar síntomas y se pueden tratar fácilmente, es fundamental saber qué hacer si los niños tienen lombrices para evitar la transmisión a otros miembros de la familia.

En primer lugar, si presenta síntomas o si observas a los gusanos en la zona anal, la visita al médico es prioritaria. Además de los medicamentos que indique, la mayoría de los tratamientos caseros anteriores pueden emplearse siempre que el pediatra los apruebe (salvo los casos señalados). De forma adicional, ten en cuenta estos puntos:

  • Disuade a tu hijo de comer alimentos que hayan caído al suelo.
  • Pídele que mantenga sus uñas cortas y evite morderlas o chuparlas.
  • Cuida su alimentación, evitando alimentos y agua de fuentes desconocidas.
  • Enséñale que debe lavarse bien las manos después de ir al baño y antes de comer.
  • Instrúyelo a que no se rasque y a que, si necesita hacerlo, lo realice sobre la ropa interior.
  • Indícale que se duche en la noche y de nuevo a la mañana siguiente para eliminar los huevos.

Consejos adicionales durante el tratamiento

Sin que esto implique que por sí solos ayuden a eliminar las lombrices intestinales, estas medidas complementarias pueden contribuir en el progreso de la recuperación. Además, pueden ser útiles para paliar o mejorar algunos de los síntomas que acompañan a estas infecciones.

  • Toma medidas para prevenir una reinfección. Dúchate y lava tu ropa y la ropa de cama a diario mientras estás bajo tratamiento.
  • Haz cambios en tu dieta. Asegúrate de consumir alimentos que no estén contaminados y, si tienes malestar, ingiérelos en pequeñas porciones.
  • Mantente hidratado mientras superas el episodio. Bebe abundante agua limpia, bebidas deportivas o caldo para evitar una deshidratación.

Prácticas de higiene y prevención

En conjunto con el tratamiento principal, el apoyo con medicinas caseras y los ajustes en los hábitos diarios, hay una serie de cambios en el estilo de vida y prácticas de higiene de gran valor. Algunas de las más importantes son las siguientes:

  • Desparasita a los animales. Consulta con un veterinario sobre la frecuencia.
  • Revisa los excrementos de las mascotas. Deséchalos en un contenedor lo antes posible.
  • No compartas toallas o paños de higiene diaria. Por ejemplo, los que usas para secarte después de tomar una ducha.
  • Lávate las manos de forma regular. Hazlo, en especial, luego de ir al baño, cambiar pañales (de ser el caso) y antes de ir a comer.
  • Mantén las uñas cortas y evita morderlas. Aunque parezca un acto simple, tiene grandes implicaciones durante el contagio.
  • Bebe siempre agua limpia. Si no estás seguro de que proviene de una fuente segura, opta para mayor confianza por agua embotellada.
  • Aspira el suelo y limpia con frecuencia. Con ello, te aseguras de eliminar los posibles huevos o puntos vectores donde estos se puedan alojar.
  • Cambia la ropa interior todos los días. Toma al menos una ducha al día y, si el médico así lo sugiere, lava con agua caliente la ropa de forma inmediata.
  • Lava los alimentos antes de consumirlos. También, asegúrate de cocinarlos bien y, mucho antes, elegir proveedores de confianza que garanticen su inocuidad.

No dudes en buscar atención médica

Los niños, los adultos mayores, las personas con el sistema inmunitario comprometido y las embarazadas pueden desarrollar complicaciones frente a la infección. Por esta razón, lo recomendado es buscar asistencia médica para su correcta eliminación. Los remedios naturales son solo un complemento y no una terapia de primera línea.

Si desarrollas diarrea severa, desnutrición, deshidratación y dolor de estómago intenso, consulta con el médico cuanto antes. Hazlo, en especial, si formas parte de los grupos de riesgo. Pese a que algunas infecciones desaparecen por sí solas, la mayoría necesitan medicamentos antiparasitarios recetados para deshacerse de las lombrices intestinales.


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