7 consejos para llevarse bien con tus suegros
Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña
Nadie surge por generación espontánea. Por el contrario, todos nacemos de un padre y de una madre y, por tanto, al iniciar una relación de pareja, tendremos suegros. Son una parte importantísima de la vida de nuestra pareja y, por ende, se merecen nuestro respeto. La relación con ellos debe ser la mejor posible. ¿Quieres saber algunos consejos sobre cómo llevarte bien con ellos?
Los suegros
Una pareja está compuesta por dos personas que, además, tienen su propia familia. En este sentido, es normal que cuando se inicia una relación o se funda un nuevo núcleo familiar, los suegros también quieran seguir siendo, en cierta medida, partícipes en la vida de sus hijos.
Es algo normal y lícito. Incluso puede que los miembros de la pareja deseen que sus padres formen también parte y participen en actividades todos juntos, de modo que exista una armonía familiar. En efecto, no se trata de elegir. La familia siempre jugará un papel fundamental.
Sin embargo, el hecho de que sean padres no significa que tengan plenos derechos sobre la vida de la pareja. En efecto, si su participación es excesiva o no es de la manera que debería ser, esto puede provocar serios conflictos en muchos sentidos.
Muchos suegros se muestran descontentos con la pareja de sus hijos, provocando malestar con comentarios o actitudes. Por otro lado, otros pueden llegar a ser realmente molestos entrometiéndose y tratando de participar en asuntos que son estrictamente de la pareja.
A su vez, puede que el hijo o hija se sienta realmente mal si su pareja no se lleva bien con sus padres, de modo que tenemos un problema por partida doble. Por eso, lo ideal es mantener con ellos una buena relación. Pero, ¿cómo? A continuación, te damos algunos consejos.
1. Respeto
No se trata sólo de respetar a los suegros, sino de que los suegros también respeten a la pareja.
En efecto, los padres son algo muy importante en la vida, pues son los progenitores de la persona con la que has decidido compartir tu vida. De este modo, hay que mostrarles respeto cuidando nuestras palabras y comentarios, nuestras actitudes y forma de expresar nuestras opiniones. Debemos evitar conflictos y malas interpretaciones.
Si lo piensas bien, como padres, se merecen ese respeto. Además, lo quieras o no, el hecho de ser los progenitores de tu pareja es algo que no va a cambiar así que, irremediablemente, siempre vas a tener relación con ellos.
Asimismo, recuerda que si hieres a tus suegros, de alguna manera, también estás hiriendo a tu pareja.
2. No compares
Cada padre y madre es una persona diferente y ha criado a sus hijos de una manera determinada. De hecho, tú tienes unos padres y tu pareja tiene otros, y ambos habéis crecido de manera diferente. Por tanto, habéis recibido una educación distinta.
Por todas estas razones, debemos evitar comparar nuestra educación con la de nuestra pareja. Que no hayan sido iguales no significa que una sea mejor que la otra, ni que los tuyos hayan sido mejores padres que los suyos.
Cada padre ha criado a sus hijos de la mejor manera que consideraba posible dadas determinadas circunstancias y particularidades en la vida. Por eso, es mejor optar por la vía de la comprensión y evitar odiosas comparaciones.
3. Armonía ante todo
Una mala relación con tus suegros, sea cual sea el vínculo que tienen con tu pareja, siempre le afectará. Incluso si la relación es mala, le causará estrés y malestar. Por esta razón, a no ser que la actitud de los suegros sea inadmisible, debemos ceder muchas veces por el bien de nuestra relación y el predominio de la armonía.
En efecto, una pareja conlleva esfuerzo y dedicación y, a veces, tienes que hacer determinadas concesiones para que vaya bien e imperen el equilibrio y la serenidad.
4. Poner límites a los suegros
Decíamos anteriormente que es importante hacer determinadas concesiones. No obstante, todo tiene un límite, y es necesario establecerlos para que la relación sea saludable y no provoque más problemas.
Así, debemos tener en cuenta que una relación de pareja es cosa de dos, de los miembros de la pareja, y que los suegros no tienen poder de decisión sobre sus vidas. Su opinión puede ser más o menos bienvenida, si se les ha pedido, pero decidir es algo que debe hacer la pareja.
De hecho, debemos establecer límites de modo que no se les de pie a ir entrometiéndose cada vez más en las decisiones y la organización de la vida de la pareja. Eso sí, debemos establecerlos siempre desde el respeto y la buena comunicación.
5. Conocerse
Es difícil empatizar, comprender o establecer una buena relación con una persona a la que no conoces. En este sentido, es injusto colocar a alguien la etiqueta de “suegro” o “suegra” sin antes conocer a esa persona.
Para ello, nada mejor que mantener una buena comunicación con ellos, saber de ellos, de sus aficiones y gustos, etc. Sólo si os conocéis mejor podréis establecer una relación saludable y, si se avecina el conflicto, saber cómo evitarlo o afrontarlo sin herir a nadie.
6. Habla con tu pareja
Si algo en relación a sus progenitores te incomoda, lo mejor es que lo hables con tu pareja, siempre desde el respeto y con delicadeza. De este modo, ambos podréis debatir y llegar a un acuerdo o solucionar los problemas antes de que crezcan demasiado.
Una buena comunicación con la pareja, por tanto, es esencial. No solo ayudará a superar incomodidades y a ser más sinceros el uno con el otro, sino que será la base ideal para poder establecer límites a la familia política. Recordemos: una pareja es cosa de dos.
El esfuerzo por construir una relación y una nueva familia debe ser por parte de ambos. Así, es fundamental que estéis de acuerdo sobre determinados asuntos y, entre ellos, la relación que va a establecerse con los suegros y sus límites.
7. Distancia prudencial con los suegros
La única manera para que la pareja pueda mantener su relación de dos y su intimidad y vínculo sin que exista presión o intervención excesiva de los suegros, es mantener una distancia prudencial.
En efecto, salir a comer todos juntos de vez en cuando, visitas y demás son plenamente saludables y casi algo necesario. No obstante, todo tiene un límite, y los suegros no deben invadir la vida de la pareja.
Esto es particularmente importante cuando la pareja tiene hijos. Muchos suegros, consciente o inconscientemente, tienden a invadir la casa y la vida de los hijos cuando nacen los nietos. En este sentido, muchos, basados en su experiencia y edad, pueden incluso llegar a criticar o a establecer lo que se debe hacer para criar a los pequeños.
Sin embargo, los hijos también son algo de dos: de sus padres. Los abuelos son bienvenidos siempre, por supuesto, pero su implicación, opinión y poder de decisión debe ser limitada.
En definitiva, la mejor opción es conocer a los suegros a fin de poder empatizar con ellos y mantener una buena comunicación. A partir de ahí, podrán establecerse determinados límites que, basados en el respeto y en favor de la armonía familiar, permitan una relación saludable.
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