8 consecuencias de la bulimia, físicas y psicológicas
Revisado y aprobado por la psicóloga Maria Fatima Seppi Vinuales
Las consecuencias de la bulimia son físicas y psicológicas. Este trastorno alimentario se caracteriza por episodios de atracones de comida, seguidos por purgas o conductas compensatorias con las que se intenta evitar el aumento de peso.
En un principio, sus síntomas tienden a pasar desapercibidos pues la persona hace lo posible por ocultar su comportamiento. Sin embargo, conforme avanza, los efectos secundarios a nivel físico y mental se agravan y empiezan a ser notorios. Sin un tratamiento oportuno, estos conllevan a complicaciones que ponen en riesgo la vida.
De ahí la importancia de conocer cómo se desarrolla esta enfermedad, cuáles son sus síntomas y qué efectos causa en la salud a mediano y largo plazo. En el siguiente espacio lo detallamos.
¿Qué es la bulimia?
La bulimia es un trastorno de la conducta alimentaria que se caracteriza por un impulso incontrolable de comer en exceso para, más tarde, purgar el cuerpo debido a la preocupación intensa por el peso corporal. De acuerdo con información en BMJ Clinical Evidence, afecta hasta un 1 % de las mujeres jóvenes.
Una persona con este problema sabe que es poco saludable darse atracones de comida y siente culpa por ello. Por eso, con la idea de adelgazar o de evitar el aumento de peso, recurre a métodos para eliminar ese excedente de calorías, ya sea inducirse el vómito, hacer ejercicio físico intenso o abusar de los diuréticos y los laxantes.
De igual manera, se presenta una fuerte preocupación por el peso corporal y la figura. El paciente suele tener una mala autopercepción de sí mismo y tiende a juzgar con dureza su imagen. Y aunque las mujeres suelen ser las más afectadas, se estima que un 0,5 % de los hombres también la padecen.
Síntomas de la bulimia
Los atracones de comida y los comportamientos compensatorios suelen ser los principales síntomas de la bulimia. La quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) expone los siguientes criterios para el diagnóstico de esta condición:
- Episodios de atracones en los que el paciente come más porciones de lo que consume la mayoría de gente en el mismo tiempo y en condiciones comparables.
- Pérdida de control durante los episodios de atracones.
- Comportamientos compensatorios luego de los atracones, en los que la persona se autoinduce el vómito, consume laxantes o diuréticos, hace ayunos o realiza actividad física extrema.
Una publicación en Journal of Abnormal Psychology detalla que otros síntomas abarcan la sobreevaluación del peso y la forma, al igual que episodios de ansiedad y depresión.
Factores de riesgo en la bulimia
Hasta la fecha se desconoce la causa exacta de la bulimia, ya que en muchas ocasiones puede ser multicausal, es decir, que no hay causa exacta o única, sino que se ven influenciados por múltiples factores. Aun así, se han identificado algunos factores de riesgo que influyen en su desarrollo. Los destacamos a continuación:
- Tener sobrepeso u obesidad.
- Predisposición genética o familiar.
- Problemas psicológicos y emocionales.
- Presión social, medios de comunicación y redes sociales.
- Exigencia de mantenerse en un peso determinado para una práctica deportiva o artística.
Consecuencias de la bulimia en la salud física y psicológica
La bulimia nerviosa —al igual que otros trastornos alimentarios— tienden a deteriorar la salud con el paso de los días. De acuerdo con una publicación en National Eating Disorders Association, las consecuencias se experimentan a nivel cardiovascular, gastrointestinal, neurológico, endocrino y mental.
Esta misma publicación destaca que la bulimia nerviosa tiene una tasa de mortalidad bruta del 3,9 %. Las investigaciones han determinado que es un trastorno con una tasa de suicidio alta.
1. Problemas gastrointestinales
A menudo, los problemas gastrointestinales causados por la bulimia nerviosa tienen que ver con los episodios de purgas. Estos conllevan a dificultades en el proceso digestivo, dado que interfieren con el vaciamiento normal del estómago y la asimilación de los nutrientes.
Un estudio compartido a través de Journal of Eating Disorders detalla que los pacientes que inducen el vómito suelen manifestar con frecuencia problemas de reflujo gastroesofágico (ERGE), disfagia (dificultad para tragar) y odinofagia (dolor al tragar). Esto se debe en gran medida a los microtraumatismos que sufre el epitelio esofágico debido a la exposición continua a los ácidos estomacales. A su vez, esto provoca esofagitis, erosiones, úlceras en el esófago y sangrados.
Por otro lado, una publicación de la revista Nutrients detalla que los pacientes bulímicos tienen alto riesgo de estreñimiento. Esto se asocia a la mala nutrición, a las alteraciones electrolíticas por el abuso de laxantes y a los efectos secundarios de medicamentos como los antidepresivos.
2. Deshidratación
Conjuntamente con las afecciones digestivas, se presentan problemas de deshidratación. Esto ocurre porque, al autoinducir el vómito, se pierden tanto sólidos como líquidos. Además, como lo explica una publicación en Journal of Eating Disorders, los episodios repetidos de vómitos conllevan a un desbalance electrolítico.
En particular, la persona puede desarrollar el síndrome de pseudo-Bartter, en el cual hay una mayor absorción renal de sodio y bicarbonato, a la vez que se produce alcalosis metabólica y valores bajos de potasio sérico.
3. Problemas respiratorios
La bulimia nerviosa puede provocar varios problemas a nivel pulmonar. En una publicación de ACUTE Center for Eating Disorders & Severe Malnutrition, la Dra. Allison Nitsch explica que el contenido del estómago se puede filtrar hacia los pulmones durante los vómitos por aspiración. En consecuencia, los pulmones se pueden irritar —lo que se conoce como neumonitis—, o bien, pueden sufrir infecciones como la neumonía. La principal manifestación clínica de estas condiciones son las dificultades respiratorias.
Ahora bien, la experta también indica que la presión causada por los vómitos puede derivar pequeñas roturas en el pulmón. Por lo tanto, hay un alto riesgo de una fuga de aire entre los pulmones y los tejidos aledaños (neumomediastino).
Respecto a esto, un estudio reciente compartido en Journal of Eating Disorders también explica que las deficiencias nutricionales causadas por los trastornos alimentarios pueden conducir a debilidad de los músculos respiratorios y posterior dificultad para respirar.
4. Problemas cardiovasculares
Cuando el cuerpo deja de recibir los nutrientes necesarios para sus funciones básicas, uno de los órganos más afectados es el corazón. Debido a la falta de combustible, tanto el pulso como la presión arterial tienden a descender.
Además, la pérdida de electrolitos debido a los episodios de purgas (uso de laxantes y vómitos) causa irregularidades peligrosas en el ritmo cardíaco. Un estudio compartido a través de JAMA Psychiatry determinó que la bulimia nerviosa afecta la estabilidad cardiovascular y eleva el riesgo de enfermedades.
En particular, está vinculada a un mayor riesgo de insuficiencia cardíaca congestiva, arritmia ventricular y muerte cardíaca súbita. Eso sin contar con que también se asocia al estrés psicosocial y a la ansiedad, dos factores que aumentan los riesgos de este tipo de enfermedades.
5. Debilidad ósea
Las purgas bulímicas privan al cuerpo de nutrientes esenciales; por lo que agota las reservas de minerales como el calcio y el potasio, necesarios para la salud ósea. Aunado a esto, conlleva a una disminución en la producción de hormonas como el estrógeno y la testosterona. ¿A qué lleva todo esto?
Tal y como lo detalla una revisión sistemática compartida por Osteoporosis International, dichas deficiencias derivan en una pérdida de la densidad ósea. Por ende, los pacientes pueden presentar osteopenia (baja densidad ósea) y osteoporosis.
6. Enfermedades dentales
Debido a los episodios de purga mediante vómitos autoinducidos, los pacientes bulímicos tienen un alto riesgo de desarrollar enfermedades dentales. Esto se debe a que los ácidos estomacales llegan hasta la boca y causan desgaste del esmalte dental.
Una investigación divulgada en Journal of Evidence-Based Dental Practice informa que la bulimia nerviosa está asociada a los siguientes problemas orales.
- Niveles elevados de bacterias cariogénicas, caries y erosión dental.
- Dolor dental.
- Anomalías ortodóncicas.
- Xerostomía y disminución de la secreción de saliva (boca seca).
- Agrandamiento de la parótida.
- Disfagia (dificultad para tragar).
7. Problemas del estado de ánimo
Junto a las consecuencias físicas, la bulimia nerviosa deriva problemas del estado de ánimo. De hecho, un estudio compartido en Behavior Research and Therapy explica que los estados de ánimo negativos tienden a precipitar los comportamientos bulímicos.
Es posible experimentar uno o más síntomas asociados con la salud emocional y mental. Esto abarca lo siguiente:
- Ansiedad.
- Estrés constante.
- Depresión.
- Baja autoestima.
- Culpa.
- Obsesión.
- Pensamientos suicidas.
8. Aislamiento social
El aislamiento social puede ser tanto una causa como una consecuencia de la bulimia. Las dificultades para establecer relaciones interpersonales suelen estar vinculadas a la baja autoestima, el miedo y la depresión. En conjunto, esto se puede convertir en un detonante del trastorno alimentario.
Ahora bien, cuando la bulimia avanza, la persona tiende a querer estar sola para evitar opiniones sobre su cuerpo o sobre las conductas que está teniendo. Evita los encuentros sociales, abandona actividades cotidianas o cualquier situación en la que pueda sentirse expuesto ante otros.
Por tal razón, es importante que las personas del entorno se informen sobre la enfermedad y construyan una red de apoyo. Las evidencias apuntan a que la familia, los amigos, los vecinos, los grupos de apoyo, entre otros, son determinantes en el proceso de recuperación.
Bulimia: un trastorno alimentario con múltiples consecuencias para la salud
Hemos destacado las principales consecuencias de la bulimia sobre la salud física y mental. Sin embargo, es importante mencionar que no son las únicas. Este trastorno de la alimentación es complejo y tiende a perjudicar a los pacientes en muchos otros ámbitos.
- A nivel neurológico, por ejemplo, la privación de los nutrientes y de la energía que el cerebro necesita puede causar dificultades en la concentración, problemas para conciliar el sueño y alteraciones en la actividad de las neuronas.
- En lo asociado a la salud cutánea, la piel, el cabello y las uñas sufren repercusiones. Los atracones seguidos de purgas derivan en deficiencias nutricionales que conllevan a una piel más seca, áspera y opaca. El cabello empieza a sufrir rotura y caída. Además, las uñas tienden a estar frágiles.
- El sistema endocrino empieza a sufrir alteraciones en su función. Dado que no hay una ingesta óptima de grasas y calorías, las hormonas sexuales (estrógenos y testosterona) y las hormonas tiroideas tienden a descender. Por eso, son frecuentes las irregularidades menstruales, las alteraciones en el perfil lipídico y un mayor riesgo de resistencia a la insulina.
- Otros efectos que no se deben pasar por alto son la debilidad y mareo, las autolesiones, el abuso de sustancias (alcohol y drogas), trastornos de la personalidad y rasgos de bipolaridad.
- Si se trata de un problema crónico, puede haber dificultades vinculadas con la fertilidad.
Las consecuencias de la bulimia se pueden prevenir y tratar
La detección oportuna de la bulimia es determinante para evitar que evolucione hacia problemas de salud más graves. Cuánto más avance el trastorno sin una intervención profesional, más difícil será abordarlo.
Hay que considerar que este trastorno alimentario es difícil de curar. Algunas personas mejoran, pero tienen episodios de recaídas. Por ello, el abordaje de la enfermedad es multidisciplinar. En general, involucra médicos, nutricionistas, profesionales de la salud mental, entre otros especialistas.
Las opciones terapéuticas van desde medicamentos (como los antidepresivos), periodos de hospitalización y terapia nutricional hasta psicoterapia (que abarca la terapia cognitivo conductual, el tratamiento basado en la familia y la terapia interpersonal).
La práctica de otros hábitos saludables como el ejercicio físico, la meditación y la práctica de hobbies puede contribuir de forma positiva en el tratamiento.
¿Qué hay que recordar?
La bulimia es un trastorno alimentario que puede causar secuelas graves tanto a nivel físico como mental. Su detección suele ser difícil, ya que la persona afectada suele ocultar su conducta, y pasa mucho tiempo antes de que otros puedan intervenir.
Una vez se desarrolla, el tratamiento se enfoca en evitar o mitigar su impacto en la salud física y mental. Este proceso es complejo y se acompaña de recaídas. Por eso, es primordial buscar ayuda ante las primeras manifestaciones de la enfermedad.
Se recomienda acudir al médico si existe un miedo irrazonable por subir de peso o si hay una distorsión de la imagen corporal que genera angustia constante. También en caso de comer en exceso, seguido de conductas compensatorias (uso de laxantes, vómito inducido o exceso de ejercicio). Asimismo, hay que alertarse si una persona evita comer delante de otras o si suele ir al baño inmediatamente después de comer.
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