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¿De qué se trata el accidente cerebrovascular que sufrió Raphael y cómo actuar?

5 minutos
Los accidentes cerebrovasculares, como el sufrido por Raphael, son emergencias médicas que requieren atención inmediata. El tiempo de demora en la aplicación del tratamiento puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.
¿De qué se trata el accidente cerebrovascular que sufrió Raphael y cómo actuar?
Leonardo Biolatto

Escrito y verificado por el médico Leonardo Biolatto

Última actualización: 18 diciembre, 2024

Raphael fue diagnosticado con un accidente cerebrovascular, tras tener que suspender su participación en la grabación del programa La revuelta. A las 19:30 horas del 17 de diciembre, el artista de 81 años fue atendido por los servicios médicos y, por fortuna, ya se informó que se encuentra estable.

El accidente cerebrovascular (ACV), también conocido como ataque cerebral o ictus, es una condición médica que ocurre cuando el flujo sanguíneo al cerebro se interrumpe o se reduce drásticamente. Ello puede suceder por la obstrucción de una arteria por un coágulo (accidente isquémico) o por la ruptura de un vaso sanguíneo (accidente hemorrágico).

¿Cuáles son los síntomas de un accidente cerebrovascular?

Es muy importante identificar las señales de un ACV para actuar rápido y promover la atención médica urgente, ya sea que lo estemos sufriendo de manera personal o lo sufra alguien que se encuentra con nosotros. Los principales síntomas son los siguientes:

  • Problemas de visión. Dificultad para ver con uno o ambos ojos, visión borrosa o doble.
  • Desequilibrios para caminar y mareos. Pérdida de la coordinación con inestabilidad y posibilidad de caer.
  • Dolor de cabeza intenso y repentino. Suele ser severo y no puede atribuirse a ninguna causa directa conocida.
  • Entumecimiento o debilidad en la cara, un brazo o una pierna. En general, afecta a un solo lado del cuerpo.
  • Confusión o dificultad para hablar o comprender. Esto incluye problemas para expresarse o para entender el lenguaje hablado por los demás.

Cuando el síntoma solo es una cefalea, puede ser difícil diferenciar al ACV de la jaqueca común. Lo habitual es que el dolor de cabeza asociado con un accidente cerebrovascular comience de manera repentina. Los pacientes lo descubren como «el peor dolor de cabeza de la vida».

¿Quiénes se encuentran en mayor riesgo de sufrirlo?

Hay factores de riesgo para padecer un ACV que no son modificables. Es decir, se trata de circunstancias y situaciones sobre las que no podemos hacer nada. Por ejemplo, la edad (es más frecuente luego de los 55 años), el sexo (los hombres tienen un mayor riesgo que las mujeres) y la etnia.

En otro sentido, hay hábitos y factores que sí pueden ser controlados o minimizados para reducir el riesgo de sufrir un ACV, como los siguientes:

  • Tabaquismo: fumar cigarrillos o inhalar humo de segunda mano.
  • Hipertensión arterial: es el principal factor de riesgo para ictus.
  • Colesterol elevado: las placas de colesterol endurecen las arterias.
  • Obesidad: el exceso de peso, especialmente, alrededor del abdomen.
  • Diabetes: si la enfermedad no se controla, se afecta el flujo sanguíneo y la coagulación.
  • Sedentarismo: la falta de actividad física contribuye a la obesidad y a la aparición de hipertensión arterial y diabetes.

¿Cómo actuar?

Si sospechas que tú o alguien cercano está sufriendo un ACV, hay que actuar con rapidez para minimizar el daño cerebral y mejorar las posibilidades de recuperación. Un concepto fundamental a tener en cuenta es que estos casos necesitan atención profesional urgente y no basta con tomar medidas caseras.

En este sentido, llamar al número de emergencias local (como el 911 o el 112) es la clave. Al comunicarse con el servicio, debemos brindar todos los detalles posibles sobre la dirección y la situación, de modo que no haya demoras por no poder ubicar el sitio del evento.

La persona afectada puede ser colocada en posición lateral de seguridad, para evitar que se atragante en caso de que aparezcan vómitos. A su vez, hay que evitar darle comida o bebida. Por último, si tenemos a la mano una manta, es una buena opción para mantener la temperatura del cuerpo.

Tratamientos del ACV

El tratamiento de emergencia para un ACV varía según el diagnóstico. Los que son isquémicos (causados por un coágulo) necesitan la administración de medicamentos trombolíticos, como el activador tisular del plasminógeno (tPA). También pueden ser tratados mediante intervenciones llamadas endovasculares, en las que se utilizan instrumentos médicos para eliminar físicamente los coágulos.

En el caso de un ACV hemorrágico (causado por sangrado), el tratamiento se centrará en detener la pérdida de sangre. Se administran medicamentos para reducir la presión arterial y puede ser necesaria la cirugía para reparar aneurismas o malformaciones arteriovenosas.

Luego del momento de urgencia, sobreviene la rehabilitación del paciente para reducir el impacto de las secuelas que pudiesen persistir. Para ello, profesionales de la fisioterapia participan, con el fin de mejorar la movilidad y el equilibrio, así como se recomiendan terapias ocupacionales, del lenguaje y cognitivas.

¿Se pueden prevenir los accidentes cerebrovasculares, como el que sufrió Raphael?

Muchos de los accidentes cerebrovasculares pueden ser prevenidos mediante cambios en el estilo de vida y el control de los factores de riesgo modificables. Para ello, los principales consejos a seguir son los siguientes:

  • No fumar o dejar de hacerlo.
  • Limitar el consumo de alcohol o llevarlo a cero.
  • Hacer actividad física regular. Al menos, se necesitan 30 minutos de ejercicio moderado, la mayoría de los días de la semana.
  • En caso de padecer presión arterial alta, colesterol elevado o diabetes, mantener las enfermedades de base controladas reduce el riesgo.
  • Consumir una dieta equilibrada, abundante en alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras y granos integrales. En cuanto a las proteínas, preferir las magras, que se acompañan de poco o nada de grasa.

El ACV de Raphael nos recuerda la importancia de saber qué hacer

Cada minuto cuenta para reducir el daño ante un accidente cerebrovascular. El tratamiento temprano puede salvar tejido del cerebro y mejorar los resultados a largo plazo, con menos complicaciones.

Por ello es fundamental tener el número de emergencias local siempre en mente y aprender los rudimentos de los primeros auxilios. Aunque difícil de concretar, mantener la calma es uno de los pasos esenciales en la asistencia de estas situaciones.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


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