Aceite acalórico: qué es y cuáles son sus ventajas

El aceite acalórico no resulta la mejor opción para recortar calorías de la dieta. Te vamos a explicar por qué y en qué consiste este producto.
Aceite acalórico: qué es y cuáles son sus ventajas
Saúl Sánchez Arias

Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias.

Última actualización: 06 julio, 2023

El aceite acalórico es un elemento no digerible que puede cumplir una función similar a la de la grasa tradicional, pero que no aporta calorías. Por este motivo, se podría incluir de forma regular en el contexto de una dieta deficitaria en energía, con el objetivo de estimular la pérdida de grasa.

Ahora bien, te vamos a mostrar si realmente compensa este cambio y si estamos ante un elemento positivo para la salud. Hay que dejar en claro que restringir demasiado los lípidos de la dieta no se considera para nada provechoso.

Por una parte, se alteraría el entorno hormonal. Podrían experimentarse déficits vitamínicos que condicionasen el funcionamiento del cuerpo. Por ello, y aun queriendo bajar de peso, habrá que asegurar que al menos un 20 % de las calorías de la pauta procedan de las grasas.

Composición del aceite acalórico

El aceite acalórico es no digerible. Está compuesto en su gran mayoría por aceites de parafina, un mineral que el organismo humano no es capaz de procesar.

También cuenta con aceite de oliva, pero en una proporción no superior al 10 %.

Es clave comentar que la parafina se obtiene a partir del petróleo, consiguiendo así un elemento que se clasifica según su viscosidad. El aceite de parafina se utiliza para elaborar velas, cosméticos, laxantes y productos farmacéuticos. Incluso, es frecuente emplear este elemento en diferentes procesos industriales en los que se necesita una cierta lubricación.

Sus efectos sobre el organismo no están del todo probados, por lo que surgen ciertas dudas al respecto. 

Lo que se recomienda siempre es el consumo del aceite acalórico en crudo. El punto de fusión de este producto es realmente bajo. No se debe calentar bajo ninguna circunstancia. De lo contrario, se generarían sustancias volátiles que podrían ser nocivas.

Velas de aceite de parafina.
El aceite de parafina tiene aplicación en las manualidades, por ejemplo, para elaborar velas caseras.


¿Se debería consumir para bajar de peso?

Lo cierto es que faltan evidencias sólidas como para recomendar el consumo del aceite acalórico en la dieta. No se obtiene a partir de elementos naturales y no se engloba dentro de lo que se consideran comestibles. Por este motivo, no parece una excelente opción, existiendo un potencial tóxico en el caso de que sea sometido a altas temperaturas.

Al fin y al cabo, el aceite de oliva virgen extra sí es un ingrediente de alta calidad. Cuenta con bastantes calorías, pero su inclusión en la dieta de manera regular ha demostrado mejorar la salud cardiovascular. Esto se debe a su perfil de lípidos.

También hay que destacar que el aceite de oliva es fuente de vitamina E. Hablamos de un elemento con capacidad antioxidante. Consigue neutralizar la formación de los radicales libres y su posterior acumulación en los tejidos. Dicho efecto se vincula con una menor incidencia de las patologías crónicas y complejas, tal y como afirma una investigación publicada en European Journal of Medicinal Chemistry.

En el caso de querer perder peso, quizás sea más eficiente incrementar el gasto energético que tratar de reducir calorías. Existen evidencias de que la práctica regular de ejercicio físico es primordial para establecer mejoras en lo que a composición corporal se refiere.

A la hora de diseñar el plan dietético será fundamental cubrir los requerimientos de nutrientes diarios y, a partir de ahí, tratar de consolidar un ligero déficit energético. Ahora bien, este déficit no debería superar las 500 calorías al día.

Aceite de oliva en lugar del aceite acalórico.
El aceite de oliva es mejor opción que el acalórico. Resulta natural y aporta ácidos grasos saludables.


Aceite acalórico: una alternativa de dudosa calidad

El aceite acalórico no es la mejor alternativa para bajar de peso. Está formado a partir de una serie de compuestos que derivan del petróleo, no pensados en un inicio para el consumo humano.

A pesar de que no resulten digeribles, no se sabe cómo afectarán a la composición de la microbiota intestinal o al funcionamiento del medio interno. Por lo tanto, lo mejor es mantenerse cautos al respecto.

Para terminar, ten cuenta que la calidad del aceite sí será un factor diferencial a nivel dietético. Siempre conviene priorizar el de tipo oliva virgen extra. Este concentra lípidos insaturados y una dosis elevada de vitamina E. Lo mejor además será incluirlo en crudo, para evitar así que los lípidos se transformen en trans.


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